Venezuela: tras la Reforma – AHORA HAY QUE APLICARLA

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Por eso los enemigos de la revolución decidieron dar esta batalla «con todos los hierros». Su primer objetivo es fanatizar y movilizar nuevamente a su alicaída base social. Pero, una vez más, enfrentan unas masas dispuestas a todo y una correlación de fuerzas favorable a la revolución. Si comparamos el ánimo militante y asistencia de nuestras marchas con las contrarrevolucionarias resulta evidente que somos más fuertes.

Eso sí: debemos movilizar y organizar esa fuerza en la calle, en los centros de trabajo y estudio, los pueblos y barrios. Ése es el camino para vencer.

Como ha planteado el presidente Chávez, los Batallones del PSUV debemos ponernos al frente de la lucha. Impulsar los «bataso» de vanguardia y de apoyo en cada fábrica, barrio y centro de estudios. Pero, además, hay que estar claros en que la burguesía utilizará todos los medios a su alcance para impedir la aprobación de la reforma este dos de diciembre de 2007 y, si no lo consiguen, para sabotear su aplicación.

La «quinta columna» y la lucha por completar la revolución

Debemos estar alerta. El avance de la revolución, y muchos contenidos de la reforma, no sólo golpean a la burguesía, también rompen esa «paz de los ministerios» que tanto gusta a la burocracia y amenazan sus privilegios y control. Como siempre advertimos los marxistas, a medida que la revolución avance la lucha dentro del movimiento entre las masas revolucionarias y la burocracia reformista (en realidad pro-capitalista) va agudizándose. PODEMOS y Baduel son sólo la punta del iceberg.

Buena parte de la burocracia (y seguramente de la oficialidad) en su fuero interno, no piensa muy diferente que ellos, aunque por ahora no lo diga. Muchos incluso podrían pensar que una derrota de la reforma –o una victoria estrecha– les daría «chance» para plantear con mayor fuerza una negociación.

El planteamiento de Heinz Dieterich, convertido en ideólogo de los reformistas, defendiendo a Baduel, considerándolo no un traidor sino «el centro político de país» y proponiendo una negociación Chávez-Baduel para evitar la polarización social expresa los intereses de estos sectores.

Estos planes además de reaccionarios son utópicos.

El llamado de Chávez al socialismo, su giro a la izquierda, los contenidos de la reforma, no son caprichos suyos; responden a la lucha de clases en el seno de la revolución y a la incapacidad del sistema capitalista en Venezuela y en todo el mundo para permitir unas condiciones de vida dignas a las masas. Los objetivos más básicos de la revolución bolivariana chocan con el mantenimiento del capitalismo y la propiedad privada de los medios de producción.

Apoyándose en los traidores, la «quinta columna» y los intelectuales reformistas, la contrarrevolución, al tiempo que muestra sus garras, intenta sembrar desorientación y confusión en nuestras filas. Pero lo tienen realmente difícil. La lucha ha llegado demasiado lejos, las masas no dejarán que les arrebaten su revolución.

La contrarrevolución mantiene abiertas, por los momentos, todas las tácticas de lucha. Como en otras ocasiones, decidirán en función de la correlación de fuerzas. De ahí la importancia crucial de lo que hagamos los revolucionarios. Si les damos oportunidad intentarán movilizar lo máximo que puedan de su base social y buscarán un escenario que les permita generar una ofensiva contrarrevolucionaria y antes o después nuevos movimientos golpistas en la FAN.

La reforma debe ser el primer paso
hacia la expropiación de la burguesía

En cada «bataso», fábrica, universidad además de haber organizado la movilización por el debemos conformar comités de autodefensa revolucionaria dispuestos a actuar rápidamente ante cualquier contingencia, como planteamos para las presidenciales de diciembre de 2006 el Frente Campesino Ezequiel Zamora y otros colectivos revolucionarios con el Plan Oligarcas Temblad. Otra propuesta urgente, en nuestra opinión, debe ser que los «bataso» y comités en defensa de la revolución se organicen también en los cuarteles.

Junto a la movilización masiva, permanente y organizada del pueblo para derrotar cualquier tentativa contrarrevolucionaria, es fundamental introducir claridad ideológica en nuestras filas, especialmente entre los soldados y la oficialidad.

Hay que explicar que el único modo de garantizar el acceso de la inmensa mayoría de la población a un empleo, educación, salud y vivienda dignas es poniendo la riqueza que producimos todos los venezolanos con nuestro trabajo bajo el control y la planificación democrática del conjunto de la sociedad.

Esa planificación democrática sólo es posible si las principales palancas económicas pertenecen al Estado y al mismo tiempo éste pertenece al pueblo, si sustituimos el actual Estado, que sigue siendo burgués, por un estado de los trabajadores basado en la unificación a escala local, estadal y nacional de los Consejos Obreros, Comunales y Estudiantiles.

La clase obrera debe ponerse al frente de esta lucha y desarrollar «bataso» y comités de defensa de la revolución en cada fábrica. Hoy, para ganar el referéndum, mañana para derrotar desde abajo el saboteo capitalista y burocrático y garantizar que la reforma se aplica, organizando la toma de empresas, instaurando el control obrero y desarrollando los Consejos de Trabajadores en todas las empresas y demandando la estatización de la banca, los monopolios y los latifundios bajo control obrero.

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