Venezuela: un gobierno solidario y la porquería que no lavan las lluvias

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Néstor Francia.*

Mientras las lluvias parecen ceder de a poco, la canalla mediática insiste en destacar lo negativo y en ocultar lo positivo. Las muertes, los derrumbes, las interrupciones viales, las casas derruidas, los lugares anegados son destacados desmesuradamente, en titulares, textos, gráficas y hasta caricaturas, mientras la gran movilización solidaria y eficiente del Gobierno nacional es minimizada e incluso ocultada en algunos casos.

Un titular emblemático de este despropósito fue el de El Nuevo País de hace un par de días: “Venezuela se ahoga y no hay salvavidas”.  En ese sentido, la socióloga Mariclen Stelling, en entrevista con la Agencia Venezolana de Noticias (AVN), explicó que los diversos medios de comunicación social han venido transitando entre la noticia y la información para la confrontación política:

“Aunque se hizo el intento de darle prioridad al desastre, los medios privados, a través de la lógica bélica-política, van deslegitimando y subvalorando las acciones del Gobierno, y están sobredimensionando las acciones de los gobernadores y alcaldes de oposición”.
Un ejemplo de lo planteado, según refirió Stelling, se vio en el diario El Nacional, cuyo editorial califica como “un show” el alojamiento de 26 familias damnificadas en el Palacio de Miraflores.

El texto publicado por el rotativo afirma que el Ejecutivo trató de ocultar la magnitud de las lluvias, cuando de manera contradictoria este medio de comunicación no ha dado cobertura a las soluciones que ha planteado el Ejecutivo a las familias afectadas por las precipitaciones de los últimos días. Otra muestra de este tipo de prácticas se observa en los informes del canal privado Globovisión, que tras el inicio de la contingencia se ha mantenido transmitiendo entrevistas con el gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles Radonski, mientras obvia y en el mejor de los casos minimiza las acciones gubernamentales.

La decisión de Chávez de ocupar sedes de entes públicos, como el propio Palacio de Miraflores, el Palacio Blanco, el Fuerte Tiuna y otros para dar cabida a los damnificados no tiene parangón en ningún país del mundo ni en la historia de la Humanidad. Es un hecho inédito y notable, no solo como solución parcial (en realidad esos espacios son pocos para los más de 70.000 afectados) sino sobre todo como referencia moral y social. Posee un sentido revolucionario nítido: los palacios y los cuarteles dejan de ser guetos cerrados y abren sus pesados portones a las gentes sencillas y necesitadas.

Durante un tiempo de mediano alcance, mientras se erigen las viviendas, los funcionarios deberán compartir los espacios con aquellos a quienes se deben (al menos en teoría). Para todos será una escuela viva, con enseñanzas de todo tipo, la mayoría de ellas seguramente positivas. Es una irrupción de pueblo en la cotidianidad de la burocracia, un hecho extraordinario, una ruptura con la rutina, algo que solo puede ocurrir en revolución. Solo un corazón auténticamente transformador como el de Chávez puede concebir acciones como estas. Pero la calidad de esta acción es pasada por alto por la canalla mediática. No obstante está allí, como testimonio de los cambios de todo tipo que vivimos desde 1999, el año en que Vargas hubiese desaparecido si el desastre lo hubiera acometido la Cuarta República.

Otro ejemplo macabro de cómo actúan los contrarrevolucionarios son los rumores. En las redes sociales corrió la conseja de que se aproximaba un huracán, mientras fueron denunciados grupos de motorizados que sembraban falsos rumores sobre saqueos en Guarenas e incluso hacían llamado a la gente para que saqueara. Es una oposición terrorista, incorregible, por donde quiera que se la mire,.

También al nivel internacional, la canalla mediática cumple con el papel asignado. Es una de las grandes fortalezas del imperio y la oligarquía, y una de las características principales de la llamada guerra de cuarta generación. Con el caso de las revelaciones de Wikileaks, tratan de desviar la atención de los asuntos principales que de allí se desprenden. Por una parte, la soberbia y el intervencionismo imperiales intentan reducirlos a chismes de picaresca política, y por otro lado persiguen enfocarse en aquellas filtraciones o “noticias” donde los propios voceros gringos buscan comprometer a terceros países, sobre todo a aquellos que les son incómodos.

El diario alemán Die Welt, por ejemplo, publica una información donde se señala que Irán quiere construir en suelo venezolano una base de misiles de mediano alcance. El periódico indica que el Consejo Supremo de Seguridad de Irán “ha propuesto una instalación militar conjunta en suelo venezolano para aumentar el poder de disuasión contra Occidente”. El recinto militar, que sería operado por funcionarios iraníes y venezolanos, “se utilizará principalmente para el almacenamiento de las armas estratégicas de Irán”.

También habla de “La capacitación intensiva de los oficiales venezolanos que se celebrará en los próximos meses en la Universidad Sharif de Teherán”. Una cosa notable es que este reportaje, fechado el 26 de noviembre, es ahora cuando alcanza mayor difusión, después del más reciente escándalo desatado por Wikileaks.

Igualmente se intenta destacar supuestos telegramas emitidos por funcionario gringos donde se afirma que Irán está buscando uranio en Bolivia, lo que ya fue desmentido por el gobierno de ese país. También se ha explotado mediáticamente la supuesta invasión de cubanos a Venezuela y su presunto dominio de áreas estratégicas de nuestra nación.

Entretanto, siguen las voces que manejan el plan de aislar a Venezuela, con la consabida cobertura mediática. El senador republicano Richard Lugar, para no ir más lejos, durante una audiencia celebrada por la comisión de relaciones exteriores del senado estadounidense reclamó “… La situación en Venezuela requiere más atención a la construcción de un consenso regional para oponerse a la desobediencia del gobierno a las normas internacionales… La erosión de la democracia en Venezuela está ahora acompañada por crimen creciente y estancamiento económico…”.
 
La canalla mediática internacional trata de lavar en aguas convenientemente canalizadas las porquerías imperiales develadas por Wikileaks.

* Analista de asuntos políticos.

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