TRUMP SACÓ UN VELO Y CRECE LA INCERTIDUMBRE
Las naciones pobres y sometidas y los pobres y sometidos de todas las naciones transitan su vida en medio de una incertidumbre vital: no son dueños de sus destinos y otros deciden por ellos. Pero ocurre que, en los tiempos que corren, esa incertidumbre se ha ampliado. Más aún, se está desplegando también en aquellas, personas y naciones, que hasta ahora decidían por todos nosotros. Esto trae a la memoria el pánico de aquellos que estaban convencidos de la fábula que la tierra era plana y el temor de “caerse” de la misma, superada la línea del horizonte. Ese es el miedo y la incertidumbre de los tiempos actuales. Trump no ha sido su descubridor, menos aún su fabricante, simplemente –presionado por la crisis- corrió el velo de situaciones ocultas y otea nuevos caminos, posiblemente aún peores que los conocidos.
Las políticas iniciadas durante la salida de la Gran Depresión, luego de crisis de 1929 cuando el sistema tembló hasta sus raíces, fueron consolidadas luego de la Segunda Guerra Mundial (1945). Eso implosionó y está haciendo agua. Estados Unidos y Europa, como países centrales del desarrollo capitalista y del auge de los sectores financieros, fueron hegemónicos y sus pueblos gozaron de las mieles del triunfo en la guerra y de las ventajas de aquella victoria, a la que sumarían al derrotado Japón. Eso comenzó a manifestar su agotamiento hacia el 2008, con la quiebra del consorcio financiero Lehman Brothers y hasta ahora no han encontrado la forma de resolverla.
Gran parte de la dirigencia mundial venía disimulando lo que ocurría bajo la bandera de la globalización. Ahora vino Trump y destapó esa olla. Colocó a Estado Unidos en el centro de los problemas. Busca “sus” soluciones, sin preocuparse a quienes puedan afectar. El mundo está conmovido y esa vieja dirigencia mundial, ya no sabe dónde está parada. Instituciones claves, como el FMI, se oponen a las políticas proteccionistas de Trump.
Es importante saber que acompañan a Trump varios líderes –sobre todo europeos- dispuestos a recorrer caminos parecidos. El “brexit” del Reino Unido, que votó la separación de la Unión Europea, es solo una primera experiencia triunfante. Allí está Marine Le Pen, la francesa que heredó la conducción del Frente Nacional, fundado por su padre. Este año se vota en Francia y Le Pen encabeza las encuestas. En Alemania florece la novedad de una fuerza conocida como Alternativa para Alemania, su cabeza visible es “Adolfina” –Frauke Petry-, que propone expulsar a los refugiados, allí se vota en setiembre. En Holanda hay elecciones en marzo, la figura de Geert Wilders está creciendo y encabeza las encuestas. Tiene un discurso socialmente progresista pero sostiene que hay que expulsar a los islámicos, porque “ponen en riesgo” los derechos gays y la droga legalizada. En Italia, Matteo Salvini es un dirigente joven y propone –desafiando a la Unión Europea- separar a la rica región del norte del resto de Italia.
Estos son algunos datos de esta nueva realidad donde en los propios Estados Unidos, en el Estado de California la sexta economía del mundo, se expande “Calexit”, un movimiento que propone que en 2018 se pregunte sobre la posibilidad de debatir su independencia. Allí están Wollywood y el Silicon Valley además de ser la sede las principales empresas mundiales: Google, Apple, Facebook, Uber, LinkedIn, Yahoo.
Juan Guahán