Venezuela, primarias; Colombia, elecciones; Unasur dijo no al Lobo
Néstor Francia.*
La reacción principal de la oposición ante las exitosas primarias del PSUV ha sido la del avestruz: negarse a la realidad, sobre todo como una manera de amortiguar el impacto que en su propia gente pueda tener el resultado del domingo, en el sentido de profundizar un sentimiento prematuro de derrota que genere aun más abstención en ese sector que la que ya producirá el mediocre espectáculo “unitario” que le han dado al país. La desesperación de la canalla mediática los lleva al ridículo.
Nelson Bocaranda, en sus “Runrunes”, afirma: “Los resultados para el PSUV fueron patéticos. La orden emitida a las 8 p.m., cuando se cerraron las mesas desiertas y los asalariados reclutadores de votos se dieron por vencidos al no encontrar más gente dispuesta a votar, fue multiplicar por ‘casi 2’ el número real de votantes… Por supuesto, el CNE avala los dos millones y medio y de allí no los sacará nadie”.
Claro que los idiotizados lectores que siguen fielmente a Bocaranda no se preguntarán que si esto es así, porque anda tan callado el rector opositor Vicente Díaz. Tampoco lo harán quienes admiran al Matacuras, Leopoldo Castillo, quien puso también en duda el resultado, cuando afirmó que a él no le consta que votó esa cantidad de gente.
En el caso de Eduardo Semtei, la ridiculez es de antología. En un programa de Globovisión, este renegado hizo afirmaciones realmente risibles, como esa de que el PSUV alquiló “cinco mil carros” (¿hay tantos carros en alquiler en Venezuela?). Luego sacó una cuentas rocambolescas que daban como resultado que si las primarias de la oposición hubiesen sido en todos los circuitos, habrían tenido tantos votos como las del PSUV. Para ello aplicó una fórmula esquizofrénica consistente en multiplicar 380.000 electores (los que votaron el 25 de abril) por seis (para llegar aproximadamente a los 87 circuitos).
En realidad, las primarias opositoras se desarrollaron en buena parte en circuitos donde la oposición siempre obtiene más del 50% de los votos. Allí la participación alcanzó a veces más del 20% por ciento. Pero Francisco Ameliach dio un ejemplo ayer que echa por el suelo esa tesis. En el circuito 1 (El Junquito, Catia y aledaños) el candidato opositor seleccionado sacó 14.863 votos, mientras que el del PSUV, Aristóbulo Istúriz, obtuvo 50.386. Pero al menos Semtei no negó los números, pero si los “malinterpretó” al señalar que significaban que los votos pesuvistas el 26-S no llegarían a los 4 millones. En cuanto a esto, hay que recordar que en las primarias del Partido que se realizaron el 1 de junio de 2008 (para elegir candidatos a gobernantes regionales y locales) votaron también alrededor de 2.500.000 militantes, similar al número del domingo.
En esas elecciones regionales el PSUV obtuvo 15 gobernaciones y superó ampliamente a la oposición en la votación general. Poco después en el referéndum de la enmienda constitucional (15 de febrero de 2009), el “Sí” nuestro alcanzó 6.310.482 sufragios. Lo cierto es que los resultados prefiguran, tal como lo hemos afirmado por otras señales, que el PSUV logrará la mayoría calificada en la Asamblea Nacional, a menos que nos durmamos en nuestros laureles y fallemos en la campaña, cosa que esperamos no ocurra.
Colombia
En Colombia, se ha prendido la luz roja para Juan Manuel Santos, por lo que el abanderado del uribismo ha anunciado cambios importantes al interior de la campaña para tratar de repuntar de nuevo en las encuestas. La última encuesta de intención de voto, publicada el viernes, situó al candidato por el Partido Verde, Antanas Mockus, al frente de las preferencias electorales, con 38,7%, seguido por Santos con el 26,7%. Es decir, la diferencia es ya de 12 puntos, por lo que seguramente Santos y sus equipos deben saber muy bien que será imposible cambiar radicalmente esa situación para la primera vuelta, pero que tal vez tengan chance para la segunda, para lo cual cuentan con un mes más.
El primero de los cambios tiene que ver con la llegada de J.J. Rendón, un estratega venezolano, a la campaña presidencial de La U. Además, ingresarán otros estrategas y habrá relevos en casi todas las posiciones importantes del equipo. Santos expresó que “Declaramos el relanzamiento de nuestra campaña. Hoy recuperamos como símbolo de la campaña nuestro logo, el logo de la ‘U’ (Partido de Unidad Nacional), el logo de la primera fuerza política de Colombia…Durante las últimas semanas el Partido de la ‘U’, el presidente Uribe y yo mismo hemos sido víctimas de guerra sucia. Eso hizo pensar a muchos que era mejor replegar nuestra bandera. Nos equivocamos, y asumo mi responsabilidad”.
Es decir, el candidato quiere volver al regazo de Uribe y del uribismo, del cual había pretendido distanciarse relativamente.
Pero por otra parte, Santos ha decidido radicalizarse contra Chávez y usarlo como “coco” para generar miedo en los colombianos y ofrecerse él como su protector. El candidato oficialista colombiano acusó a Chávez de buscar impedir su eventual triunfo como presidente de Colombia pues eso le dificultaría extender su revolución bolivariana a la nación vecina:
“Siempre ha sido un objetivo de la revolución bolivariana lo que ellos llaman la oligarquía santanderista, que es el establecimiento colombiano, y ellos saben que ahí yo pondré una talanquera como la ha puesto el presidente Uribe y por eso preferirían a alguien que no fuera tan difícil de penetrar para que esa revolución hiciera su agosto en Colombia”
Por otro lado, Santos pretende desmarcarse un poco de la política de “seguridad democrática”, pues en ese tema ha mostrado debilidades, sobre todo al ser visto como responsable del ataque en Ecuador y de las dificultades con los vecinos, y afirmó que si es elegido mantendrá la seguridad en Colombia pero dará más énfasis a la economía y la inversión social para reducir el desempleo y la pobreza.
Nada con Lobo
Una excelente noticia: la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) seguirá sin reconocer al gobierno de Porfirio Lobo en Honduras por haber surgido de “elecciones inconstitucionales, producto de un golpe de Estado”, según afirmó ayer el canciller de Venezuela, Nicolás Maduro, en un comunicado tras reunirse con el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño.
Un duro golpe a lo que hasta ahora venía siendo un avance casi sin obstáculos del plan Obama-Clinton para legitimar el golpe de Estado y al gobierno espurio y represor de Porfirio Lobo.
* Analista de asuntos políticos.