UNIÓN EUROPEA – ISRAEL: ESCÁNDALO DIPLOMÁTICO
Tzipi Livni, ministra israelí de Relaciones Exteriores, protagonizó un incidente diplomático al desautorizar en Jerusalén al representante de la política exterior de la Unión Europea, Javier Solana (abajo, izq.).
Livni y Solanas se reunían para considerar la victoria de Hamás en las elecciones palestinas y analizar la actitud más conveniente de la comunidad internacional ante el nuevo escenario, complejo por las irreconciliables diferencias entre la dirección política de Hamás y del Estado israelí, y partiendo de la base que Israel exige a Occidente que vaya a su paso y adopte una posición muy dura frente al «fundamentalismo» de Hamás.
Los hechos ocurrieron durante una rueda de prensa previa a la reunión. En ella Solana señaló que las conversaciones entre Rusia y Turquía con Hamás pueden ser «útiles» para conseguir que Hamás cambie su actitud respecto a Israel, especialmente si rusos y turcos transmiten a Hamás la posición dialoguista de la UE.
La sorpresa se produjo apenas el diplomático español terminó de exponer su razonamiento. En términos cuya gestualidad dejaba pocas dudas, la ministra israelí le respondió desautorizando las palabras del representante de la UE. Lo hizo en hebreo.
Hacerlo en otra lengua que el inglés, convenido para estos actos –idioma que había usado por Solana–, es de suyo una fuerte descotesía, por lo que la intervención de Livni no puede interpretarse sino como una gruesa falta de cortesía a loes esfuerzos de la Unión Europea por la paz en la región.
Sin ocultar su disgusto, Livni dijo en hebreo que considera que los contactos de los países occidentales con Hamás no son beneficiosos, sino y al contrario «innecesarios y dañinos» puesto que legitiman al movimiento árabe palestino, considerado por Israel y otros países integrante del «terrorismo fundamentalista árabe».
Personeros allegados a la diplomacia europea restaron de inmediato importancia al incidente, que se atribuyó al temperamento de Livni y a su falta de experiencia en política internacional para «evaluar correctamente el fondo y la forma» de lo que se puede o no decir en una rueda de prensa conjunta con un mandatario extranjero.
Sin embargo algunos analistas vieron en la conducta de la jefa de la diplomacia israelí una muestra del endurecimiento de la posición de su país respecto a Hamás, atribuyendo el hecho a la recta final de las elecciones –marcadas para el 27 de marzo próximo–. En ellas Kadima, el partido de Ehud Olmert, primer ministro en funciones desde la incapacidad de Sharon, trata de mantener la ventaja que le confieren las encuestas y para ello se afirma en el recelo que despierta Hamás en el electorado, librando «una batalla a muerte» con dicho sector político palestino –que también por la vía electoral accedió al gobierno–.
Otros observadores destacan que, de persistir Israel en su negativa frontal a reconocer legitimidad a Hamás, las posibilidades de paz entre palestinos árabes e israelíes se alejan irremediablemente. Cabe destacar que desde comienzos de febrero representantes de Casa Blanca y la ministra se han reunido para coordinar una actitud común frente al nuevo gobierno palestino.
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* Comunicador social. Integrante del Comité Democrático Palestino – Chile.
Fuente: Diario Hoy de España, agencias de noticias.