Visita del Papa: Los mercaderes se adueñaron del templo/ La lupa sobre la Iglesia chilena

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Los mercaderes se adueñaron del templo

Paul Walder| La corrupción con rasgos sistémicos, los escándalos sexuales, el descarado lobby, el financiamiento ilegal de parlamentarios han sido algunos de los factores que han obligado a una mayor discreción en las acciones de no pocas instituciones. Es el caso de la Iglesia Católica, no sólo en permanente observación pública tras bullados escándalos sexuales de circulación local y planetaria, sino también por la fuente y uso de sus bienes y otros activos. El lujo excesivo, así como dudosas inversiones y fuentes de ingresos, están bajo la mirada ciudadana global y nacional.

En medio de la corriente de corrupción que ha marcado esta década, la Iglesia Católica chilena decidió en 2016 publicar sus estados financieros y el destino de sus inversiones. En esta acción de aparente transparencia, el segundo paso ha sido reacomodar parte de sus activos. Un proceso que ha revelado altos conocimientos del mercado, las finanzas y la economía neoliberal globalizada por parte de esta institución milenaria. Pero también inversiones motivadas por el lucro, con posiciones en acciones de corporaciones muy cuestionadas ya sea por sus tratos laborales, sus impactos ambientales o por ser abiertamente corruptas. Es el caso de SQM, la corporación controlada por Julio Ponce Lerou en la que la Iglesia mantuvo un paquete accionario.

Al exhibir al público sus inversiones, el administrador del Arzobispado de Santiago, Ramiro Montesinos, explicó que la decisión buscaba terminar con negocios que “no sean de nuestro giro”, como hasta aquel año lo era la automotora Coseche, importadora de vehículos Chevrolet. Hasta esa fecha el Arzobispado de Santiago era dueño del quince por ciento de la importadora, en tanto otras organizaciones religiosas, la Corporación de Beneficencia Cáritas Chile y la Orden de la Madre de Dios, poseían el treinta por ciento.

Junto a la venta de estos activos le siguió el desprendimiento de importantes paquetes bursátiles. En una publicación del diario La Tercera se informó que la Iglesia pondría en venta títulos en grandes corporaciones nacionales, tales como la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones (CMPC), Chilectra, Telefónica, Enersis, Muelles de Penco, Servicios Financieros Progreso, Norte Sur S.A., Oxiquim, Copec, Minera Valparaíso, Melón S.A., Automovilismo y Turismo S.A., Forestal Pasur e Inmobiliaria Sixterra, además de la controvertida SQM.

Aun cuando las inversiones no excedían del uno por ciento de la participación accionaria, rondaba el problema ético. En la oportunidad, Fernando Ramos, vicario general del Arzobispado de Santiago, justificó la venta de esos títulos en cuanto las “operaciones no éticas complican”, además “de la colusión”. No sólo SQM, también estaba en el centro de la agenda la CMPC, por el caso del papel tissue.

Por el valor de aquellos activos la Iglesia obtenía ingresos que no superaban los cien millones de pesos anuales. No así con otros recursos, por los cuales sólo el Arzobispado de Santiago registró en 2016 ingresos y gastos por unos 10.300 millones de pesos, unos 14 millones de euros. En la página web del Arzobispado puede hallarse un compendio muy resumido de sus operaciones financieras. En cuanto a los ingresos, el 41 por ciento corresponde a donaciones privadas, el 33 por ciento a los ingresos por el 1% accionario y el 26 por ciento por concepto de alquileres. Respecto a los gastos de 2016, que alcanzaron 10.206 millones de pesos, un 67 por ciento se destinó a vicarías ambientales y zonales en tanto el resto a administración y otras actividades.

Las donaciones privadas de 2016, que corresponden al 41 por ciento de los ingresos totales, se mantienen bajo reserva. Otras donaciones, señala la publicación, provienen del extranjero canalizadas a través de agencias internacionales como la ONG Adveniat, que obtiene fondos en Alemania para el trabajo pastoral de la Iglesia Católica en América Latina. Asimismo, la mantención de una cuenta bancaria en Estados Unidos, con el pago de sus respectivos intereses en dólares, es otra forma de obtener donaciones en el extranjero para el Arzobispado de Santiago.

