Un skin-anarco preso en México. – ZOPILOTES, BUITRES, CARANCHOS

936

Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Resulta inútil que Estrada niegue haber participado en lo hechos por los que lo detienen, aesgurar que no es un ladrón, que es sólo hombre joven camino a su trabajo. Lo suben al vehículo «donde me empiezan a intimidar sicológicamente y con golpes; luego me trasladan a la PGJ, lugar donde continuaron los interrogatorios».

Es decir: continuaron los golpes. «Me dijeron que mis delitos eran graves y que tenía que ser trasladado al CE.RE.SO, donde fui procesado por los siguientes delitos:

– robo a casa habitación
– portación de arma
– intento de secuestro
– intento de violación y lesiones.

Según avanzó el proceso las acusaciones fueron cayendo por falta de pruebas y de coherencia en la denuncia «ya que la parte acusadora no podía demostrar las acusaciones que se hacían a mi persona».

Al menos tres manos. En síntesis, el denunciante dijo «que nos metimos en su casa –supuestamente éramos tres sujetos–, que lo envolvimos en una cobija y que la cobija estaba rota y que por un agujero me vio los pies y por eso me reconoce; su hija afirma que con una mano le amago la boca, con la otra le agarro los pechos y con otra más le pasaba la pistola por la vagina. La muchacha estaba embarazada entonces».

¿Y los cómplices? «Mis supuestos cómplices nunca dijeron qué hicieron, y ahí es cuando yo pienso que simplemente me cargaron con «el muerto», esto es: que yo hago todo». El acta de la denuncia establece que se robó en esa oportunidad desde teléfonos celulares, aparatos electrodomésticos, alhajas y objetos de valor, hasta dinero en efectivo.

Sentencia ejemplar. «Soy sentenciado por el juez del 2° juzgado del fuero común a 15 años y seis meses de prisión, la reparación del daño y una multa de aproximadamente 6.000 pesos. El día que me sentenciaron hablo con mi familia para comunicarles la mala noticia. Entonces mi hermana me comenta que una persona había ido a platicar con mi madre comentándole que el monto de lo robado no excedía los 10.000 pesos y que con 5.000 podría ayudarme. Mi mamá se confía de esta mujer y le da el dinero, ya que quería verme en la calle, fuera de este lugar».

El asunto no acaba aquí. La sentencia es apelada y, tras algunos meses de trámite, se reduce a 12 años y 6 meses de prisión; la multa no es modificada.

Vivan los abogados. «A todo esto te preguntarás por qué no se pudo demostrar mi inocencia y por qué al ser tan incoherentes las declaraciones y la falta de pruebas que me acusan no estoy en libertad. Pues verás, en este sistema en el que vivimos, existen personas que estudian leyes sólo con la intención de conseguir un buen estatus social y dinero, perdiendo todo el sentido por el cual estudiaron; lo que quiero decir es que a la mayoría de los abogados sólo les interesa sacarte dinero y no les importa demostrar tu inocencia o que te pudras en la cárcel.

«El primer abogado que tuve no hizo más que sacarle dinero a mi familia, aprovechándose de su desesperación y de la de mis amigos por verme libre. El segundo cobraba pero en realidad no hacía nada en mi favor, dejando el asunto en manos del abogado de oficio, que paga el gobierno y es parte de la misma institución que me acusa –que en realidad existe para hundir en la cárcel a los pobres–.

«Un tercero nunca pudo hacer algo más allá de sólo reducir mi condena, ya que los anteriores habían agotado mis recursos jurídicos, y a éste último le dejaron un caso lleno de negligencias en mi contra.

«Llevo cinco años prisionero ilegalmente por aquellos que dicen defender la justicia y la verdad, pero que en realidad se sustentan en la avaricia y la injusticia. Yo sé que soy inocente y que sólo mi aspecto fue el gran motivo de mi detención, ya que a la sociedad le han inculcado que vestir diferente es algo malo, y si lo haces ya eres un delincuente. En estos momentos estoy esperando que un nuevo abogado realice un diagnóstico jurídico de mi situación, para ver lo que se puede hacer en mi favor».

Estrada no está solo. Sus compañeras y compañeros llevan a cabo una campaña –casi sin recursos: son anarquistas pobres– para «que pueda lograr mi libertad. En todo el proceso mi familia siempre estuvo a mi lado, al igual que Adriana, mi compañera, y muchos de ustedes que me apoyan hasta hoy… A todos mil gracias».

