Venezuela: las políticas no son un juego de todo o nada

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Néstor Francia.*

Hay sectores del chavismo que no terminan comprender lo que verdaderamente está en juego en el país; estrategia y tácticas necesarias para enfrentar una oposición maliciosa, con sectores abiertamente antidemocráticos e incluso fascistas. Panorama de la situación general y movimientos tácticos del gobierno.

Todo lo que está ocurriendo en Venezuela no hace sino demostrar la alta calidad de la democracia que practica nuestro gobierno, mientras sectores opositores insisten en su intolerancia, en sus dobles intenciones y en sus cartas bajo la manga. Por otra parte, hay sectores del chavismo que critican una supuesta blandenguería o que se está cediendo demasiado a las presiones de, por ejemplo, los estudiantes fascistas.

Creemos que estos sectores no comprenden a cabalidad el sesgo táctico de estas iniciativas que comanda el presidente Chávez. Este sesgo no comienza con la aplicación de beneficios de prelibertad (que como ya explicamos en análisis anterior, no se trata de conmutación de las penas, sino en cambios en el régimen de reclusión, que implican alguna liberalidad), sino que viene desde antes, desde que inteligentemente nuestro gobierno ha planteado varias formas de debate público, como cuando devolvió a la Asamblea Nacional la Ley de Universidades.

Es muy fácil, desde cierto chavismo que se asume como radical (también podría decirse que es “radicaloide”), jugar a la política como si siempre fuera un asunto de todo o nada. Pero no es así, nunca es así. La Revolución se enfrenta a varios retos que no pueden ser enfrentados con recetas ni con puro apasionamiento o resentimiento. He aquí algunos de estos retos:

Venimos de un proceso electoral que reveló algún debilitamiento de nuestra base de electores, aunque también es verdad que no se fortaleció la base electoral opositora. Pero lo cierto es que muchos votantes chavistas no sufragaron por nosotros, se abstuvieron, perdimos alrededor de un millón de votos, cerca del 15% de nuestro caudal electoral, lo cual no es cualquier cosa

La calidad del debate político ha cambiado, con mayor presencia opositora en la Asamblea Nacional

Nuestro gobierno tiene problemas reales de gestión, que han sido reconocidos, y que nos obligan a concentrarnos con mayor énfasis en las labores concretas de planificación, administración, realización, evaluación y en muchos casos rectificación de proyectos o perspectivas, como en el tema de la construcción de viviendas

Nuestro partido se encuentra en una fase de reorientación y reformulación, debatiendo la aplicación de sus líneas estratégicas,  en un proceso crítico y autocrítico asimilable a las 3R

El movimiento popular vive un momento fuertemente crítico, donde nuestras propias fuerzas exigen cambios, mejoras en la gestión, más desarrollo del poder popular, menos burocratismo, más contraloría social, y está exigiendo respuestas

Nos enfrentamos a un intenso plan desestabilizador y conspirativo de la ultraderecha internacional y nacional, que se intensificará a medida en que se acerque el evento electoral de 2012. No estamos caminando en un jardín de rosas

Dentro de este panorama tan complicado, no podemos seguir actuando como hace dos años o más, como si la sociedad fuese una cosa estática, en blanco y negro, sin matices ni variaciones. Nuestro Gobierno hace lo correcto cuando ha decidido bajar la candela a la olla de presión, promover el debate, liberalizar algunas políticas, ceder en algunas situaciones, drenar la presión social, en busca de fortalecer la estabilidad democrática, desestimular la conspiración, restar argumentos tanto a la canalla mediática como a los enemigos políticos y, en fin, tratar de concentrarse en lo medular, y más importante y trascendente de este momento táctico, que es el logro de una victoria más que contundente en 2012.

No puede invertir muchos esfuerzos en nivelarse con la terquedad y la intolerancia de pequeños grupos de la ultraderecha, sino más bien tratar de atraerlos a una política de diálogo puntual, que no compromete los principios

¿Ha traicionado o debilitado la revolución el gobierno cubano cuando ha decidido liberar a una veintena de presos? ¿Se cree que eso es en realidad un problema de principios? ¿O más bien no se trata para los cubanos de enfrentar en mejores condiciones políticas internas y externas los importantes cambios que se están dando en la isla, consecuencia de un profundo proceso crítico y autocrítico que permita superar notables errores que se han cometido y reconocido? No otra cosa es lo que ocurre en Venezuela, en líneas generales.

