Uruguay: El Frente Amplio hacia las elecciones ¿Más de lo mismo?
En octubre de este año se realizan las elecciones generales, para las cuales el FA tiene cuatro precandidatos a presidente quienes competirán en las internas de la coalición en junio. Los primeros discursos electorales dan la pauta de que no habrá ninguna sorpresa en el rumbo que seguirán de salir triunfantes.
Todos ellos elogian los “muchos logros” de estos 15 años de gobierno y prometen seguir por los que faltan. Según la última encuesta de la empresa Factum, Daniel Martínez lidera las preferencias internas con un 51%, Carolina Cosse con 31%, Oscar Andrade con 11% y Mario Bergara con 7%.
Daniel Martínez (61 años) es el jefe de gobierno departamental de Montevideo (alrededor del 50% del electorado nacional), el quinto gobierno del FA en los últimos 25 años, cargo obtenido en las últimas elecciones tras haber vencido en la interna a Lucía Topolansky, actual vicepresidenta (por renuncia del electo Raúl Sendic) y esposa de Pepe Mujica.
En Uruguay, Martínez se puede considerar “político joven”, puesto que todos los dirigentes actuales están alrededor de los 80 años. Hoy Martínez habla de “el nuevo impulso” al referirse a que los gobiernos del FA crearon una “plataforma de certezas basada en las transformaciones”, pero que ello “no alcanza” y se requiere un “nuevo impulso transformador”. “Para eso se necesita capacidad autocrítica, siempre hay algo para aprender de la gente, viendo los problemas”…, “… los indicadores dicen que hemos cambiado este país y lo seguiremos cambiando con un cuarto gobierno”.
No explica cuáles fueron las transformaciones ni cuáles serán las que siguen, en su intento por conquistar a frenteamplistas decepcionados, que no son pocos. Por ahora, frases.
Carolina Cosse (56 años), de quien no se puede encontrar militancia alguna, salió a la luz cuando José Pepe Mujica la nombra presidenta de Antel, la telefónica estatal, donde se le ocurrió el gran plan de construir el Antel Arena, una cancha de basquet con shopping (gracias a un egreso de unos 80 millones de dólares del erario público), sueño que concretó cuando ocupó la cartera de Industria en el actual gobierno de Tabaré Vázquez. Su precandidatura fue impuesta por Mujica para hacer sombra a Martínez, quien no es santo de su devoción.
Hoy Cosse nos cuenta la película: “Estamos en otra situación, ya no es un país estancado, distribuye mejor el ingreso, respetado a nivel internacional. Porque cambiamos a la uruguaya, sin copiar, con firmeza, en serio”.
“El mundo actual es un gran desorden. Creo que podemos tomar esta situación difícil y convertirla en un momento memorable de la historia. No lo haremos aplicando recetas viejas a problemas nuevos, desconociendo derechos, no lo haremos retrocediendo porque lo nuestro es avanzar y no lo haremos usando el miedo. Lo que nos une es la fuerza transformadora, el humanismo, un fuerte amor por el prójimo”, señaló Cosse. Muchas más frases.
Oscar Andrade, del Partido Comunista, lider del SUNCA (sindicato de la construcción), que fuera electo diputado en las últimas elecciones, renunció para seguir dedicándose a la lucha sindical. Su hablar es dirigido a los trabajadores, a las bases. “Está cantado que necesitamos unidad. Nuestra fortaleza es que no pensemos lo mismo. Pero nos necesitamos a muerte. También a una parte de pueblo blanco y colorado que anda por ahí. Todo lo que podamos avanzar en derechos laborales, humanos, vivienda, cultural, no va a venir del neoliberalismo”, dijo.
“La izquierda tiene que enfrentar seguramente el período electoral más duro y el cuarto gobierno más complicado”, señaló, tras hacer un llamado a dar la batalla en los sectores sociales, el cooperativismo, con quienes luchan por su vivienda, con el sindicalismo. “La batalla la vamos a dar abajo, en la base, con el movimiento social (…)Ninguna gráfica, ninguna planilla excel nos garantiza la batalla cultural”.