Bienes inmuebles por 103 mil millones

El Arzobispado, según el reportaje citado, posee 388 bienes raíces, con un avalúo fiscal por sobre los 103 mil millones de pesos. Sin embargo, hay otras versiones que estiman en más de cuatro mil las propiedades de la Iglesia, incluyendo templos, parroquias, casas de acogida y colegios, entre otros tipos de inmuebles. A partir de estos bienes y activos históricos, el arriendo de propiedades se mantiene como una de las principales fuentes de ingresos, que en 2016 fueron el 26 por ciento del total. Entre ellos hay colegios, pero también estacionamientos, supermercados, tiendas de diferentes rubros y restaurantes. En total, el Arzobispado mantiene 127 inmuebles en arriendo en distintos lugares de Santiago los cuales administra el corredor Leonel Ojeda. Por este concepto, el Arzobispado obtuvo en 2016 beneficios por 2.678 millones de pesos.

Además de los arriendos a privados, hay relaciones comerciales con entidades estatales. La Universidad de Santiago firmó hasta 2017 un acuerdo con la Iglesia para utilizar un edificio de avenida Ecuador, cuyo costo se fijó en UF 320 mensuales. Junto a ello están los alquileres de los inmuebles de la sede del Arzobispado en calle Erasmo Escala a la Universidad Alberto Hurtado.Resultado de imagen para universidad de santiago

Comparativamente con otros países católicos, los ingresos de la Iglesia Católica chilena son muy reducidos. El caso de España vale para hacer este contraste. El patrimonio de la Iglesia, sus bienes inmuebles, los ingresos por fiestas y celebraciones, generan una inmensa riqueza que la Conferencia Episcopal española, con la asesoría de la auditora KPMG, cifró en 2014 en 32.520 millones de euros. La mayor parte de esta cifra, 22.620 millones en concreto, se generan a través de los más de tres mil bienes inmuebles de interés cultural que pertenecen a la Iglesia, de los que 18 son Patrimonio de la Humanidad, 78 catedrales y 3.072 bienes de interés cultural que no son catedrales. Una cifra que no tiene parangón si la oponemos a los recursos (poco más de catorce millones de euros) que obtiene como ingresos la Iglesia chilena.

Se calcula que el patrimonio eclesiástico español está integrado por 100.000 inmuebles. O dicho de otra forma, el 80% del patrimonio histórico-artístico hispano pertenece a la Iglesia. Para muestra, el 70 por ciento del suelo habitable de Toledo está en manos de la Iglesia. Y lo mismo puede decirse de Avila, Burgos o Santiago de Compostela. Nadie sabe la cuantía total del patrimonio eclesiástico. La Iglesia no lo dice, escudándose en el funcionamiento diocesano de la misma.

La Iglesia, mejor negocio que las grandes corporaciones

En el caso español, tal como en el chileno, las cifras se refieren a ingresos. Los patrimonios son infinitamente mayores. En España se estima que la Iglesia Católica es la primera entidad con mayores propiedades después del Estado. Para darse una idea del volumen de sus ingresos anuales, una corporación como la CMPC tuvo ingresos en 2015 por unos 3.900 millones de euros, una cifra varias veces menor a los de la Iglesia ibérica. Una denuncia de la organización Europa Laica calcula que la Iglesia española se lleva al año, entre exenciones e ingresos varios, once mil millones de euros, una cifra bastante mayor, incluso, a un banco del tamaño del BBVA de España, con ganancias por 4.700 millones de euros en 2016. A diferencia de una compañía privada, la Iglesia está exenta de pago de impuestos.

A nivel mundial los números alcanzan cifras indescifrables. Los tesoros del Vaticano y las catedrales Patrimonio de la Humanidad no tienen una valoración precisa por su magnitud. Una investigación publicada en 2012 por The Economist calculaba en 170 mil millones de dólares los gastos globales de la institución religiosa católica. Una cifra estimativa, por la opacidad y extrema complejidad de su estructura financiera. Según la investigación citada, “la Iglesia Católica es por un lado muy jerárquica, centrada en la autoridad del Papa, en tanto en su base es totalmente descentralizada, con cargo a cada obispo cuya diócesis funciona como un virtual principado”.

Es posible seguir esta pista desde el Vaticano, cuyas inversiones están canalizadas a través del Instituto para las Obras de Religión (IOR), más conocido como el Banco del Vaticano. The Economist asegura que su portafolio de inversiones financieras supera los 2.600 millones de dólares. Solo en Italia sus intereses se extienden por el sistema bancario, aerolíneas, inmuebles, empresas públicas y hasta en la cinematografía.

