La cumbre en Alaska de los presidentes ruso, Vladimir Putin, y estadounidense, Donald Trump, terminó este viernes, dos horas y 45 minutos después de haber comenzado, sin acuerdo de alto el fuego ni las sanciones adicionales que el republicano había prometido aplicar si continuaban las hostilidades, aunque ambos calificaron su encuentro de “productivo” y “útil”.
Sin acuerdo en Alaska. Después de tres horas de reunión, Donald Trump anunció que aún no hay acuerdo sobre la guerra de Ucrania. Una conversación «extremadamente productiva», especialmente para el presidente ruso, que vuelve a ganar más tiempo para consolidar la invasión.. El mandatario estadounidense no dio más detalles y cerró el anuncio de manera abrupta sin que los periodistas pudieran hacer preguntas, olvidando su tendencia a hablar durante horas.
«Hemos tenido una reunión extremadamente productiva y se han acordado muchos puntos», ha dicho el presidente estadounidense a los periodistas. «Solo quedan muy pocos [por cerrar]. Algunos no son muy significativos; uno probablemente es el más significativo. Pero tenemos muchas posibilidades de llegar a ello: no lo hemos logrado aún, pero tenemos muchas posibilidades de lograrlo».
Este punto «significativo» del acuerdo sin cerrar del que hablaba Trump seguramente se trate de la concesión de tierras por parte de Ucrania. El lunes, el presidente estadounidense ya había dejado en el aire que sería necesario un intercambio de territorios entre ambos países para llegar a un acuerdo. Después, el miércoles, prometía a los líderes europeos y al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que no haría concesiones gterritoriales sin contar con Ucrania. Asimismo, ya había anticipado antes de la cita de este viernes que la reunión importante sería la siguiente donde haría sentar tanto a Putin como a Zelenski en la misma mesa.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, respaldó este sábado la propuesta de Trump, de mantener una reunión trilateral con Putin, y anunció que el lunes viajará a Washington para tratar con el norteamericano «todos los detalles» del eventual proceso. En una publicación en X, Zelenski aludió a la «larga y sustancial» conversación mantenida este sábado con Trump, que duró aproximadamente una hora, antes de que una serie de líderes europeos fueran incluidos en la videollamada, durante aproximadamente otros 30 minutos, según detalló.
Durante buena parte de su intervención, Putin ha destacado «la herencia común» que representa Alaska para Rusia y Estados Unidos. El territorio ártico fue vendido a EEUU en el siglo XIX por 7,2 millones de dólares de la época. A diferencia de Trump, Putin sí que ha hablado de un entendimiento, pero no ha dado más detalles. Eso sí, ha insistido en la necesidad de «eliminar» las causas primarias del conflicto. El presidente ruso volvía a remarcar la línea roja de la no adhesión de Ucrania a la OTAN. «Estoy de acuerdo con el presidente Trump, como ha dicho hoy, en que naturalmente la seguridad de Ucrania también debería estar garantizada», añadió.

La esperada conferencia de prensa resultó una decepción para los periodistas, ya que Putin y Trump se limitaron a hacer una breve declaración y no admitieron preguntas. Trump compareció al lado de Putin para anunciar que aún no hay acuerdo sobre la guerra de Ucrania. Una conversación «extremadamente productiva», especialmente para el presidente ruso, que vuelve a ganar más tiempo para consolidar sus posiciones. Trump se abstuvo de dar más detalles y cerró el anuncio de manera abrupta sin que los periodistas pudieran hacer preguntas. Esta vez hizo mutis por el foro, absteniéndose de su tendencia a hablar durante horas.
«Solo quedan muy pocos [por cerrar]. Algunos no son muy significativos; uno probablemente es el más significativo. Pero tenemos muchas posibilidades de llegar a ello: no lo hemos logrado aún, pero tenemos muchas posibilidades de lograrlo». Llamó la atención que no se dio ninguna explicación de los cambios en el programa concordado: la cancelación de la reunión con comitivas completas y el almuerzo de trabajo. Aunque según el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, estaba previsto que la cumbre duraría entre seis y siete horas, terminó mucho antes.
