Poco tiempo hubo para celebrar la victoria. El segundo ataque directo vino casi de inmediato. Sólo dos semanas después, el 8 de marzo, fue agredido el sistema eléctrico nacional. Esta vez la agresión apostaba por fracturar el mundo social venezolano. Golpear del modo en que se hizo a un país bloqueado, asediado, pauperizado, con crisis económica, hiperinflación, escasez de medicamentos, de insumos industriales, etc., dejándolo sin luz y agua por casi una semana generaba un escenario, tenebroso, desconocido y objetivamente incierto.
El teatro de operaciones elegido por el imperialismo fue la población civil venezolana de un modo no antes visto. Una vez más quedó demostrado el carácter vil, genocida e inmoral de EU y de sus lacayos criollos. Pero también se puso a prueba y emergió como nunca en estos 20 años lo que podemos llamar “la moral bolivariana” del pueblo venezolano. La apuesta era el desorden social: saqueo, asaltos, violencia callejera, desorden, es decir, el caos. Salvo un episodio en Maracaibo, la respuesta mayoritaria, lo que primó, en medio de la tensión y de la incertidumbre colectiva, fue la organización, la serenidad, la solidaridad.
Es que nadie le contó al imperialismo eso de que “por aquí pasó Chávez”, y la derecha venezolana que lo sabe, no lo entiende (ni lo hará). EU fracasó, Venezuela triunfó.
En medio, entre pueblo y FANB se vio un gobierno que, enfrentado a las peores condiciones y a ataques contundentes, ha sabido mantener la dirección estratégica de un proyecto de transformación social que apuesta por la soberanía, sobre la base del apoyo cívico-militar. No sólo eso, ante la urgencia el gobierno exhibió capacidad de respuesta a lo largo del territorio, y ante le emergencia nacional demostró ser garantía de paz social.
Será este un inmenso momento de aprendizaje colectivo para el pueblo (aprendizaje social), para la FANB (aprendizaje militar) y para el gobierno (aprendizaje de gestión política revolucionaria, técnica y comunicacional).
Para la derecha será recordado como el momento de su suicidio político. El momento en que su máximo dirigente amenazó con el artículo 187 para pedir el ingreso de tropas extranjeras al país — las mismas que dejan sin agua y luz a la población; el momento en que más ayuda ha recibido del exterior, pero más débil es en el interior, el momento en que su caída en picada alcanza la velocidad de la “luz”. La principal víctima de los ataques imperialistas ha sido la derecha venezolana, su cadáver es el único muerto que deja la intervención.
Pocas veces se ha visto una intervención tan directa de EU contra un país como hace con Venezuela. Pero, como dijo el Che refiriéndose a la agresión estadounidense contra Cuba “el bloqueo tiene facetas negativas y facetas positivas. Entre las positivas está el desarrollo de la conciencia nacional y del espíritu de lucha del pueblo por superar las dificultades”.
Hoy Venezuela ha vencido, porque por ahí pasó Chávez y porque se está creando ese espíritu de lucha revolucionario que como moral revolucionaria es la más formidable arma de los pueblos.
*Doctor en Lingüística por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) y licenciado en Comunicación Social. Publicado en Dominio Cuba.