Uruguay, celulosa. – EL PAPEL DEL MIEDO

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Las plantas de celulosa que se instalan en Uruguay sobre un río limítrofe con Argentina, y que han desatado un litigio entre ambos países, podrían producir «severos impactos ambientales» de continuarse con el desarrollo forestal programado, informó ayer, martes, la Facultad de Ciencias. El documento advierte que las plantas producirán «un impacto muy fuerte» y que «la mayoría de los efectos serán subletales y crónicos».

«Las plantaciones de eucaliptos sobrepasan los niveles aconsejables y, de no tomarse los recaudos necesarios, provocarían un drástico cambio en el ecosistema y severos impactos ambientales sobre el suelo», alertaron los técnicos de la Universidad de la República en ocasión de la presentación de un informe. Algunos detalles del estudio ya habían sido divulgados el jueves por el semanario Búsqueda, donde se indicaba que las plantas que se instalan en Fray Bentos (300 km. al noroeste de Montevideo) tendrán «un impacto muy fuerte» y que «la mayoría de los efectos serán subletales y crónicos».

No obstante, los autores de la investigación advirtieron que era prematuro fijar posiciones y dieron a conocer en conferencia de prensa el informe oficial. Este analiza los efectos ambientales de las plantas procesadoras de pasta celulósica, «cuyo impacto no puede ser tal que supere la capacidad de los ecosistemas de proveer aquellos bienes y servicios de apropiación colectiva imprescindibles para sostener la vida y las actividades productivas». Indica que para abastecer las dos plantas de celulosa en construcción por parte de la empresa finlandesa Botnia y la española Ence, son necesarias 300.000 hectáreas forestadas en un radio de 200 kilómetros.

Sin embargo, según las restricciones planteadas por normas internacionales detalladas en la investigación, «solo se podría forestar el 44% de la superficie necesaria para abastecer las plantas, límite que ha sido ampliamente sobrepasado en algunas unidades de suelo».

El informe también indica que los efectos ulteriores derivados del funcionamiento de las plantas dependerán «de la decisión final que se tome con relación al tratamiento de los efluentes» y que «aún hay tiempo para que las autoridades uruguayas exijan a las empresas la solución acorde».

Botnia y Ence «todavía no han explicitado en detalle el tipo de tratamiento de efluentes que utilizarán», lo cual resulta de «fundamental importancia», agrega.
Este es el segundo estudio de la Universidad de la República, luego de que en febrero investigadores del área química del Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas (Pedeciba) indicaran que no había «ninguna razón científica» para oponerse a las fábricas, si estas controlaran sus emisiones.
Por otro lado, los rectores de 17 universidades públicas de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay ofrecieron realizar un estudio sobre el impacto ambiental de las plantas de celulosa uruguayas en una carta pública a los presidentes Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez.

En la misiva, publicada ayer en el diario argentino La Nación, los representantes del ámbito académico se ofrecen a elaborar «una evaluación científico-técnica detallada de los temas ambientales involucrados en la instalación de las plantas».
La misiva, suscripta por la Asociación de Universidades del Grupo Montevideo, que nuclea a las principales instituciones públicas de educación superior del Cono Sur, reclamó a ambos presidentes «el acceso público a la información acerca de los proyectos en curso y sus especificaciones técnicas».

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* www.abc.com.py.

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