Venezuela: vuelve el «show» estudiantil, Uribe prepara la guerra y la OEA se corre al calor «made in USA»

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Néstor Francia.*

Los partidos de oposición más pendientes de sus peleas que de sus muchachos. Uribe como Hitler: habla de paz mientras prepara la guerra; El mejor escenario para el debate es Unasur: interesante posición del MAS. El Congreso de PSUV. Los planes imperiales y las debilidades de Insulza.

Otra vez comienza el "show": el debilitado “movimiento estudiantil” de oposición vuelve a movilizar a los cuatro gatos que puede, para montar un espectáculo televisivo y mediático apuntalado por Globovisión. De nuevo lo harán con cierto desamparo por parte de los partidos políticos que están enfrascados en tratar de resolver sus diferencias en torno a la “unidad” para las elecciones parlamentarias. No otra cosa es la pantomima de “huelga de hambre” que han vuelto a ensayar.

Coincide –es un decir– la tal huelga con la visita que dispensa al Norte el apátrida uribista Alberto Federico Ravell, quien andaba por Wáshington denunciando la supuesta violación de la “libertad de prensa” y de los derechos humanos por parte del gobierno de Venezuela.  Preparémonos para algunos días de "show" no queda otra. Tal como entonces, nuestro Gobierno será prudente y seguramente dejará que estos payasos se ahoguen en su propia estulticia.

En cuanto a la pretensión de los seudodirigentes estudiantiles de que Chávez los reciba, se quedarán con los crespos hechos. El presidente no puede legitimar a estos conspiradores y darles pantalla. Que se cocinen en su propia salsa, su acción no tiene ningún destino que nos sea las pantallas, los micrófonos y las prensas de los medios de la oligarquía.

El gobierno de Uribe nos hace recordar a los nazis antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando hablaban de paz, como blancas palomas, mientras desarrollaban sus planes de guerra. Hitler engañó a medio mundo con esta táctica siniestra ¿Cómo habla Uribe hoy?:

“Lo único que requerimos los colombianos en nuestra patria y la patria mayor, que es la de Venezuela, Ecuador, Panamá, Perú y Bolivia, la patria de Simón Bolívar, es poder prosperar con las herramientas fecundas del trabajo y nunca destruir a nuestros pueblos con los fusiles de la guerra… El hermano pueblo de Venezuela, jamás, jamás, escuchará siquiera una murmuración de agresión de parte del pueblo o del Gobierno de Colombia”.

Mientras el narcopresidente colombiano pronunciaba estas dulzuras, el ministro de Defensa de Colombia, Gabriel Silva, anunciaba este viernes que su país incrementará la presencia de la Armada en la frontera con Venezuela: “Estamos implementando la vigilancia en otros puentes con la frontera para evitar que estas provocaciones generen un incidente internacional”

Entretanto, nuestro vicecanciller para América Latina y el Caribe, Francisco Arias Cárdenas señaló que la línea que tienen el Departamento de Estado norteamericano y el gobierno colombiano es hacer creer que existe un conflicto Venezuela-Colombia. Es lo que hemos venido diciendo: debemos sembrar la matriz de que estamos ante un conflicto multilateral y no bilateral.

Arias afirmó: “Existe un problema entre Colombia y América del Sur, hay un problema entre la oligarquía colombiana y los cambios que se están dando en la región. Entonces la mediación entre Colombia y Venezuela es innecesaria, porque se tiene que dar en el seno de la Unasur”, y además definió como inmoral que los Estados Unidos diga que existe un problema entre Venezuela y Colombia, porque es ese país el causante de toda la tensión, por querer intervenir a naciones soberanas.

Estas declaraciones  del vicecanciller apuntan en el sentido correcto de salirle al paso a la intención imperial de focalizar el conflicto en nuestros dos países. No hay duda de que Unasur es un excelente contexto para discutir en primera instancia internacional la situación, ya que son precisamente los países de Suramérica los principales amenazados por las bases gringas, y entre estos el criterio general es de rechazo, con diversos matices, del acuerdo USA-Colombia.

En medio de este contexto, no deja de ser interesante la posición expresada por el MAS por boca de su secretario nacional Tomás Terán, al pronunciarse en contra de las siete bases militares de Estados Unidos en territorio colombiano.

Según el dirigente, el acuerdo no es “solo para combatir la narcoguerrilla, sino además para actividades de inteligencia, por eso lo rechazamos, es imposible aceptar esas bases. Esa acción no sirve ni siquiera a Uribe, porque con eso le está cediendo su territorio a Estados Unidos…El ejército norteamericano es un problema, es una fuerza mundial. Esto lo rechazamos tajantemente porque el ejército norteamericano ha intervenido en asuntos de muchos países. Por eso el Movimiento Al Socialismo rechaza así como lo rechazaron las fuerzas socialistas democráticas del hemisferio”.