El problema de Andrade es que los partidos y grupos que lo apoyan no tienen la mayoría de votos en la interna. La mayoría la tienen los dos grupos más numerosos que son los que apoyan a Martínez y a Cosse, a pesar de la importante influencia del PC en las bases del FA.
De Mario Bergara (53 años) sólo sabemos que de muy joven fue de la juventud comunista a la que abandonó yendo a estudiar a la Universidad de Berkeley. Es miembro destacado en el equipo de Danilo Astori, eterno hacedor de las políticas económicas neoliberales de estos 15 años. Bergara acaba de renunciar como presidente del Banco Central para dedicarse a su campaña.
Bergara habla de las “transformaciones estructurales” que los gobiernos del FA trajeron a Uruguay. “El Uruguay no tiene nada que ver con el de 15 años atrás, tiene más derechos, más equidad y es vanguardia”. A estar por las afirmaciones de “grandes logros”, “cambios estructurales”, “vanguardia”, etc. podría pensarse en un país maravilloso donde todos lo pasan muy bien y felices y que da el ejemplo al mundo. Otra cosa es vivir en él.
Son innegables algunos cambios que han mejorado la vida de la gente realizados en el primer gobierno de Tabaré Vazquez (ya que se venía del oscuro fondo de la crisis del 2002), como mayor inversión en la salud y la educación (por ejemplo el plan Ceibal, minicomputadoras para los niños de primaria), la reinstalación de los consejos de salarios, asistencia a sectores de mayor pobreza, etc. Pero en realidad no han significado la transformación estructural del país.
En el gobierno de Mujica no se ha cambiado nada, sus “buques insignia” como el Plan Juntos de viviendas para los más pobres, con financiamiento por donaciones, no se cumplió salvo algunas pocas de las 100.000 viviendas necesarias calculadas por él. O la reestructuración de los ferrocarriles del Estado en que no se tocó absolutamente nada. Eso sí, “el capitalismo es maravilloso”, dijo, “para crear riquezas y repartir”. Al parecer no pudo repartir nada, salvo cargos para sus amigos y conmilitones.
Su actuación a nivel internacional, un poco más a la izquierda que Tabaré, tampoco llevó a nada importante a favor del frente antiimperialista de naciones creado por Hugo Chávez. Es el responsable nada menos que de haber impuesto a Luis Almagro al frente de la OEA, engañando a los gobernantes de izquierda y progresistas de entonces con el cuento de que serían escuchados en este ámbito, históricamente sirviente de EU (Estados Unidos).
“La organización necesita un mandato que la permita actuar con unidad y espíritu de diálogo. El Presidente de Uruguay, José Mujica, me dijo: la OEA merece nuestra máxima atención, necesita de gente que pueda unir, sumar, vale la pena el desafío. Hay que ponerle el hombro y construir una OEA al servicio de los pueblos… fíjate que es el único foro donde podemos hablar de igual a igual entre todos y con el Norte”(1), señaló entonces Almagro. Sin comentarios.
Su mayor obra, bajo órdenes de George Soros (que financia a las ONG por el consumo libre) fue la regulación de la venta de marihuana, que tampoco tiene el efecto esperado de “lucha contra el narcotráfico”, puesto que se vende sólo en 12 farmacias en todo el Uruguay, a personas debidamente registradas con documento de identidad y huella digital, un máximo de 40 gramos al mes y a un precio mayor que el del mercado negro. Se habla de apenas unos 14.000 compradores. Mujica, como gobernante: “un buen caudillo ruralista”.(2)
El actual gobierno, segundo de Tabaré Vázquez, es aún más inoperante de los dos anteriores. El centro de su primer mensaje en cadena como presidente fue el de “no debemos perder el grado inversor”, es decir: debemos seguir endeudándonos. Y, hace unos días, saliendo de la reunión del gabinete, ante una pregunta sobre las empresas que cierran y la pérdida de puestos de trabajo, contestó que “bueno… algunas cierran y otras abren”.
