Venezuela: más allá del «show», elecciones y medidas defensivas
Néstor Francia.*
La suspensión del viaje presidencial a Cuba, que se vinculaba a un acto tan trascendente como su participación como orador de orden en la conmemoración del asalto al Cuartel Moncada, nos habla de lo delicada que es la situación con respecto a las amenazas guerreristas de Colombia, tutorada por el imperio. Los planes agresivos se sustentan, en nuestra opinión, en la cada vez más cierta posibilidad de que la Revolución obtenga una contundente victoria el 26-S, que la atornillaría en el poder por tiempo indefinido, probablemente para siempre.
Ahí está, por una parte, lo que dicen los números. Las parlamentarias son realmente elecciones regionales, es decir, son los resultados en cada región lo que determinará finalmente cuántos diputados obtendrá cada bloque. Las más recientes elecciones regionales en Venezuela fueron las de gobernadores y alcaldes de 2008. Entonces las fuerzas revolucionarias se impusieron en 18 de 23 estados o regiones (sin contar la barrida en las alcaldías), aun cuando esas elecciones no revestían el carácter prácticamente plebiscitario que tienen las de este año (donde todo el mundo sabe que se juega la permanencia de Chávez).
Pero también es importante mirar las ventajas que se sacaron los bloques entre sí en los distintos estados o regiones. El único estado donde la oposición ganó con diferencia superior a los 10 puntos fue Nueva Esparta (16). En Táchira lo hizo con apenas el 1.4 y en Carabobo con 3. En cambio las fuerzas revolucionarias obtuvieron ventajas mayores de 30 puntos en 4 estados, mayores de 20 en otros 4 y del resto, en 6 superó los 10 puntos de diferencia.
Con que solo se diera un resultado parecido el 26-S, la mayoría calificada se lograría holgadamente. Ahora bien, a esto se suman otros factores. En general, la oposición va más dividida que en 2008, sobre todo por las imposiciones de la MUD, que ha hecho que muchos personajes regionales con presencia política se estén lanzando por su cuenta. Otro elemento a tomar en cuenta es que la maquinaria chavista está hoy más aceitada y mejor organizada que hace dos años. En cambio, la maquinaria opositora es improvisada y con dudosa capacidad de convocatoria y movilización.
Todo apunta a una Asamblea Nacional bajo control total de los revolucionarios. Es ésta una de las razones principales por las cuales los sectores más radicales y violentos del imperio y de la oposición venezolana han recuperado terreno en el sector contrarrevolucionario, y ello ha llevado, por ejemplo, a que José Vicente Rangel haya hecho un llamado a sectores más moderados a deslindarse de los “aventureros”. Sin embargo la historia reciente demuestra que a la hora de las chiquitas, todos son radicales y aventureros.
Hora de riesgo
De allí el inminente peligro de una agresión armada contra Venezuela, o de la ejecución de un plan violento al interior, o de la combinación de ambas cosas a la vez. En este contexto hay que ubicar la misiva que hizo pública Chávez, y donde un informante prevé la agresión militar de Colombia contra Venezuela, con el respaldo de Estados Unidos.
Sin embargo los planes de Colombia, al montar el "show de las pruebas” en la OEA, no han resultado como ellos esperaban. Claro que han logrado cierto éxito en el plano mediático, que es lo que más buscaban, pero solo de manera relativa. La rápida reacción de nuestro gobierno rompiendo relaciones hizo que las supuestas pruebas pasaran a un segundo o tercer plano (también están los llamados al diálogo y los tartamudeos de Insulza después de ser criticado por montar la reunión para solo ser escenario de un grotesco espectáculo).
Mientras abundan los llamados al diálogo y las ofertas de mediación, de las “pruebas” solo hablan, medianamente, los voceros del imperio, la canalla mediática continental, los oligarcas y la oposición vendida del patio, pero para los gobiernos (incluso los de derecha) y los organismos internacionales las pruebas no existen.
Lo dijo el mismo Insulza, quien ayer fue explícito, en el sentido que ningún país (salvo Colombia) ha pedido la conformación de una comisión de verificación, ni tampoco ningún país ha solicitado revisar los documentos que presentó Colombia. Desde el punto de vista de la diplomacia, al gobierno de Uribe le salió el tiro por la culata, pues se ha quedado aislado. Ni siquiera los gobiernos de derecha de Europa han dicho ni pío. Nadie se los ha tomado en serio.
