Vergüenza, dolor, rabia; a propósito de la explotación minera en Las Crucitas

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Una información de prensa y tres textos. El asunto es la destrucción de vida en Costa Rica
Primero la información. La nota dice: "El presidente Oscar Arias, Premio Nobel de la Paz, en un acto de terrorismo ambiental, autorizó arrasar 262 Hectáreas de bosque en un sector de altísima biodiversidad". Y sigue…

Marco Tulio Araya*

Vergüenza, dolor y rabia provoca el reciente decreto del Poder Ejecutivo que autoriza la tala rasa de 262 hectáreas de bosque incluyendo áreas de protección de quebradas, ríos y especies que están vedadas, como el almendro amarillo, para construir una mina que explote oro, plata y otros metales, mediante lixiviación con cianuro, en Crucitas de Cutris, San Carlos, Costa Rica; a solo 3 kilómetros del río San Juan.

Vergüenza porque con este ridículo decreto, el gobierno de Costa Rica está demostrando la ignorancia absoluta en temas ambientales; está desconociendo el terrible impacto que la minería metálica provoca al medio a tal punto que muchos países y estados del mundo la han prohibido.

Dolor porque con una actitud tiránica y prepotente, le pasa por encima a las leyes que protegen la naturaleza causándole un enorme e irreversible daño al entorno imposible de reparar y esas secuelas podrían terminar con especies únicas en el mundo como el tiburón de agua dulce y la lapa verde.

Rabia porque en decenas de cartas y comunicados tanto de ciudadanos nacionales como extranjeros y expertos en el tema de la minería metálica, se le ha hecho ver al presidente y sus ministros los enormes y reales riesgos de esta nociva actividad industrial. Porque los pasados gobiernos habían sepultado este proyecto que no tiene derecho legal alguno pero el gobierno de Oscar Arias que promueve la Paz con la Naturaleza lo resucitó y le abrió todos los portillos para que opere.

300 canchas de fútbol

Son casi 300 canchas de fútbol, son casi 300 cuadras, es la destrucción del tamaño de una ciudad completa como Cartago. ¿Lo vamos a permitir?

Las leyes de Costa Rica prohíben el cambio de uso de suelo y la corta de árboles para proteger la biodiversidad dejando solo una alternativa: que el proyecto que el gobierno o la empresa privada vayan a ejecutar sea de conveniencia nacional; y la misma ley explica lo que es conveniencia nacional: que los beneficios sociales sean mayores que los costos ambientales.

En qué cabeza cabe que un proyecto minero que solo deja el 2% de sus ganancias al país, que va a arrasar con cientos de hectáreas de bosques, que va a utilizar millones de kilos de cianuro y otras sustancias tóxicas, que va a contaminar millones de millones de litros de agua, que va a poner en peligro la paz entre dos países por la amenaza de contaminación al río San Juan, que ha traído divisiones sociales en la Zona Norte, que solo va a emplear a 253 personas de las miles que están sin trabajo… sea de beneficio para toda o gran parte de la sociedad costarricense.

Este decreto es una bofetada y un acto de terrorismo ambiental que el pueblo soberano de Costa Rica no puede ni debe aceptar porque si este decreto se cumple en un lugar alejado como Crucitas, entonces se abrirá la puerta para que mañana las empresas se metan sin pedir permiso a cualquier barrio o casa donde crean que hay petróleo o minerales.

Esta es la hora de pelear. El pueblo costarricense debe levantarse y parar este atropello ambiental o lamentar para siempre su indiferencia.

*Periodista
www.informa-tico.com


2. Por alguna razón del destino, que aún desconozco

Edgardo Vinicio Araya Sibaja*

…la vida se ha empeñado en que sea yo el primero que difunda esta noticia.  Hubiera preferido mil veces no tener que pasar por este trago amargo, o al menos no pasar a la historia como uno de los dirigentes ambientalistas que presenció el inicio de la destrucción de Crucitas. Debo confesar que me cuesta escribir estas líneas porque lo hago con lágrimas en mis ojos.  Es terrible el sentimiento de frustración, tristeza, rabia e impotencia que en este momento me embargan. 

Mientras escribo estas líneas (he suspendido para ello por un momento la redacción del recurso de amparo que presentaremos apenas esté listo) están cayendo cientos de árboles indefensos y con ellos todos los seres vivos que dependen de aquellos.

Mientras escribo se está destruyendo el suelo y mañana el agua bendita no encontrará por donde caer mansa y arrasará furiosa su venganza arrastrándose por las venas abiertas de mi Norte querido.  Mañana el sol no encontrará una quebrada mansa sobre la cual reflejarse; sólo desierto. 