El Banco del Vaticano, tras la bancarrota del Banco Ambrosiano en 1982, ha llevado a cabo un proceso de mayor transparencia financiera. En noviembre de 2013 contrató a la consultora Ernst & Young para la realización de auditorías externas y evitar irregularidades como el lavado de activos. En concreto, el IOR administra unos siete mil millones de euros en Bonos del Tesoro, mercado de valores y mercado interbancario. Esos son, por lo menos, los destinos informados, pero no se descartan inversiones en paraísos fiscales. De estas actividades regulares, el IOR informó en 2012 ganancias por 86 millones de euros, de los cuales, dice, 56 millones se destinaron a apoyar el presupuesto del Vaticano.

Ganancias por el “giro religioso”

El Vaticano puede considerarse como una gran empresa financiera. Investigaciones no oficiales estiman que participa o ha participado como accionista del Banco Di Roma, Banco Dil Santo Spiritu, Credito Centrale Di Lazio, Centrale di Credito, Banco Católico Veneto, Banco Comerciale Italiano, Cassa di Risparmio di Roma, Bancario Italiano, Banco Popular, Chase Manhattan Bank, Caja Sur, Caja de la Inmaculada de Aragón, Cajacírculo y Bankers Trust. También tiene o ha tenido inversiones en Alitalia e Italgas (sucursales en 36 ciudades italianas), Fiat, Olivetti, Lancia, Chrysler, Group LLC y otras no menores como Shell, Gulf Oil, General Motors, Inditex, Endesa y General Electric.

Otros son los ingresos por los negocios asociados al “giro religioso”. Sólo en Italia, el Vaticano ha informado que por la administración de los museos de la Santa Sede tuvo en 2014 un excedente de 63 millones de euros. En tanto por el arriendo, aquel mismo año, de la Capilla Sixtina para un evento del fabricante de automóviles de lujo Porsche, obtuvo 5.900 dólares por cada uno de las decenas de participantes. Otros ingresos son obtenidos por actividades eclesiásticas, como por ejemplo el oneroso proceso para canonizar a un santo, que conlleva tareas de lobby, mensajería, tarjetas y otros gastos.

Sin duda que uno de los negocios más rentables es el que rodea las actividades del Papa. Cifras oficiales estiman que bajo el papado de Francisco estos ingresos han aumentado de forma sensible. A diferencia de Benedicto, que durante su papado recibió un total de veinte millones de visitantes en el Vaticano, el argentino Jorge Mario Bergoglio ha atraído a actividades en la Santa Sede, desde marzo de 2013, a doce millones de católicos y a otros trece millones en actos fuera del Vaticano. Estas puestas en escena, similar a otros espectáculos masivos incluso como los grandes conciertos de rock, están apuntalados por merchandising, publicidad y aportes en dinero que engrosan las arcas del Estado vaticano.

La visita a Chile de Bergoglio, cuyo costo, hasta el momento, asciende a diez mil millones de pesos, se inscribe en estas actividades comerciales, de los cuales unos siete mil serían canalizados y subsidiados por el Estado chileno.

La lupa sobre la Iglesia chilena

Alejandro Lavquen| Editorial Universitaria acaba de publicar el quinto y último tomo de la colección Historia de la Iglesia en Chile (800 págs.), subtitulado Conflictos y esperanzas. Remando mar adentro. Reúne diversos autores bajo la dirección del doctor en historia Marcial Sánchez Gaete, miembro de la Sociedad de Historia de la Iglesia en Chile. Marcial Sánchez además es autor de libros y artículos acerca de la historia cultural y económica de la Iglesia Católica en Chile e Hispanoamérica.

El subtítulo de su libro: “Conflictos y esperanza. Remando mar adentro”, ¿se debe a una visión crítica?

“Antes de contestar su pregunta, quiero explicarle que cada tomo tiene un subtítulo con el cual se ha querido englobar la realidad del tiempo que se trata. Así, este volumen cronológicamente comienza en los años 60 hasta la primera década del siglo XXI, periodo bastante convulsionado para la historia de Chile. Desde el gobierno de Eduardo Frei Montalva, pasando por Salvador Allende y posteriormente por la dictadura militar, para culminar con la acentuación de las nuevas regulaciones democráticas de convivencia. Como verá es tiempo de conflictos, pero también de esperanzas, para toda la nación y, por ende, para la Iglesia. Ahora bien, remando mar adentro es una expresión que nos invita a lo desconocido, a la búsqueda de un puerto sin saber si estará cerca o no, con aguas quietas o agitadas, más aún, en un mundo que ha ido virando sus intereses, acumulando sus conocimientos y gestando nuevas realidades. Por lo que, al mirar este tiempo con toda su problemática, la visión crítica de una institución tan importante como la Iglesia es ineludible, por lo que el subtítulo se centra en la realidad que subyace a lo cotidiano y se detiene en el poder del hombre, bajo la conjunción de lo natural y lo sobrenatural”.

