Venezuela, a cuatro días “contra el miedo” y “el voto es secreto”

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Néstor Francia.*

Entre las frases más repetidas recientemente por la oposición están “contra el miedo” y “el voto es secreto”. El fariseo Urosa Savino, por ejemplo, lo ha dicho varias veces. Por supuesto ellos no ignoran que para los venezolanos es harto conocido que el voto es secreto ¿Qué persiguen entonces con tal insistencia? En primer lugar hay que decir que ellos mismos han inculcado una buena dosis de miedo a sus electores a lo largo de todos los procesos electorales de los últimos años.

Este miedo se ha basado en la práctica terrorista de descalificar al árbitro, al sistema de votaciones, al secretismo del voto y al respeto de la voluntad popular: que si las máquinas están manejadas por satélites (y ahora por fibra óptica cubana), que si las captahuellas sirven para conocer la identidad del votante y espiarlo, que si la tinta indeleble se borra con cloro o con lejía, que si el registro electoral está inflado, que en todos los procesos ha habido fraude…

De modo que suponemos que la repetida idea de que el voto es secreto y de que no debe haber miedo, probablemente se dirija a un sector de sus propios electores que ellos mismos han aterrorizado y en los cuales han sembrado desconfianza. Pero hay otra razón: este será uno de los argumentos para tratar de explicar fraudulentamente su derrota.

Se dirá que el gobierno presionó y amenazó a los empleados públicos para obligarlos a votar por los candidatos de la Revolución. Todo trabajador y empleado público en Venezuela sabe que esto no es verdad, pero a estos canallas poco les importa la verdad. Viven y seguirán viviendo de la mentira.

En la mayoría del pueblo venezolano no hay miedo a votar ni a participar, más bien hay alegría y decisión de ser protagonistas, como lo demuestran el fervor y el amor desbordados que se ha visto en todas las caravanas que ha encabezado Chávez en distintos estados del país. Todos lo hemos constatado: la gente marchando al lado del camión donde va el gran líder, bordeando las vías, encaramada en los techos, asomada a los balcones y ventanas, hombres, mujeres, niños, jóvenes, viejitos y viejitas, enarbolando banderas, lanzando flores y besos, bailando, esparciendo consignas y sonrisas; no es miedo, es amor, y más que amor, frenesí.

En uno de los actos de cierre de campaña de la oposición no se dejó de remachar en esa conseja. Ramos Allup, en medio de otra de sus pataletas, afirmó: “No hay forma, como dice el gobierno para asustar a los funcionarios públicos, de que el gobierno sepa por quién votó cada venezolano. Un gobierno que recurre a estos ardides es porque tiene miedo, no tiene confianza en la gente y en la transparencia de la voluntad popular” ¡Ni el mismo se lo cree!
Pero eso no es todo, el dirigente adeco trató de echar leña al fuego del sabotaje electoral cuando pidió “que no se conviertan ese mismo día el presidente y sus activistas armados en factor de perturbación de un proceso que nosotros queremos pacífico”.

También llevó lo suyo el CNE: “Lo primero es que ante la eventualidad de las violaciones por parte del Presidente –francas, abiertas y flagrantes– volteó para el otro lado a decir que el Presidente podía hacer campaña…Es peculado usar los medios del Estado, los canales que se supone son de todos los venezolanos y que aquí se han convertido en canales del Gobierno, para hacer una campaña descarada a favor del Gobierno. Eso es ventajismo”.

En cuanto a esto último, resulta sorprendente ver como en los medios privados la publicidad electoral opositora rebasa con mucho a la de la Revolución. Esto lo facilita el hecho de que son un archipiélago de partidos y cada uno tiene sus propias cuñas. Pero esto es al mismo tiempo una debilidad, pues dan una imagen de evidente dispersión, de verdadera desunión, donde cada cual manda a votar por su tarjeta y exhibe a sus propios candidatos, generando seguramente bastante confusión en sus seguidores, lo cual contrasta con la coherencia y la unicidad de la campaña chavista.

No dejo Ramos Allup de referirse a los observadores (realmente acompañantes) internacionales, asomándolos como un coco ante el chavismo, seguramente contando desde ya con la complicidad con los factores de la derecha invitados por ellos mismos.

Con su acostumbrada insolencia, el adeco recomendó al Presidente de la República “portarse bien si no quiere que los observadores internacionales hablen mal de su gobierno”. Y no desaprovechó el tema para seguir echándole tierra a la Fuerza Armada: “Si los observadores internacionales ven, por ejemplo, a los oficiales de las Fuerzas Armadas abriendo o cerrando mesas, cosa que no es de su incumbencia, a deshoras, pues esos observadores internacionales lo dirán”.