Pormenores de la detención y el proceso

a)      Los hechos ocurrieron el día 7 de abril de 2001 y lo detienen el 14 de mayo.

b)     La policía carece de la respectiva orden para hacrlo. El denunciante había declaradao conocerlo y dado su domicilio, puesto que eran vecinos. No tiene, entonces, explicación que no lo hayan ido a buscar a su casa y en cambio tardaran un mes en hacerlo.

c)       La parte acusadora afirma que lo reconoce por su pelo largo, pero Estrada desde hacía varios años lo usaba corto.

d)      No existe pleno reconocimiento de que él haya sido autor del robo y nunca se explica en qué participaron las demás personas mencionadas, que dicen eran tres.

e)      Las facturas presentadas para acreditar la propiedad de las supuestas cosas robadas presentan la misma caligrafía –por lo demás muy parecida a la de la hija del denunciante– y al intentar confirmar el domicilio de una de las facturas se comporbó que no existe la supuesta casa comercial vendedora de ese objeto.

f)        Declara la parte acusadora que mientras Carlos amagaba (retenía) al denunciante, al mismo tiempo mantenía a su hija en la cama y con una mano le pasaba la pistola por sus partes intimas, argumento que carece de validez, ya que para hacer esa maniobra tendría que tener mas de dos manos. Y estar en dos lugares a la vez: sujetando a uno y abusando de la otra.

g)      El día del supuesto robo, Estrada se encontraba en un centro social al sur de la ciudad, a horas de distancia del lugar de los hechos. Para confirmar esta versión se presentaron testigos que afirmaron él estuvo en dicho lugar, entre ellos un profesor.

h)      Cuando es detenido le “siembran” una navaja los judiciales, que es presentada como una de las pruebas que lo incriminan. Pero en la denincia no se hace menciuón a ella –sólo a un arma de fuego–.

Estrada debía haber sido puesto en libertad y sobreseído su caso por falta de méritos. Pero el Ministerio Público no podía dejarlo en libertad, puesto que él sí podía demostrar el abuso policial y las vejaciones de que fue objeto y eventualmente accionar judicialmente por ello.

Situación actual. Después de consultar sus familiares y compañeros a diferentes abogados sobre la situación jurídica actual de Carlos y la posibilidad de demostrar su inocencia, han llegadao a dos insólitas conclusiones:

1)       que los abogados que intervinieron en la causa «agotaron todas las instancias jurídicas, que podrían demostrar su inocencia».

2)       que lo único que queda por hacer es solicitar la preliberación ante el juez ejecutor.

La preliberación consiste en que se le otorgue libertad condicional, siempre que que el preso guarde un buen comportamiento ante la sociedad, y acuda a las firmas periódicas dictadas por el juez, además de acudir a diferentes pláticas durante el tiempo que resta de su sentencia. Este «beneficio» sólo se puede solicitar una vez y en caso de ser negada no se podría interponerse nuevamente.

Los requisitos que piden son los siguientes: que Carlos haya mantenido un comportamiento adecuado durante su estancia en el reclusorio, y haber cumplido con las diferentes áreas de rehabilitación, que son; laboral, custodia, medicina, psicología, educativa, trabajo social y psiquiátrico. Los cuales cada unos de los encargados de cada área, tiene que dar un informe positivo sobre la conducta y rehabilitación de Carlos, para después ser revisado por el juez y este conceder o negar dicha preliberación. En caso de que algún encargado de alguna área no conceda un diagnostico positivo, se negaría automáticamente la preliberación.

También tiene que haber un tutor que firme y se haga cargo de Carlos cuando logre –si la obtiene– su preliberación y durante lo que resta de la sentencia, dándole un lugar donde vivir y conseguirle un trabajo para cuando esté en libertad. Todo verificado por una trabajadora social e instancias del juzgado del reclusorio.

Ante este nuevo escenario nos hemos coordinado con la familia de Carlos para acompañar y ayudarlos económicamente en esta petición de la preliberación quedando como tarea dos cosas:

1)       platicar con Carlos, decirle sobre estos requisitos y sobre las diferentes áreas que deberá cubrir, en caso de no haberlo hecho y elaborar el documento de la preliberación,
2)       solicitar la ayuda económica, para los gastos que se presenten en el momento de la preliberación –en caso de ser aceptada la preliberación, Carlos tendría que ir a firmar periódicamente, tener un lugar donde vivir, por lo cual también se ocuparía dinero para la renta de una casa, ya que no puede regresar al lugar donde vivía con su familia.

Dicen sus compañros: «Es por eso que solicitamos ayuda solidaria para juntar lo suficiente para los gastos que signifique este procedimiento jurídico, por lo cual su familia ha abierto una cuenta en la cual se irá recaudando el dinero:

BANAMEX Sucursal, 4006 Cuenta 39749 Clave bnmxmxmm, a nombre de Anabel Jazmín Estrada Arollo.

A Carlos se le puede escribir a la casilla de correo electrónico carloskinoi@yahoo.com.mx.

Los pobres acceden a su historia –y al conocimiento de su vida– en la crónica roja…

También podría gustarte
Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.