Hace algunos minutos, a un amigo desesperado, que habría recorrido kilómetros a pie o a caballo para traerme esta infausta noticia y a una sabia mujer que ha liderado por muchos años la lucha contra  este monstruo de destrucción llamado Industrias Infinito, (mujer de la que también me preocupa que esta situación afecte su ya delicada salud), que también me ha llamado por teléfono para confirmar la terrible nueva, les he tenido que decir que por estas horas no tengo posibilidades de hacer algo. 

Me llaman para decirme que ya lo que se conoce como la "Colina Tatú" fue arrasada, que hay más de 25 cierristas trabajando a tiempo completo, que todos los cadáveres de árboles y animales están cayendo a los zanjos abiertos para ese fin. 

A esos amigos y para todos los que va dirigido este correo, les pido perdón, a todos aquellos que pusieron en mí su esperanza, les pido perdón, no lo he podido lograr, sé que no estoy solo; pero en este momento me siento tan solo, aquí en mi biblioteca, escribiendo este correo.  Lloro para no reventar de la rabia, lloro para que mi pobre pecho descanse; pero no lo consigo.  Lloro por toda la vida que en este momento está siendo destruida por la codicia. 

Le pido perdón a ellas, a La Vida y a la Madre Naturaleza, porque por más que lo intenté no fue posible detener su destrucción por las vías legales de este país malagradecido.  No me queda más que seguir en lo mío, después de un breve descanso, volver para terminar mi recurso de amparo lo antes posible y confiar en que la Sala Constitucional acoja la medida cautelar que pediré y le ordene al monstruo que suspenda su festín.  Desde la legalidad y la institucionalidad de este país es lo único que me queda. 

No sé ustedes, amigos, aparte de esto, ¿hay algo más que podamos  hacer?  Cualquier cosa, por Dios; pero detengamos esta masacre.

Con desilusión; pero aún conservando esperanza y pidiendo que difundan este mensaje para todo el que conozcan.

* Vicepresidente UNOVIDA
"Cuando el último árbol haya sido talado, cuando el último río haya sido contaminado, cuando el último pez haya sido pescado, recién el hombre se dara cuenta que no puede comer su dinero" 
www.fueradecrucitas.com

3. Indsignación crece en Costa Rica contra el neoliberal gobierno de los hermanos Arias
           
Flora Fernández Amón*

Señor Oscar Arias,
 
Tras leer el mensaje que va continuación escrito por una persona que no conozco pero que definitivamente dice la verdad y las noticias así lo confirman, quisiera que usted le explique al país en qué consiste su programa "Paz con Naturaleza".
 
Es una verdadera vergüenza que la tragedia de esta semana, donde gracias a estas políticas ambientales tan absurdas, miles de costarricenses sufrieron la pérdida de familiares y sus hogares, usted ni siquiera tuvo la delicadeza de decretar emergencia nacional.
 
Usted será recordado por muchos costarricenses, sobre todo por las nuevas generaciones por estos hechos y no por el enmohecido Nóbel de la Paz, que no ha sabido honrar.
 
Gástese unos segundos en su cadena de televisión explicando al país qué beneficios y qué interés nacional puede tener un proyecto de minería donde todo el oro que se lleven estas empresas extranjeras, jamás pagarán el desastre ambiental que provocan, y lo peor es que al país sólo le queda la desolación, la contaminación con drenaje ácido y las futuras inundaciones.
 
Usted sabe muy bien que el TLC suscrito con Canadá tiene cláusulas que abren la posibilidad de demandas millonarias si las empresas canadienses no pueden hacer lo que les da la gana, aquí tiene una muestra.  Todavía con su codicia y su inagotable soberbia, insiste en el TLC con Estados Unidos que vendría a arrasar con lo que queda.  ¡Explíquele al país! es su obligación hacerlo, usted juró hacerlo al asumir la presidencia.
 
*Administradora de empresas.

 


4. Vías cerradas


Adriano Corrales Arias*

    Ya se cerraron todas las vías institucionales y jurídicas en este caso, como en muchos otros del acontecer nacional, gracias a un gobierno espúreo y conectado con lo peor del capital centroamericano y transnacional, y con una avidez de riquezas insospechada. ¿Qué sigue? ¿Qué medios y herramientas de lucha le quedan a este pueblo para defenderse del vendabal neoliberal y de la mentira y la burla institucionalizadas?
 
* Escritor.
    

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