Otra idea asomada por Ramos Allup se nos asoma como harto peligrosa: “Si observan bandas armadas del Gobierno en los alrededores de los centros de votación, como se observó en el simulacro de votación, intimidando como pandillas delictivas a los votantes de la oposición, eso lo dirán los observadores internacionales” ¿Estará entre sus planes para deslegitimar el evento del 26-S fingir tales ataques? No es más que una especulación, pero con estos insanos nunca se sabe.

Finalmente, el adeco dejó en claro que no irían a la Asamblea Nacional ha resolverle nada a la gente, como pregonan sus cuñas, sino a arremeter contra la Revolución:

“En la Asamblea Nacional y el Parlamento Latinoamericano habrá una mayoría que piensa, siente y que va a decir en Venezuela y en el mundo que tenemos un régimen atroz, que viola los derechos humanos, que es militarista, autoritario, que ha liquidado por completo no solamente las garantías constitucionales sino la separación de poderes, consagrada en la Constitución, que el mismo presidente casi redactó de su puño y letra”.

Por parte de la Revolución, no hacen falta tales excentricidades y escándalos. El jefe de campaña del PSUV, Aristóbulo Istúriz, simplemente reiteró la absoluta convicción que se tiene de la victoria revolucionaria en las elecciones parlamentarias, que se expresa en ganar más de los dos tercios de los curules en la Asamblea Nacional.

“Para nosotros el triunfo se materializa con 110 diputados o más y sería un triunfo contundente. Nosotros tenemos absoluta convicción de que tendremos los dos tercios en la Asamblea Nacional y en eso tiene que ver mucho el hecho de que le dedicamos la primera fase de la campaña a la organización con un millón 817 mil patrulleros, 36 mil patrullas, 12 mil 471 Unidades de Batalla Electoral y 109 mil testigos. Esa es la estructura”.

También volvió a instruir sobre la manera tan sencilla de votar por los candidatos revolucionarios (otra ventaja sobre el aquelarre de la “Unidad” con su multitud de tarjetas que hablan de su incoherencia): “Debemos pulsar todos los óvalos que tengan la tarjeta del PSUV, que está arriba y a izquierda. En las comunidades donde tenemos candidatos indígenas a la Asamblea Nacional, debemos pulsar la tarjeta de CONIVE, que está abajo y a la izquierda”.

Sobre el voto para los representantes de Venezuela en el Parlamento Latinoamericano, el dirigente revolucionarios añadió que se debe pulsar el óvalo del PSUV, que también se encuentra arriba y a la izquierda de esa segunda boleta electoral, aunado al óvalo de CONIVE, que se ubica abajo y a la izquierda. Es muy fácil votar para demolerlos.

Finalmente es bueno resaltar las actividades finales de la campaña del PSUV en Caracas (en cada circunscripción o región habrá actos de cierre particulares).

El Comando Nacional de Campaña Bolívar 200 se instalará a partir del sábado en el Hotel Alba Caracas, donde además funcionará una sala de prensa para la consulta de todos los profesionales de la comunicación que hagan acto de presencia en ese espacio.    
Tal y como lo anunció este lunes la Primera Vicepresidenta del PSUV, Cilia Flores, habrá cierre de campaña en los 87 circuitos del país el próximo jueves. En Caracas, informó Istúriz, se desplegarán siete caravanas que confluirán a las seis de la tarde en la Plaza Venezuela, donde se realizará un concierto con la participación de los artistas que forman parte del disco promocional de la Campaña Nacional Bolívar 200.

Este miércoles se espera la participación del presidente Chávez en una caravana que partirá desde la Plaza Sucre de Catia, pasará por toda la avenida Sucre y se extenderá hasta la Plaza O’Leary, donde se espera que el comandante ofrezca un discurso a la multitud que habitualmente lo acompaña en esas movilizaciones.

“Estamos convocando para las nueve de la mañana. Puede ser en cualquier punto de la avenida Sucre. Estamos invitando al presidente a que nos acompañe en ese recorrido y a todos los caraqueños. Así quedará el cierre de Campaña en Caracas: con el recorrido de mañana (hoy miércoles) y con el torbellino rojo el día jueves”, reafirmó Aristóbulo.

Si todo se hace como debe ser, haremos contundente realidad la consigna de El pueblo pa’ la Asamblea.

* Analista de asuntos políticos.
 

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