Desde la separación en 1925, la Iglesia y el Estado de Chile siguieron relacionándose sobre la base de intereses corporativos. ¿Cómo funciona hoy esa relación?

“Chile es un país preferentemente cristiano, que se puede evidenciar en las innumerables fiestas religiosas que se suceden en el territorio y que denotan una realidad cultural que no podemos negar. Ante esto, encontramos una relación de diálogo, que se plasma desde lo cotidiano. Pero diría es más transversal que vertical, en donde todos podemos criticar, buscando un bien común. El problema es que hay intereses particulares que no entienden esta nueva convivencia que se está instalando paulatinamente en Chile, y que solo podemos comprender bajo la mirada histórica”.

Cristianos por el socialismo

Cristianos por el Socialismo y la Teología de la Liberación fueron temas conflictivos que debió enfrentar la Iglesia… ¿En qué quedó aquella experiencia?Resultado de imagen para chile Cristianos por el socialismo

“La Iglesia en su conjunto y en su caminar se va situando en el signo del tiempo, pero hay una realidad que se ha mantenido por siempre, que es la pobreza, y América Latina ha sido parte en su historia con una marginación tal, que todavía hoy conocemos grandes bolsones de desprotección de la persona humana y que traen consigo la denigración y en muchos casos, la falta de interés por la vida. La Teología de la Liberación nace bajo el alero del Concilio Vaticano II y se sustenta en América Latina en el Concilio de Medellín, e invita a mirar la realidad, la que debe ser liberadora en la esencia misma del hombre, con una justicia social que se apegue a las demandas de un Cristo vivo entre los hombres. La Teología de la Liberación sigue viva, está presente y se hace parte de la cotidianeidad de muchas comunidades. Solo basta revisar los acercamientos que ha tenido el Papa Francisco con alguno de sus pensadores actuales.

No cabe duda busca un diálogo en la verdad que nace desde Latinoamérica pero que se expresa coherentemente en todo el mundo. Por su parte, los Cristianos por el Socialismo fue un movimiento que se autodisolvió luego del golpe militar con la clara misión de insertarse en las comunidades de base, lo que motivó que la Conferencia Episcopal chilena prohibiera manifestaciones de tipo político en instancias eclesiológicas. Debemos recordar que en la época de la dictadura la coherencia de este movimiento llevó a que 120 sacerdotes fuera expulsados del país y más o menos la mitad de ellos estuvieran presos o fueran torturados, igual situación con unos 30 pastores protestantes y unas 35 religiosas. En el caso de los laicos, unos 200 fueron aprehendidos y torturados. Dentro de los asesinados estuvieron los sacerdotes Juan Alsina, Miguel Woodward, Gerardo Poblete, Omar Venturelli y Antonio Llidó”.

-¿Cómo ha sido el rol de los laicos a partir del Concilio Vaticano II? ¿Qué relevancia han tenido?

“El Concilio Vaticano II le dio un estatus distinto al que hasta entonces tenía el laicado, ya que le otorga un reconocimiento oficial, lo que llevó a la conformación de distintos movimientos que se fueron instalando en nuestro país con el fin de colaborar en diversas áreas de necesidades de acompañamiento. Si bien al principio el actuar de la curia fue desde una mirada paternalista, con el pasar del tiempo los laicos ya están participando en la toma de decisiones y juegan un rol de relevancia en las distintas tareas de la Iglesia para con su misión en nuestro país”.

-Durante la dictadura parte de la Iglesia fue opositora activa: el cardenal Raúl Silva Henríquez creador de la Resultado de imagen para silva henriquezVicaría de la Solidaridad, los curas obreros y militantes como Rafael Maroto, Mariano Puga, José Aldunate, Roberto Bolton, la monja Blanca Rengifo, por ejemplo. ¿Reconoce hoy la Iglesia la legitimidad de aquellas posiciones?

