Uruguay: La hebra que conduce al acuífero Guaraní

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

La hebra que conduce a la futura «batalla por el agua» puede asomar, por ejemplo, en Uruguay bajo la forma de un problema jurídico y económico. Esta hebra nos conducirá fatalmente a la zona denominada Triple Frontera. Y eventualmente a las reservas patagónicas. Comencemos en Uruguay.

Los ejecutivos de las empresas Uragua S.A y Aguas de la Costa S.A. -concesionarias de los servicios de agua potable y saneamiento en el departamento de Maldonado, zona turística en la desembocadura oriental del Río de la Plata- le preguntaron al candidato a la presidencia del Uruguay, Jorge Larrañaga, sobre el plebiscito que intenta evitar que el servicio de agua y el saneamiento estén en manos privadas.

El postulante del Partido Blanco señaló en esa reunión, a fines de junio: «Tenemos planteado llevar adelante una interpretación con quienes han propuesto este recurso constitucional, y es a lo que nos abocaremos de manera inmediata, en un proceso que no puede demorar más de un mes porque vencería el plazo constitucional».

Los empresarios vascos presionan a los dirigentes políticos en tiempos electorales y el candidato se apresura a encontrar los consensos. Estos contactos se realizan en forma acelerada, en razón del poco tiempo disponible entre el momento que la Corte Electoral pone en conocimiento al Parlamento y la aprobación del plebiscito con o sin modificaciones, que son 30 días.

La defensa del agua potable y del saneamiento en manos del Estado fue instrumentada en la reforma del articulo 47 de la Constitución uruguaya. La propuesta de esta reforma -que alcanzó las firmas necesarias para ser plebiscitada en la próxima instancia electoral- evitaría la privatización del agua potable.

El agua no conoce fronteras…

Uragua, S.A., forma parte del Consorcio de Aguas Bilbao-Bizkaia; el grupo afirma que sus inversiones en Uruguay y Argentina sufren una severa crisis que supone serios riesgos a la continuidad de sus operaciones. En España los partidos PSE, PP y Socialista -opositores al Partido Nacionalista Vasco- calificaron en esa oportunidad de «muy preocupante el panorama».

El vocal socialista por Bilbao, Raúl Fernández de Arroiabe, tachó de «quiebra técnica» la situación de Uragua en Maldonado ateniéndose a un informe interno reservado de la empresa, no desmentido por el presidente del consorcio, Iñaki Etxeberría.

…Aunque sea un problema local

En Maldonado la empresa Uragua incumplió con el pliego de concesiones a pesar de que esa empresa está exonerada del pago del IVA de las tasas de importación, está retrasada en las obras del colector y obtiene grandes beneficios al haberse modificado las cláusulas contractuales originales, tales como: forma de pago del canon, aval bancario y tasa recaudatoria.

El proceso actual de privatización del agua es obra de los gobiernos bajo la presión de los organismos internacionales de crédito: Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo que, junto con la adjudicación de préstamos, incluyen en sus planes de pago diversos compromisos que apuntan a la entrega de las riquezas de los países.

En Maldonado, bajo estas condiciones, se concesionó la zona oeste a la empresa Aguas de la Costa, subsidiaria de la transnacional Suez. Aguas de la Costa cobraba un cargo fijo, sin consumo, de $ 2.200 a los usuarios.

Asoma la madre del cordero

La transnacional Suez es una de las grandes corporaciones dedicadas al negocio del agua y saneamiento ambiental, que no son muchas. Entre otras, las francesas Vivendi y Suez. La alemana RWE, que adquirió las empresas Thames Water, en el Reino Unido, y American Water Works, en Estados Unidos. Y la también francesa Bouygues- a través de su empresa de agua Saur- y la gigantesca empresa constructora de Estados Unidos Bechtel a través de las filiales United Utilities e International Waters.