Si ceder en dos o tres cosas no fundamentales ayuda a afrontar lo que para nosotros es en realidad lo principal, entonces bienvenidas sean estas concesiones. Nuestros reales problemas son otros, verbigracia:

– Corregir el rumbo en algunos aspectos de la gestión de gobierno, que están haciendo daño a la Revolución
– Rearmar al Partido para las ingentes tareas que estamos encarando
– Reforzar la estabilidad democrática y la paz interna como vía para desestimular cualquier posible apoyo a la desestabilización y a la conspiración
– Promover el debate con la contrarrevolución que sirva como escuela política e ideológica del pueblo, para fortalecer su conciencia revolucionaria
– Afincarnos en el desarrollo y profundización del Poder Popular
Recuperar la confianza de ese 15% de electores cuya abstención nos impidió obtener la mayoría calificada en la AN, y por otro lado reforzar la confianza de la mayoría popular que sigue apoyando la Revolución

Un liderazgo de calidad, como lo es el de Hugo Chávez, tiene que privilegiar la observación del conjunto del bosque, y no la de los árboles individuales. La política es un ajedrez, un juego difícil que requiere inspiración y cálculo al mismo tiempo. No se puede abordar con simplificaciones ni posiciones inconmovibles. Solo los principios no están en la postura de la apuesta. Todo lo demás forma parte del juego.

Por cierto que las propuestas de diálogo de la ministra Yadira Córdova siguen siendo respondidas con impertinencia por los “huelguistas”. La presidenta del Centro de Estudiantes de Derecho de La Universidad de Los Andes, Macarena González, hizo un llamado a la ministra de Educación Universitaria para que los atienda: “No nos vamos a conformar con mesas de trabajo en donde prometen y no cumplen. Queremos solucionar por la vía pacífica”.

Ajá ¿y cómo se van a encontrar soluciones si no se dialoga? ¿Y dónde se va  a dialogar si no es en mesas de trabajo, o como se le llame a cualquier lugar donde se pueda hablar?

Es muy bueno que se les vaya viendo las costuras a estos fascistas de siete suelas. La ministra viene actuando con tino y en el país se está discerniendo cada vez con mayor claridad quién quiere debate abierto y quién no. Hay que obligarlos a debatir, insistiendo e insistiendo hasta que no tengan más remedio que sentarse a discutir o mostrar las verrugas de su propio rostro. Como dijo la ministra, “Mientras que nosotros hemos dado señales de lo que debe ser el diálogo, los huelguistas y quienes los apoyan han demostrado que tenían eso como un plan independientemente del diálogo o de lo que nosotros estuviésemos haciendo”.
   
Contradicciones de asombro

Las contradicciones de algunos son para asombrarse. La ONG Espacio Público y Provea viven diciendo que en Venezuela no se respetan los Derechos Humanos. Ahora se aparecen con declaraciones que los contradicen.

El director ejecutivo de la ONG Espacio Público, Carlos Correa, indicó que durante 2010 se realizaron 3114 manifestaciones en el país, cinco por ciento menos que en 2009, la mayoría de las cuales, según él, se produjeron por reivindicaciones laborales, seguidas por las ejercidas para clamar por mejoras de servicios públicos.

Correa, haciendo alusión a un informe presentado por las ONGs Espacio Público y PROVEA, estimó que “la Sociedad Venezolana está movilizada, en reclamo de trabajo y calidad de vida”, e indicó que persiste una tendencia a “la dinámica del sometimiento a juicio de los manifestantes… hay un incremento de las personas perseguidas, 438 personas fueron detenidas”. Como se sabe, la mayoría de personas detenidas son liberadas y solo son sometidas a juicio un muy reducido número que incurre en delitos de diverso tipo.

Si creemos en las cuentas de estos dos parapetos, se producen en Venezuela aproximadamente ocho protestas todos los días, y solo hay un detenido cada 54 veces que la gente protesta. Además, según ellos mismos, no hubo en esas manifestaciones ni un solo muerto

¡Caramba, si esto no es democracia y respeto a los Derechos Humanos, entonces cómo se llama!

(Siguen en desarrollo los acontecimientos en torno a Libia. Volveremos sobre ello).

* Analista de asuntos políticos.

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