Venezuela ante el dolor de la muerte y el «factor Chávez»

Néstor Francia.*

Los revolucionarios respetamos profundamente el dolor humano. Pero como fue la oposición quien convirtió el suicidio de Franklin Brito en un "issue" político, no tenemos más remedio que comparar las reacciones ante la muerte de ese señor y las que hubo ante el lamentable fallecimiento de nuestro Willian Lara.

Ya señalamos cómo Laureano Márquez se quejaba de que a los funerales de Brito no fue casi nadie, cuando afirmó en Tal Cual que “En la funeraria alguien comentó que parecía un Cristo…La comparación me pareció oportuna. Efectivamente como Jesús, siendo inocente dio su vida por todos, pudiendo salvarse prefirió no hacerlo, murió solo y poca gente acompañó el entierro” (subrayado nuestro).

En cambio todo el mundo vio cómo se volcó el pueblo a acompañar a ese gran camarada que fue Willian, con sincero dolor y con firme decisión de continuar su lucha. La diferencia está en los valores que cada uno de los fallecidos defendía. Mientras Brito actuó de espaldas a su pueblo, en concordancia con los burgueses y en defensa de supuestos derechos individuales y mezquinos, Willian se entregó a los ideales colectivos y a los intereses del pueblo. Por eso al final, uno estuvo solo y el otro rodeado por el amor popular.

A menos de 15 días del 26-S, la división sigue mermando las posibilidades de la oposición de cara a las parlamentarias. Leopoldo López, por ejemplo, es una especie de socio incómodo y no deja de emitir conceptos críticos acerca de la campaña y otros aspectos en alusión a la MUD.

Otro ejemplo es el del estado Cojedes, donde sectores opositores reconocieron que serán derrotados por la “soberbia del dueño del partido Acción Democrática, Henry Ramos Allup”, quien impuso a una candidata por la lista de la “unidad”. Así lo denunció el opositor y ex-coordinador del partido Primero Justicia en el estado Cojedes, Martín Garza, en declaraciones que reseña el diario Las Noticias de Cojedes en su portal Web. Garza denunció que Henry Ramos Allup, junto con otros “altos jefes caraqueños”, impusieron los candidatos en la entidad y “excluyeron a muchas caras visibles en Cojedes, de alta trayectoria política y moral”.

Un ejemplo más es la denuncia de Patricia Poleo, quien advirtió sobre una maniobra de Un Nuevo Tiempo (UNT) contra el candidato Antonio Rivero: “Leocenis García, quien apoyaba la candidatura de Rivero por el circuito 4 de Caracas, en el programa Buenas Noches que transmite Globovisión el pasado 16 de agosto, manifestó su apoyo al candidato de UNT por el mismo circuito, Ramón López, a quien antes cuestionaba”.

Hay otros candidatos fuera de la “unidad” que andan por su cuenta, como Herman Escarrá y Pedro Elías Hernández, que hacen campaña en el estado Aragua (Escarrá va por el Parlatino) y en contra de la Mesa de la Unidad. La misma situación se repite en otros estados del país, como Anzoátegui, donde se lanzó por su lado el ex gobernador David de Lima. Aunque es claro que la mayoría de los electores escuálidos que acudan a votar lo harán por los candidatos de la MUD, de todas formas estas divisiones afectan la moral y la movilización de esos electores.

A todas estas, el “factor Chávez” sigue teniendo un peso decisivo en las elecciones. Tiene razón el escuálido Andrés Stambouli, cuando afirma sobre el tema que “Si tienes un líder carismático y no lo usas en tu campaña es porque eres un tonto”. En tormo a lo mismo, otro “analista” de la oposición, José Carrasquero, afirma que esa situación produce una “campaña sin contenido”, en la que “no se debate sobre ideas”: “La elección se limitará a un voto en contra o a favor de Chávez”.

Pero ocurre más bien lo contrario, la presencia de Chávez en la campaña no hace sino profundizar el debate ideológico entre las ideas socialistas y las ideas capitalistas, y es esto lo que más preocupa a la reacción. Por ello no es de extrañar que haya aparecido un reportaje en el diario franquista ABC, de España, donde prácticamente se tilda a Chávez de loco.

Se trata de un reportaje de la impenitente escuálida del patio Ludmila Vinogradoff,  donde se analizan los atributos de conducta que algunos psiquiatras sumados a las obsesiones de la oposición venezolana, le adjudican al presidente, entre ellos: mitómano, megalómano, fabulador, compulsivo, narcisista, carismático, seductor, envidioso, carente de escrúpulos.