Todo sigue dentro del sistema capitalista neoliberal exonerando impositivamente la “inversión” de multinacionales, como los más grandes exportadores de soja, carne y arroz, a través de 16 zonas francas (3) y a los grandes importadores de toda clase de productos que han hecho trizas a la industria nacional y a los horticultores, ya que se importan hasta latas de arvejas de China y otros países. La larga lista de empresas cerradas y los 45.000 puestos de trabajo perdidos en estos años (reconocido por el ministro de Trabajo Ernesto Murro) hablan por sí solos.
Y sobreviviendo económicamente como país gracias a más y más deuda pública que exige pago de servicios anuales de miles de millones de dólares, a los que se hace frente pidiendo más préstamos todos los años. A marzo del 2018 la deuda pública ascendía a unos 40.300 millones de dólares, sin contar intereses. Esto en un país de poco más de tres millones de habitantes, por lo tanto, el de deuda per cápita más alta de Latinoamérica.
Este año el pago de servicios de deuda se calcula en más de 3.000 millones de dólares, es decir un poco más que toda la inversión en educación. ¿Será parte del “cambio estructural” del que hablan algunos de los candidatos?
Otro caballo de batalla de nuestro “gobierno de izquierda” y los que se esfuerzan por ganar en la interna es la supuesta “reducción de la pobreza”. No deja de ser verdad el aumento de los ingresos de las personas, pero está muy lejos de ser una causa importante en la supuesta reducción radical de la pobreza.
El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) utiliza el ingreso monetario para definir si se es pobre o indigente. Según cifras de enero de 2019, las personas que perciben más de 13.871 pesos (415 dólares) en Montevideo, más de 9.004 (270 dólares) en el interior urbano y más de 6.021 (180 dólares) en el interior rural, están por encima de esa línea. El 7,9% de los uruguayos que no logran alcanzarla son considerados pobres. Es decir que el que gana el salario mínimo nacional que es 15.000 pesos (alrededor de 450 dólares) ya no es pobre.
Siempre son un misterio los vericuetos matemáticos de los cálculos hechos por los técnicos del INE, ya que estos montos no pueden cubrir vivienda, alimentos, transporte, salud, educación, etc. que el propio Instituto dice prever, empezando por la vivienda.
Es de público conocimiento que en Montevideo el promedio de un alquiler mensual de una vivienda básicamente digna es de unos 400 dólares. Que una flauta de pan (tipo baguette) cuesta casi el equivalente a dos dólares, que un kilo de carne cuesta 10 dólares, que un kilo de pescado cuesta 12 dólares, que un kilo de pollo cuesta casi cinco dólares, un kilo de tomates cuatro, y eso en períodos normales, ya que durante bastante tiempo el pimiento ha costado 10 dólares el kilo y una lechuga dos dólares, lo que sin dudas volver
á suceder.
Y para los que se movilizan en vehículo: un litro de nafta o gasoil cuesta casi dos dólares. La tarifa eléctrica mensual para un hogar de cuatro personas supera los 100 dólares.
Con ese ingreso, una persona come y vive en uno de los casi 800 asentamientos entre el barro de aguas servidas, bajo un techo de cartón o lata, sin agua potable y sin luz eléctrica muchas veces, y sus hijos pequeños engrosan el 16% con desnutrición (4), o no come y vive en una vivienda básicamente digna. Como la mayoría de los que trabajan ganan un poco más que esa cantidad, gracias a este criterio no son pobres, lo que raya en la ficción.
Es la realidad que no coincide con la visión de los dirigentes. Según las organizaciones no gubernamentales que se ocupan de estudiar este tema, para una familia de tres miembros se necesitan 80.000 pesos mensuales (unos 2.400 dólares) para no ser pobres y vivir de manera medianamente digna, sin el más mínimo lujo como gastar más de una entrada al cine al mes.
Otro de los supuestos “cambios estructurales” es la cacareada nueva matriz energética. La empresa estatal productora de energía eléctrica (UTE), propietaria de varias represas hidroeléctricas, ha dado concesiones a consorcios, la mayoría multinacionales, para instalar generadores eólicos cuya producción compra para sumar a la red.