-“La Iglesia chilena jugó un papel relevante en contra de la dictadura y posteriormente en la estabilización democrática del país. Dentro de la lucha que se libró frente al régimen militar, hubo sacerdotes que radicalizaron sus posturas, incluso algunos llamando abiertamente a legitimar la toma de las armas. La Iglesia toma la decisión de luchar pacíficamente y algunos religiosos al no ser escuchados dejaron sus hábitos para hacerse parte libremente de lo que ellos consideraban legítimo. Con el pasar de los años, la Iglesia ha ido reconociendo que el mundo católico jugó un rol tomando posturas abiertas en contra de la opresión, y sectores de ella hoy en día han justificado la radicalización de algunos de estos sacerdotes”.

-Hubo sacerdotes que apoyaron la dictadura, y otros que fueron asesinados por ella… ¿Cómo se manejó esa situación al interior de la Iglesia?

-“Durante la dictadura militar el diálogo fue claro al interior de la Iglesia, y se contó con un gran líder que condujo con coherencia y transparencia, el cardenal Raúl Silva. Su voz pidió acompañar a unos y a otros, pero sin dejar de lado la búsqueda de la verdad y teniendo en claro la misión de la Iglesia. La información que emanaba desde las parroquias en todo el país daba cuenta de las distintas realidades que se vivía. La muerte de los sacerdotes fue denunciada a través de conductos regulares y también de la Vicaria de la Solidaridad, la cual buscaba develar la verdad de lo sucedido. No debemos perder de vista, por los testimonios que se han dado en el tiempo, que hubo sectores de la población que no sabían lo que sucedía y en muchos de estos, le correspondió a la Iglesia comunicarles la situación que imperaba. Sabemos que hubo religiosos que radicalizaron sus banderas por uno y otro lado y que en su momento han tenido y tendrán que rendir sus cuentas ante la historia”.

El papa Juan Pablo II

-Sin duda el Papa más emblemático para los cristianos, durante el siglo XX, fue Juan Pablo II. Pero también tiene detractores que lo acusan de haber protegido a sacerdotes acusados de abusos sexuales y de haber intervenido abierta y solapadamente en política, incluso contribuyendo a la caída de los “socialismos reales”. ¿Qué opinión le merecen estas afirmaciones?

“No cabe duda que Juan Pablo II fue un Papa distinto, un hombre que le tocó vivir en carne propia la II Guerra Mundial y la persecución en su patria. Como sabemos que la premisa es que todo hombre responde a su historia, pienso que Juan Pablo II respondió a la suya. Efectivamente cuando uno lee sus escritos se encuentra con la crítica a la Europa del Este, pero también, al capitalismo. No debemos olvidar que fue un religioso que viajó por muchas partes del mundo y siempre solicitaba estar con los más desposeídos, fue un hombre que a su muerte tuvo uno de los funerales más concurridos en la historia y que tuvo la capacidad de vivir en el perdón. Este tipo de personas siempre tienen detractores en la historia porque rompen paradigmas y otros quieren que se acerquen más a la perfección. Desde su pontificado comenzó a emanar la visualización de los primeros problemas sobre abusos sexuales, los cuales debió enfrentar con las armas que él consideró adecuadas, pero que probablemente para algunos no fueron suficientes”.

-Respecto a Chile, ¿apoyó o no Juan Pablo II a la dictadura militar?

-“La venida de Juan Pablo II a Chile fue una luz para los sin voz y la Iglesia organizó para su estadía varios encuentros masivos donde la gente expresara su malestar por lo que se estaba viviendo. Ahora bien, el Papa sabía lo que sucedía en Chile y le preocupaba el estado de las cosas, así se constata en varias misivas que se conservan. Pero su mayor inquietud era hacer frente a la realidad imperante en el país, sabía que el camino no era la violencia, él ya la había vivido en carne propia en varios pasajes de su historia; visualizaba que si había cambios en Chile debía ser por vía pacífica. Por lo que creo que no apoyó la dictadura de Pinochet, sino más bien reprobó la trasgresión a los derechos humanos. Eran tiempos difíciles y su presencia colaboró a tomar más fuerzas en la lucha que se estaba llevando a cabo y en la contención para soportar la represión que se acrecentó”.