Pero el rol principal es del Banco Mundial (BM). El BM fomenta las privatizaciones, primero, y después presta el dinero para las «reformas en el sistema de agua»; en tercer lugar invierte y, por último, actúa como juez en los conflictos que se susciten entre los inversionistas y los Estados.

Estas maniobras están perfectamente documentadas en el libro de los argentinos Daniel Aspiazu y Martín Schorr Cronica de una sumisión anunciada.

El acorralamiento de la soberanía del agua

Según una investigación de la periodista argentina Telma Luzzani existe otro campo de batalla, en el que tiene lugar la lucha más decisiva. Es un terreno conceptual, pero segun qué definición se imponga quedará decidido el futuro de los países donde estas batallas se libran.

Sucede que la Organización Mundial de Comercio(OMC), el Tratado de Libre Comercio de las Américas (TLCA) y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) mantienen que el agua debe considerarse «un bien comercial» como la carne, el trigo, el petróleo o la lana, mientras que las organizaciones ciudadanas, algunos políticos y los ambientalistas pretenden que es un bien social relacionado con el derecho a la vida.

En esta lucha las herramientas de combate de las sociedades han sido básicamente armas legales, aunque hay otras, que sin duda se pondrán en evidencia en la medida que se extienda la «lucha por el agua», señalada como uno de los grandes problemas mundiales del futuro inmediato.

La investigadora mexicana Ana Esther Ceceña, catedrática de la Universidad Nacional Autónoma de México, afirma en su libro La guerra infinita, hegemonía y terror mundial» que existen fuertes intereses económicos ligados a la puesta en marcha del TLCAN y a la privatización de recursos nacionales valiosos.

En América del Sur

La Triple Frontera -entre Argentina, Brasil y Paraguay- es una de las llaves de acceso a la región amazónica. Una mañosa campaña desplegada por los grandes medios de prensa intenta convencer de la existencia de terroristas, narcoterroristas, y otra suerte de peligros para la paz mundial en esa zona, facilitando así la presencia de la CIA y fuerzas militares estadounidenses en ella.

Pero, lejos de ser un nido de musulmanes enardecidos, la Triple Frontera merece la atención del Primer Mundo porque encierra una enorme biodiversidad y un potencial acuífero entre los mayores del planeta.

En este lugar confluyen los yacimientos de agua más importantes de toda la región y si se convierte en un sitio de efervescencia social, lo será por los despojos de tierras y deforestación en marcha, que se acompañarán muy pronto con bases y lugares de maniobras militares norteamericanas permanentes.

El bombardeo seudonoticioso sobre la presencia de terroristas -que se ha comprobado es una falacia- así como la presencia de efectivos militares estadounidenses en la Triple Frontera tiene como objetivo el control del Sistema Acuífero Guaraní (SAG), un océano subterráneo de agua que tiene en esa zona una fuente de recarga prácticamente inagotable.

El acuífero Guaraní

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El sistema acuífero guaraní es uno de los reservorios de agua subterránea más grandes del mundo. Su tamaño, medido en kilómetros cuadrados, es más grande que el espacio que Francia, España y Portugal ocupan en Europa. De sus 11.190.000 kilómetros cuadrados, 850 mil corresponden a Brasil, 225 mil a la Argentina, 70 mil a Paraguay y 45 mil a Uruguay.

La capacidad de explotación del reservorio es de 40 a 80 kilómetros cúbicos anuales, una cantidad equivalente a la demanda actual de agua de la Argentina -para todos los usos- durante cuatro años.

En ese país la profundidad a la que se encuentra el recurso está por debajo de los 900 metros, pero en Brasil, Paraguay y Uruguay se dan situaciones muy diferentes, desde los 50 metros de profundidad hasta un máximo de 1.500. Brasil es el país que más lo explota y con él abastece de agua potable unas 500 ciudades, total o parcialmente.

Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), el volumen anual de agua utilizada por la industria mundial se elevará de 752 kilómetros cúbicos por año utilizados en 1995 a una cifra estimativa de 1.170 kilómetros cúbicos por año que se necesitarán hacia 2025 -un aumento del 64 por cinto-. El sector industrial utiliza actualmente el 59 por ciento del agua disponible en los países desarrollados.

Pareciera posible, además, que su enorme extensión y profundidad lo comunique con los lagos patagónicos. Hay razones, entonces, para que argentinos, brasileños, paraguayos y uruguayos desconfíen de la presencia en la Triple Frontera de fuerzas militares y de inteligencia ajenas a la región.

Marco Aurelio García -estrecho colaborador del presidente Lula y que difícilmente efectuará declaraciones sin el conocimiento del mandatario- al referirse a la Triple Frontera señaló: «Periódicamente se intenta crear un clima de histeria». ¿Por qué esa insistencia? Sin duda se sospecha -nunca habrá evidencias firmes- de un plan foráneo para el acuífero Guaraní.

El 22 de mayo de 2003, en Montevideo, el BM y los países que integran el MERCOSUR firmaron el proyecto de Protección Ambiental y Desarrollo Sustentable del Sistema Acuífero Guaraní. El proyecto es financiado por dicho Banco, el Fondo Mundal para el Medio-ambiente, los gobiernos de Holanda (Bank Netherlands Water Partnership Program – BNWPP) y Alemania (German Geological Survey – BGR), la Agencia Internacional de Energía Atómica y la Organización de Estados Americanos (OEA), cuya sede está en Wáshington.

El costo del proyecto, previamente aprobado en 1997 por los cuatro gobiernos del MERCOSUR -Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay- es de US$ 27.2 millones. La influencia de EEUU obtuvo que el Banco Mundial actúe como operador de los recursos financieros y la Organización de Estados Americanos (OEA) como entidad ejecutora. Las contrapartes nacionales aportan servicios, infraestructura y personal.

De lo que se trata, en realidad, es de flexibilizar las legislaciones nacionales de los países suramericanos «para que faciliten programas de inversión privada sobre un recurso por demás estratégico (entiéndase como el endoso de los Gobiernos para transferir la gestión y usufructo del agua, aunque sea nada más a modo de préstamo, o en palabras legales, de concesión)», según el economista mexicano Gian Carlo Delgado Ramos, que además escribe en www.pacificar.com/vernota.hlvs?id=3397:
 
«En medio de la moda privatizadora y desnacionalizadora de los principales activos estratégicos de los Estados-nación del sur, así como de la más que potencial crisis hídrica ya presente en algunas regiones del hemisferio (sobre todo en las principales ciudades de EEUU), la preocupación del Banco Mundial y otros actores por del acceso, gestión y usufructo de las principales reservas de agua dulce no se ha hecho esperar».

 
Es una respuesta a la pregunta -que no pocos se formulan- acerca del interés que puedan tener Alemania, EEUU y los Países Bajos en el acuífero Guaraní.

Poderosos intereses económicos -y los gobiernos de las grandes potencias- están detrás del agua dulce y el saneamiento, sin duda apostando «a más», y por ello la intención es explorar los recursos de agua desde el área clave, la Triple Frontera, hasta los lagos patagónicos.

«Dada la importancia del Acuífero, para el consumo directo y la industria, es necesario reforzar la soberanía de nuestros pueblos sobre la región -escribe Lisandro Reynoso**- reservándolo para un proceso de industrialización propio (…) No debemos permitir el avance de las maquiladoras sobre nuestra dignidad. Si se han de implementar planes de manejo compartidos del agua, estos deben ser protagonizados por los pueblos, dentro de los valores bolivarianos de integración».

Tal es la hebra que dejan suelta los vaivenes y contradicciones puestos sobre el tapete en Maldonado, Uruguay.

Nota
**En Centro Medios de Información Alternativos de Quebec (www.cmaq.net)

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Otrras fuentes:

www.paginadigital.com.ar

www.prodiversitas.bioetica.org

www.medioambiente.gov.ar

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