En cuanto a Insulza, no hay duda de que se prestó para el "show", así como se ha prestado para tratar de legitimar al gobierno fraudulento de Honduras. En esto Chávez habló claro: “La OEA se presta para el ‘show’. La OEA, el secretario general, sabe de qué se trata el juego, sabe que es una provocación, sabe que detrás del Gobierno de Colombia y sus agresiones y su falta de respeto está la mano de Estados Unidos. Y sin embargo, convoca al ‘show’”.
Entretanto, cada cosa que dicen los representantes de la derecha, no hace sino confirmar la existencia del plan conspirativo, del cual forman parte las falsas y ridículas denuncias de Uribe. Ubaldo Santana, presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, en declaraciones a dúo con su par de Colombia, además de repetir su sempiterna cantaleta sobre el diálogo y la paz, la emprendió una vez más contra nuestra Patria, y se puso del lado de las trapisondas de Uribe, al afirmar que hay “demasiados testimonios” de la presencia de guerrilleros en territorio venezolano e indicó que hace falta una mayor “presencia del Gobierno en las regiones fronterizas”. “Estamos dejando demasiados vacíos para que esos grupos circulen”, añadió.
Por su parte, el vocero gringo para América Latina, Arturo Valenzuela, señaló que las denuncias colombianas deben ser tomadas “muy en serio”, cosa que, como sabemos, hasta ahora muy pocos han hecho, más allá de los sempiternos sirvientes mediáticos del Imperio. El Departamento de Estado indicó que “Venezuela tiene una obligación con Colombia y con la comunidad internacional para investigar completamente esta información, y actuar para prevenir el uso de su territorio soberano por grupos terroristas”.
Con su tradicional prepotencia, el imperio habla de obligaciones que nadie le ha puesto a nuestro país. Inclusive el mismo Insulza ha dicho ayer que la OEA no se va a meter en este asunto y que se trata de un problema bilateral entre Venezuela y Colombia. Pero las palabras de Valenzuela y del Departamento de Estado dejan las cosas en claro, en el sentido de dónde se cuecen las habas de la conspiración contra nuestra Patria.
Entretanto, ha sido convocada para el jueves una reunión de Unasur para ventilar el conflicto colombo-venezolano. En ese foro llevamos ventaja, más cuando el influyente Brasil, por labios del propio Lula Da Silva, ha calificado como “extraña” la presentación de Colombia ante la OEA.
En Unasur, Colombia apenas si contará con la condescendencia de Perú, pero lo más seguro es que por la situación de aislamiento colombiano, ni siquiera ese gobierno vaya a batir lanzas por las “pruebas”. Sin embargo lo más probable es que esa reunión no vaya más allá, en sus resoluciones, de llamados a la negociación y a la paz. En ese sentido es muy conveniente el anuncio del canciller Nicolás Maduro, de que Venezuela presentará una propuesta de paz, lo cual se llama jugar adelantado o como decimos en criollo, “picar adelante”.
Maduro dijo que “Nosotros vamos a llevar la posición de paz que propone Venezuela para Colombia”. En todo caso, de allí Colombia saldrá, sin ninguna duda, más aislada aun ¡Con razón Santos no ha querido ni pronunciarse!
En medio de las amenazas, Chávez asomó la determinación de utilizar, en caso de agresión, un arma poderosa con la cual contamos: la suspensión del suministro de petróleo a los Estados Unidos (ya el ministro Ramírez anunció que PDVSA pasa a estado de alerta amarilla). Esto no solo acarrearía dificultades a los gringos, que tendrían sin duda la capacidad para superarlas, aunque no sea fácil, sino sobre todo implicaría una rápida e incisiva distorsión del mercado mundial de crudos.
Una subida brusca y muy fuerte de los precios hay que darla por segura, lo cual complicaría aun más la situación de crisis que vive el capitalismo. No la tiene fácil el imperio, pero su dilema es que tampoco puede quedarse de brazos cruzados mientras la revolución avanza.
* Analista de asuntos políticos.