Y estas patrañas se suman a la gran frustración opositora por no poder poner de lado al gran líder en la campaña, tal como reconoce el reportaje: “Por lo pronto, él mismo dirige la campaña electoral de las elecciones legislativas que se celebrarán el próximo 26 de septiembre, por más que las normas legales se lo prohíban. Pero justamente transgredir las normas establecidas -como encabezar la campaña de sus candidatos a diputados, abusar de los recursos del Estado y convertir las elecciones legislativas en un plebiscito- es otro de sus marcados rasgos de personalidad resaltados por los especialistas consultados: La necesidad de llamar la atención”.
 
El reportaje publicado en ABC apela a las opiniones tendenciosas de un militar golpista para respaldar sus calumnias, el coronel Orlando Suárez, ex director de Presupuesto del Ministerio de la Defensa, y supuestamente antiguo profesor de Chávez, quien también abunda en invectivas contra nuestro Presidente. Pero uno de los citados, otro siquiatra escuálido, Luis José Uzcátegui, pone en claro de qué va la cosa, cuando afirma

(que Chávez) “Se ha entrampado en una estructura psicológica totalmente caduca: me refiero a Fidel Castro que es algo catastrófico. Ningún país puede funcionar con esquemas tan atrasados…Ahí está el peligro. Hay un tipo de socialismo que es sólo para los antisociales. Inventan un socialismo propio para mantenerse en el poder. Chávez ejerce una dictadura moderna, actualizada a estos tiempos”.

De esto se trata, del enfrentamiento de la burguesía contra el socialismo que encarna Chávez. Y todavía José Carrasquero afirma que la presencia del Presidente en la campaña impide el debate ideológico. Aquí vale recordar la excelente consigna que le devuelve su pelota a los escuálidos: Chávez los tiene locos.

Entretanto uno de los oráculos de la oposición, Carlos Blanco, nos vuelve a dar luz sobre las verdaderas intenciones del sector más extremista de la contrarrevolución, cuando expresa en su columna de ayer en El Universal que “Para la oposición también hay varias escalas de triunfo. El mayor es tener más de 51 % de los diputados y la mayoría electoral. Otro escenario victorioso es tener menos de la mitad de los diputados -¿80?- pero más de 51% de los votos populares. Aun podría reclamarse victoria con una votación que solo se diferenciara de la del Gobierno por unos dos o tres puntos porcentuales aun cuando el número de diputados disminuyera una cierta cantidad: ¿70?

"De allí para abajo todo sería derrota, a menos que fuese el resultado del abuso, el ventajismo y el fraude existentes y la oposición decidiera denunciarlos y enfrentarlos…: el Gobierno trabaja en manejos fraudulentos con miras a cocinar un resultado electoral y simultáneamente dice que la oposición va a denunciar un fraude para desconocer los resultados; el resultado que espera y que varias veces ha dado frutos es que la dirigencia opositora se paraliza porque si no denuncia nada, confirma la victoria oficial; y si denuncia, el Gobierno dirá que era esperable esa conducta por parte de los ‘golpistas’ que de todos modos iban a denunciar fraude.

"Dicho de otro modo: el Gobierno piensa ganar por las ‘buenas’, lo cual incluye aterrorizar a los votantes con la idea de que su voto será conocido por los comisarios; o por ‘las malas’ mediante el procedimiento de inflar votaciones, asustar con los militares y los milicianos, y otras emboscadas…Si el Gobierno gana con los abusos ya aceptados por ambos bandos se anotará la victoria porque han sido condiciones digeridas por la dirección opositora, protestadas con recato sobre la base del falso aserto de que su denuncia asustaría a los electores. Sin embargo, si hay bribonadas más descaradas y actividades fraudulentas el día de las elecciones, la dirección opositora podría enfrentarse si quiere y decide ponerle freno al desmadre rojo …

"Sólo podría no ser una derrota ese escenario negativo si los dirigentes deciden enfrentar el fraude que lo habría ocasionado, lo denuncian como tal y lo enfrentan con vigor. Para clarificar el asunto de una vez, la no aceptación no significa lanzar una insurrección popular, sino abrir una etapa política en la cual para la dirigencia el régimen habría perdido toda legitimidad democrática por sus prácticas fraudulentas; así, el CNE no podría ser un árbitro en el cual se confiara ni siquiera la elección de una junta de condominio”.