Además comentó que no es un problema de Chávez, sino del país y que existe una amenaza latente. El MAS es el primer partido opositor que se pronuncia de manera inequívoca contra las bases, aun dentro de una retórica antichavista. Es aquí donde lo inteligente sería separar  el trigo de la paja. No sería para nada negativo hacer un reconocimiento a esta posición del MAS: todo esto tiene que ver con las viejas y válidas premisas que se refieren al carácter de las contradicciones, las principales y las secundarias.

Importantes llamados de Chávez tanto en la reunión de partidos de izquierda como en el Congreso del PSUV. La idea de la V Internacional Socialista es muy importante en un momento como este, sobre todo si se concibe como una herramienta para la lucha popular conjunta contra las grandes amenazas del imperialismo, y no como un pretexto para solo andar reuniéndose en hoteles en debates puramente teóricos.

El llamado a manifestaciones mundiales contra la farsa electoral en Honduras, hecho en esa reunión, es un ejemplo de lo que se debe hacer. Por otro lado, el presidente llamó a que el Congreso del PSUV sea realmente participativo, en contacto con el pueblo y en debate permanente, lo que él llamó un “congreso dialéctico”. Ojalá esta vez lo escuchen, porque ya cansan un poco los aplausos vacíos para luego hacer todo lo contrario de lo que se aplaude. El Congreso es un hito definitorio en esta revolución, así que los sectores más conscientes del mismo (en el Congreso, como siempre, hay de todo), deben garantizar que los justos llamados de Chávez se cumplan.

Mientras, en Honduras, el gobierno de facto amenaza al pueblo con más represión. Micheletti advirtió este sábado que se castigará “severamente, tanto de palabra como de hecho” a quienes hagan llamados a la población para que se abstengan de sufragar e intenten boicotear las elecciones del próximo 29 de noviembre, ello en medio de el continuo desarrollo del Plan B Obama-Clinton para legitimar las elecciones ilegítimas. Estados Unidos recibió con agrado el anuncio del presidente de facto de que dejará el poder por “unos días”:

“Nos satisface que se tome una licencia”, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Robert Wood, sobre Micheletti, y agregó que “el anuncio nos permite algo de espacio para que el proceso de Honduras avance y que el pueblo hondureño se enfoque en las elecciones”. Entretanto el embajador de Estados Unidos en Tegucigalpa, Hugo Llorens, expresó: “Las elecciones del 29 de noviembre van a ocurrir, van a ser un hecho real, nosotros le deseamos buena suerte a Honduras y a su pueblo ese día, y lo que pedimos es que se haga todo en paz”. Esto lo anunciamos en agosto: el Plan B se basaría en lo que llamamos la idea de “los hechos consumados”.

El Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos, por su lado, se reunirá el lunes para analizar la situación en Honduras y buscar una posición común para después de los comicios, lo cual, por supuesto, no será posible, aunque la mayoría de los países latinoamericanos han adelantado que no reconocerán las elecciones si Zelaya no es restituido antes. En esto ha sido claro el serpenteante Insulza: “en el caso de la OEA, algunos países las reconocerán (las elecciones) y otros no, depende mucho de lo que pase el día de la elección”. Pero veamos como el Secretario General comienza a asomarse poco a poco al barranco que viene preparando el imperio para recibir la ayuda de los neoliberales del continente:

“Hay una división potencial, algunos podrán reconocer y otros no, pero nadie dice que quiere declarar ahora que no serán reconocidas si hay un cambio sustantivo de la situación. Hay una diferencia de matices, pero aún no hay una división” ¿De qué “cambio sustantivo” habla Insulza a estas alturas? El hombre ha dicho cosas muy graves que lo ponen en una perspectiva de trabajar en interés del éxito del Plan B:

“Algo tendremos que hacer con Honduras, porque ya hemos aprendido en estos años que estas cosas hay que arreglarlas pronto. No podemos pasar con Honduras fuera de la OEA por 30 años, como pasó con Cuba, que lleva casi 40”.

Pero más grave aún es esto: “lo que se juega acá, más allá de Honduras, es un precedente. Es un tipo de golpe correctivo, es decir, echó a un Gobierno, pero llamo a elecciones. (…) Lo principal que se juega es el precedente”. ¡Golpe correctivo! ¡La nueva criatura ya tiene nombre! Por supuesto, Insulza no dejó de señalar lo que se puede “corregir” con este nuevo tipo de golpe:

“Todavía no hay estabilidad política en América Latina y eso genera tentaciones. No se trata solo de la derecha, quiero decirlo con todas sus letras, también de todos los sectores hay tentaciones de imponer modelos por las vías no democráticas”. A buen entendedor, pocas palabras bastan.

* Analista de asuntos políticos.

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