Venezolanos muy preocupados: peligra deporte nacional

Magalí Silveyra

En rigor, las nuevas medidas para autorizar embarcarse y viajar las personas a Estados Unidos no afectan sólo a los adversarios de Chávez –y venezolanos en general–, sino a la mayor parte de los que pretenden zarpar rumbo a ese lado del Paraíso. Haber firmado un TLC no facilita las cosas a los nacionales de los países entregados.

Un remedio es tener doble nacionalidad –digamos latinoamericana y de algunos de los Estados cuyos nacionales sí pueden viajar con cierta mayor consideración (aunque de la sospecha terrorística no se salva nadie).

El programa que facilita en cierta medida volar hacia EEUU por menos de 90 días –llamado Programa de exención de visa– no garantiza poder entrar, y se refiere a las personas con pasaporte sellado por una serie de países muy importantes, como Andorra, Luxemburgo, Singapur, República Checa, San Marino, Mónaco, Latvia, etc…; quienes no dispongan de alguna de esas nacionalidades deberán gestionar una autorización especial.

Naturalmente ningún país latinoamericano está en ese listado: ni México, el socio; ni Colombia, la favorita; ni Chile, el que se las cree todas; ni Brasil, el que se las trae. Las autoridades de allende el Río Grande no es que tengan afanes discriminatorios, piensan en su seguridad. El lector de seguro comprende sus razones: el narco, los malditos "islámicos" de la Triple Frontera, por ejemplo, o los inmigrantes ilegales, las maras, en fin.

La situación preocupa y perturba muy especialmente a los soliticos venezolanos que no se han acogido al noble principio de la doble nacionalidad, digamos con Portugal, puesto que se les hace engorroso ir a EEUU a disfrutar de su deporte favorito: el "deme dos" –ojalá en Miami–. Los capos locales de la oposición frontal al bolivarianismo (se dice) continuarán percibiendo su "aid" de la agencia que corresponda en las cuentas bancarias ya establecidas.

Por fortuna la tecnología de las comunicaciones acude en ayuda de viajeros por turismo, negocios, compras o mero aburrimiento: el trámite podrá hacerse vía internet <a href="https://esta.cbp.dhs.gov">aquí<a/> con  72 horas de anticipación. Naturalmente el permiso electrónico no asegura la entrada a Estados Unidos, ya que esta decisión corresponde a la policía de aduanas –entre otras–, que decidirá en función de "otros criterios" de seguridad adicionales.

Lo curioso es que "sólo podrán subirse al avión los pasajeros que hayan sido autorizados para viajar", advierten las autoridades estadounidenses. ¡Cómo, autoridades estadounidenses decidiendo en aeropuertos de países "libres" quién se embarca y quién no puede embarcarse? Muy extraño. Lo más divertido es que los hipotéticos viajeros de los países considerados en el Programa de Exención de Visas también tendrán que obtener una autorización de viaje aprobada antes de su viaje a Estados Unidos.

Y responder a siete preguntas relacionadas con enfermedades, detenciones, terrorismo, espionaje y narcotráfico.

Alguna vez habrá que prohibirles a ellos que crucen sus fronteras, nomás sea para evitar la contaminación.