Saben ellos muy bien que no están en condiciones de organizar la mencionada insurrección, pero al cantar fraude cumplirían, tal como sugiere Blanco, con una idea que ya habíamos expresado en nuestro análisis del pasado seis de septiembre: “La decisión opositora de deslegitimar de algún modo las elecciones del 26-S ya está tomada, si el resultado le es adverso, como parece perfilarse. Tienen para ello tres opciones. Una es retirarse a última hora, alegando ventajismo y violación masiva de las normas por parte del Gobierno. Esta salida les es casi imposible, después del papelón de las pasadas parlamentarias, lo cual han señalado ellos mismos varias veces como un error…

"Otra opción es cantar fraude. Esto pueden hacerlo, pero ello no se reflejará en la movilización masiva de sus electores, será otra historia repetida que no cambiará para nada el panorama… ¿Qué le quedaría entonces a la oposición ante la derrota? Lo único posible es la deslegitimación política del evento electoral, para mantener hasta donde sea posible el ánimo de su alicaída base social, sobre todo del sector más fanático, ese que vive todo el día idiotizado por Globovisión. Ese pequeño sector fascista les bastará, por los momentos, para mantenerse en pie, en espera de algún milagro que acabe con la Revolución Bolivariana”.

Dentro de la desesperación que sufre la oposición, cada día de aquí al 26-S tendrán que echar manos a todos sus recursos. Ahora le toca de nuevo a la jerarquía católica.

 El adeco y burgués con sotana Roberto Luckert, arzobispo de Coro, envió un comunicado a la opinión pública donde afirma que la Iglesia “no puede permanecer indiferente ante los dilemas históricos de las naciones, cuando algunos valores y principios del ser humano y de la sociedad, se encuentran seriamente amenazados… No podría perdonarme si rehúyo la obligación de expresarme claramente sobre algunos aspectos de la situación político-social del país y de nuestra región…En la esencia del ser venezolano encontramos la diversidad y la pluralidad”,

En ese mismo orden de ideas, el escualidismo montó un nuevo show con la religión como pretexto, esta vez en ocasión de la celebración de la Virgen de Coromoto.

En ese contexto, Enrique Mendoza aseveró que le corresponde al gobierno definir cuál es su posición frente a la Iglesia Católica, la cual, según el candidato copeyano, insistió en su invitación a “la paz, la unión y la reconciliación” a través de la carta pastoral emitida el viernes por Roberto Lückert. Esta afirmación la hizo en la eucaristía en honor a la Virgen de Coromoto que se realizó en Caucagua, municipio Acevedo, donde además dijo que “la fe del pueblo nunca puede estar al servicio del gobierno de turno en ningún rincón del mundo”.

Mendoza resaltó la participación en esta misa de dirigentes y militantes de diversas corrientes políticas opositoras, y agregó que “A través de la historia hemos visto cómo los gobiernos que atacan a la Iglesia y a la religión de sus pueblos, no resultan favorecidos permanentemente por sus ciudadanos. Principalmente los gobiernos de corte marxista y comunista aseguran que la religión es el opio de los pueblos y eso no lo podemos aceptar en Venezuela”. Otros dirigentes escuálidos presentes en el templo de Camatagua secundaron a Mendoza, como Oscar Guaramato, Antonio Ledezma.

Por otra parte, el gobernador de Portuguesa, el pesuvista Wilmar Castro Soteldo, denunció como una muestra de vocación política-ideológica el pronunciamiento electoral del obispo de la Diócesis de Guanare, José Sótero Valero Ruz, durante la celebración de los 358 años de la supuesta aparición de la Virgen de Coromoto. En la homilía, oficiada el pasado miércoles en la Basílica Menor Santuario Nacional a la Virgen de Coromoto, el escuálido con sotana José Sótero Valero Ruz exhortó al mandatario portugueseño “a gobernar como católico a un pueblo católico” y conminó a la feligresía “a decidir el 26 de septiembre entre una Venezuela católica mariana o una Venezuela comunista”.

En este caso tenemos que repetir que el caradurismo de este sector reaccionario de la iglesia católica es en parte culpa nuestra. Varias veces hemos lanzado la propuesta de que los católicos revolucionarios del país rompan expresa y públicamente con la jerarquía católica, y se funde una iglesia católica independiente y revolucionaria (esto no implicaría una ruptura de relaciones con el Estado del Vaticano, pero tampoco, por supuesto, la sujeción a los intereses de este). Esto no tiene ningún eco, es como si el sector de la burguesía que incluye a la jerarquía católica y a los curas de la derecha fuese intocable.

Los mismos revolucionaros somos víctimas de los prejuicios y los temores que han sembrado en el mundo estos fariseos. En ese sentido, somos cómplices del poder acumulado por el catolicismo burgués y del uso criminal que hace de él. En ese sentido nos hacemos solidarios con las palabras del gobernador Castro Soteldo:

“Lo que sí no hacemos en Portuguesa y en lo que tampoco creemos es en aquellas personas que intentan secuestrar o mantener como rehenes a los santos para atribuirles lo que ellas dicen y piensan…el socialismo es el cristianismo puro…En ese cristianismo originario creemos y por eso donde está la gente humilde está la revolución, está Wilmar Castro Soteldo, está el Gobierno de Portuguesa y está el Gobierno del presidente Hugo Chávez”.

* Analista de asuntos políticos.