Gabriel Soto, presidente de AUTE (sindicato de trabajadores de UTE), señaló que “en un país que tiene sus picos de consumo cercanos a los 2000 MW, haber obtenido a fines de 2016, 1500 MW de energía eólica, parece una relación casi única a nivel mundial”. Sin embargo destacó que esa incidencia de las energías renovables fue al costo de “un proceso de extranjerización grotesco y brutal”. (5)
Subrayó que el Estado generó el escenario material y legal de promoción de inversiones, en el marco de la licitación de parques eólicos, que implicó la exoneración de impuestos por 3.500 millones de dólares a las empresas y modelos de negocio y contratos abusivos para el pueblo uruguayo.
Al respecto Soto explicó que el Estado se comprometió a comprar la totalidad de la energía producida por los parques eólicos durante 30 años a un precio fijo en dólares: “Hoy paga 80 dólares por MW, cuando en 2016 hemos tenido que abrir los vertederos de las represas, que hubieran generado MW a un precio de 6 y 7 dólares, porque estábamos obligados a comprar la energía a 80 dólares. Ese modelo de negocio insostenible y abusivo, que se enmascara detrás del discurso de la energía verde, no es otra cosa que la transferencia del sector público al sector privado”, añadió.
“Kentilux —un parque eólico de 20 megavatios inaugurado en 2011— está en el departamento de San José y su construcción demandó 20 millones de dólares. El 30% de este monto se cubrió con fondos propios, mientras que para el 70% restante se recurrió a un préstamo del estatal Banco de la República (BROU). Según la Central de Riesgos Crediticios del Banco Central (BCU), a fines de junio Kentilux tenía una deuda vigente de 10,6 millones de dólares con una sola institución financiera: el BROU. Su calificación, en tanto, era 2A (deudor con capacidad de pago adecuada).
Por la energía, UTE paga todos los años a Kentilux alrededor de cinco millones de dólares. El contrato firmado es a 20 años.” (6) Esto no ha sido desmentido por las autoridades correspondientes. Surge, por sentido común, la pregunta: ¿por qué el Estado no invierte en la energía eólica ya que una de las principales empresas se instaló con dinero del Banco República? Otra de las perlas del gobierno del campechano y “presidente más pobre” Pepe Mujica.
Es más, en el 2017, como ni Argentina ni Brasil compraron toda la energía excedente, Uruguay ha pagado 59 millones de dólares por energía eólica que no se utilizó. (7) Esta perla es de Tabaré y tampoco fue desmentida.
En el 2015 decíamos que el gobierno iba “aún menos a la izquierda” (8). Hoy, viendo las últimas actitudes a nivel nacional e internacional, podríamos decir ya no está en la izquierda.
Notas
1.- Nota del propio Almagro: https://www.surysur.net/claves-para-renovar-la-oea/
2.- Según Soledad Platero en Caras & Caretas 8/5/15. Nota del autor: El “ruralismo” fue una corriente dentro del Partido Nacional (de derecha, uno de los dos partidos tradicionales). Su máximo exponente fue Benito Nardone, de extrema derecha, un caudillo ya fallecido hace años, apodado Chicotazo. Mujica fue y es su principal plagiador en su forma de actuar como político.
3.- http://ahorrar.com.uy/invertir/zonas-francas-en-uruguay/
4.- Dato del Ministerio de Salud Pública.
5.- El testimonio de Soto corresponde a su intervención en el seminario Alternativas para la Soberanía Energética, realizado en Buenos Aires el 27 de noviembre de 2016 y organizado por el OPSur.
6.- http://www.elpais.com.uy/economia/noticias/segundo-ute-cobrar-deuda-fripur.html
7.- https://www.elobservador.com.uy/nota/ute-pago-unos-us-59-millones-por-energia-eolica-que-no-utilizo-201814500
8.- https://www.alainet.org/es/articulo/170680
*Escritor, analista y productor gráfico paraguayo-venezolano-uruguayo.