Putin y Trump hablaron de progresos, pero no mencionaron ninguno. No es claro si no quisieron revelar esos “entendimientos” debido a que, para que pueden concretarse, Trump tiene que informar a sus socios de Europa y al gobierno ucranio, o no son todavía lo suficientemente relevantes. El magnate republicano trató de explicarlo sin éxito, diciendo que “logramos avances”, pero “falta ponerse de acuerdo sobre algunos puntos que son importantes”.

El jefe de Estado ruso dedicó buena parte de su intervención a elogiar a su interlocutor, a quien volvió a agradecer sus esfuerzos por terminar el conflicto armado en Ucrania. Putin subrayó que también quiere terminar la guerra, la cual calificó de “tragedia y dolor”, con el “hermano pueblo ucranio”, pero ratificó que para lograr un arreglo político duradero en Ucrania, hay que eliminar lo que llamó “causas originarias” del conflicto y suprimir todas las preocupaciones de Rusia en materia de seguridad. En otras palabras, no hizo ninguna concesión a Trump y reiteró sus condiciones para la capitulación incondicional de Ucrania.
Trump, sin la euforia que lo caracteriza, tampoco insistió en público en la necesidad de declarar un alto el fuego inmediato y sólo lamentó que cada semana “mueren miles de personas”. En alusión a un posible acuerdo para un cese de hostilidades, reconoció que “no hemos llegado ahí, pero es alto el chance. Por ahora no se concretó, no tenemos trato”. Agregó que “nos pusimos de acuerdo en muchos puntos, en otros no”, sin precisar de qué estaba hablando..
La relación Putin-Trump ha demostrado que la firmeza rusa supera las ambiciones estadounidenses. En la primera etapa del republicano en la Casa Blanca los dos líderes llegaron a celebrar seis cumbres de las que el ruso salió siempre mejor posicionado.La cumbre en Alaska es la primera reunión bilateral entre los mandatarios en la nueva legislatura de Trump, aunque han mantenido media docena de conversaciones telefónicas.
La prensa estadounidense que suele criticar a Trump, no desaprovechó la oportunidad de hacerlo este viernes. «Después de tres años de aislamiento diplomático, de sanciones y de una orden de detención, librada bajo cargos de haber cometido crímenes de guerra, él (Putin) aterrizó en el territorio del país probablemente más poderoso de la Tierra, líder de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), y fue recibido calurosamente por el presidente Trump en una alfombra roja. Es la imagen que quería conseguir el mandatario ruso”, escribió The New York Times en su página web.
Mientras, a falta de noticias sobre las conversaciones a puerta cerrada, y tras repetir una y otra vez las escenas del recibimiento “amistoso” y de calificar de “histórica” esta cumbre, la televisión rusa sobredimensionó la forma con que Trump recibió a Putin, recalcando el “gran respeto” que, en su opinión, le profesa el republicano. Y llenó el espacio con reportajes preparados con antelación sobre “el inmenso potencial de la cooperación bilateral” y la “frustración” de los líderes europeos y del presidente de Ucrania, Volodymir Zelensky, por no haber sido invitados.
Trump, estaba compañado del secretario de Estado, Marco Rubio, y del enviado especial Steve Witkoff; y Putin, del canciller Serguei Lavrov, y del asesor de política exterior y seguridad, Yuri Ushakov. Cada delegación llevó su propio intérprete, dado que Putin, que habla un perfecto alemán, no domina el inglés. Ese primer y único encuentro comenzó de forma inusual: sin declaraciones de los presidentes ni respuestas a preguntas de los reporteros, otra vez a gritos, desesperados por obtener alguna primicia hasta que los agentes del servicio secreto de Estados Unidos, también a gritos y empujones, sacaron a los periodistas de la sala.
Dos horas y 45 minutos después, sin cumplir los restantes puntos del programa concluyó esta cumbre ruso-estadunidense cuando Trump dijo “espero verte pronto, Vladimir”, y Putin propuso, en inglés, que la próxima vez se vean en Moscú. “¿En Moscú? Voy a pensarlo”, contestó un sorprendido Trump.
*Periodista chilena residenciada en Europa, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)
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