Un galardón controvertido
El premio fue entregado por el ministro de Educación, Sergio Bitar, y el rector de la Universidad de Chile, Luis Riveros, presidentes de la comisión que otorga estos galardones. El laureado se desempeña como director de la radio de esa universidad. Cárdenas fue agregado de prensa en México, durante el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, después de dirigir la versión electrónica del diario de gobierno La Nación. Se desempeñó en muchos otros trabajos y hay quienes lo describen como “anti-sistémico” y “mítico”.
Al igual que otros postulantes al premio y en sintonía con el rito anual que promueve el gobierno de Wáshington en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, Cárdenas –como muchos intelectuales y priodistas latinoamericanos, por convencimiento o por error– suscribió en marzo de este año la “Letter to Castro”, una carta promovida por el Committee to Protect Journalists (CPJ) de Nueva York reclamando la libertad de 23 “periodistas” cubanos que trabajaban en La Habana para la Oficina de Intereses de EEUU.
La mayoría de los firmantes chilenos son docentes bastante exigentes con los alumnos que cursan –y pagan– la carrera de Periodismo en la Universidad de Chile, pero le otorgaron alegremente el título de “periodista” al todo el listado de la CPJ, donde los únicos periodistas de verdad fueron Raúl Rivero y Néstor Baguer Sánchez Galárraga, infiltrado por las seguridad cubana en las redes de la Oficina de Intereses. En Cuba sed puso de moda fundar “agencias de noticias” financiadas por Estados Unidos porque resultó un buen negocio para fabricar disidentes políticos.
“PERIODISMO Y DESHONESTIDAD”
Cuando circuló la “Carta a Castro”, el periodista mexicano José Steinsleger, bajo el título “Periodismo y deshonestidad” escribió en La Jornada: “En Letter to Castro un grupo de escritores y periodistas “independientes” reclamaron a Fidel Castro “…la liberación inmediata e incondicional de todos los periodistas cubanos que se encuentran encarcelados”. Los firmantes invocaron el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que trata del derecho a informar y ser informado.
Y añade: “Tramitada por el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), la misiva coincide con un comunicado similar del Departamento de Estado, el aquelarre anual que en Ginebra discute el ‘caso cubano’ y una protesta en La Habana de familiares de los periodistas presos (…) Que el gobierno cubano arbitrariamente derogue este derecho constituye una afrenta a la dignidad humana”.
”En sus estatutos, el CPJ asegura ser “…una organización apolítica, sin fines de lucro, fundada en 1981 para luchar contra los abusos contra la prensa y fomentar la libertad de prensa en todo el mundo”. Lo de “apolítico” nunca suena mal. Lo de “sin fines de lucro”, quién sabe. El CPJ admite que recibe fondos de dos conocidas tribunas mundiales: la Fundación Ford y la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
”El CPJ otorgó el premio Libertad de Prensa 2001 a un periodista argentino por sus denuncias de corrupción en el gobierno de Carlos Menem. No obstante, sus comunicados se difunden mediante una “Comisión pro derechos humanos en Cuba”, apoyada por escritores como Marcos Aguinis, ex operador cultural de Menem, partidario declarado de Ariel Sharon y de la guerra contra Iraq.
”En Colombia, el CPJ trabaja con la Fundación para la Libertad de Prensa, organización que para evaluar “situaciones de riesgo” coordina actividades con el Ministerio del Interior, la policía y el DAS (seguridad), la Fundación Konrad Adenauer (demócratacristiana), la SIP y Reporteros sin Fronteras, correa de transmisión de la Fundación Nacional Cubano-Americana, con sede en Miami.
”En Venezuela, donde el CPJ silenció la censura de todas las estaciones comerciales de televisión y la persecución de sus propios periodistas durante el golpe de Estado de abril de 2002, cuenta con el apoyo de Globovisión Tv, dirigida por el gángster mediático Gustavo Cisneros, y los periódicos El Nacional y El Universal, de Caracas.
”La amoralidad de ciertos intelectuales y periodistas “independientes” raya en la hipocresía y la estulticia. El derecho a “pensar distinto(…)”.
La “Letter to Castro” fue suscrita por numerosos periodistas e intelectuales de Latinoamericana. Por ejemplo en Argentina firmaron Tomás Eloy Martínez, Andew Graham Yooll, Roberto Guareschi, Mabel Moralejo, Joaquín Morales Solá, Mario Diament, Nelson Castro, Alfredo Leuco, Daniel Santoro, Magdalena Ruiz Guiñazú, Jorge Elías, Fernando Ruiz, James Neilson, Mónica Gutiérrez, Miguel Wiñazki, José Ignacio López, Daniel Muchnik, Santiago O’Donnell, Gabriel Michi, Ana Barón, Sergio Carreras y Darío Gallo.
En Chile suscribieron Faride Zerán, Abraham Santibáñez, Alejandra Matus, Mónica González, Juan Pablo Cárdenas Squella, Claudia Lagos, María Olivia Mönckeberg, Patricia Verdugo, Alberto Luengo y Patricio Fernández. Algunos cultores del género epistolar trabajan en programas de investigación del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Univesidad de Chile, realizados con financiamiento de The William & Flora Hewlett Foundation (Hewlett Packard) y la Fundación Ford (ver http://www.icei.uchile.cl/investigacion/proyectos.html).
La lista completa de los firmantes de la CPJ está en www.cpj.org/Briefings/2005/cuba_crackdown_05/cuba_crackdown_main.html