Abusos sexuales de sacerdotes

Resultado de imagen para Fernando Karadima y Francisco Javier Cox-La Iglesia chilena no ha estado ajena, en las últimas décadas, a polémicas relacionadas con abusos sexuales por algunos de sus integrantes. Los casos de Fernando Karadima y Francisco Javier Cox son dos de los más bullados. En su opinión, ¿cómo han manejado las autoridades de la Iglesia estos asuntos?

“Los casos de abusos sexuales, vengan de donde vengan, son deleznables y peor aún si lo cometen sacerdotes, por lo que esas conductas deben ser castigadas y para mí no deberían tener sobreseimiento legal. Ahora, las autoridades de la Iglesia chilena por primera vez en la historia tuvieron que hacer frente a una realidad que existía en su interior. Si miramos los acontecimientos cometieron varios errores. El más grave fue el silencio, el que permitió el aprovechamiento de mentes perversas alejadas de la doctrina que saciaban sus necesidades personales a costa de inocentes. Pero Chile dio un ejemplar paso con monseñor Goic, actual obispo de Rancagua y presidente de la Conferencia Episcopal de la época, que fue hacer frente a estos casos creando en 2011 el Consejo Nacional para la Prevención de Abusos contra Menores y Acompañamiento de Víctimas”.

-Nuevamente un Papa visita Chile. ¿Cuáles son las expectativas? ¿En qué beneficia a nuestro país la visita del Papa?

-“La visita de un Papa al territorio nacional, no es habitual, por lo que siempre es esperada y más aún cuando buena parte de su población profesa la religión católica. El Papa Francisco, por su carisma y forma de enfrentar los temas y su claridad en el mensaje, no dudo que va a ser una visita más que interesante. De expectativas varias, ya que hay Resultado de imagen para Fernando Karadima y Francisco Javier Coxdiversos sectores de la sociedad que quieren ser más visibilizados a la luz de sus palabras. Espero en lo personal que el Papa pueda ser un portavoz también de los sin voz, que todavía existen en nuestro país. Y ante esto ya es un beneficio. Ojo, que el Papa Francisco habla con la verdad a flor de piel, lo que a varios incomoda. Trasparentar realidades siempre es bueno y sano, y ese va a ser un gran aporte de esta visita”.

El mensaje de Francisco

-Desde la renuncia de Benedicto XVI, han ido saliendo a luz más conflictos al interior de la curia. ¿Cuál es su visión?

“Toda institución está compuesta por personas, por lo que el acto de transparentar las realidades que se viven en su interior siempre es bueno, y corregir formas de hacer las cosas lo es más, por lo que no llama la atención que gracias a las tecnologías y formas de información que tenemos hoy, podamos enterarnos de temas y situaciones que han sido complejas, de ámbitos no esperables en este tipo de instituciones. A la vez, es muy bueno desde la verdad de los hechos y no desde el acomodo para el titular de prensa, para que se puedan enmendar y guiar hacia el camino correcto”.

-¿Qué diferencias marca el Papa Francisco con respecto a sus antecesores?

-“Son varias, partiendo por el nombre, es el primer Papa que se llama Francisco, es el primer jesuita en asumir esta responsabilidad, es el primer latinoamericano, por lo que si sumamos esos tres componentes vamos a encontrar en forma lógica diferencias más que marcadas, porque debemos recordar que en la historia del papado casi en su totalidad han sido europeos y fundamentalmente italianos. Ahora bien, una de las grandes diferencias es la forma en cómo vive su papado, rechazando los lujos, mucho más cercano, con una gran preocupación por la pobreza, claro y abierto también en sus gustos personales como el fútbol. Es un Papa más inmerso en la realidad, que vive la humanidad”.

-¿Cómo avizora el futuro político y económico de la Iglesia Católica?

-La Iglesia Católica es una institución de más de dos mil años. Le ha tocado vivir muchos conflictos en su interior, como también ha tenido que enfrentar otros desde el exterior. La historia de la Iglesia Católica tiene en sus páginas una dinámica impresionante de colocarse en el signo del tiempo, por lo que su presencia va a seguir validada por el creyente y va a mantener la capacidad de poder seguir aportando desde su visión a la búsqueda de un mundo mejor. De los recursos no me cabe duda que van a estar. Sí, debo acotar que el futuro como yo lo veo es de una permanente transformación político-social, en donde las Iglesias que no sean capaces de avizorar y hacerse parte de ese proceso pueden terminar sucumbiendo y perdiéndose en el confín del tiempo”.

 

*Publicado en “Punto Final”, edición Nº 892, 12 de enero 2018.

 

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