…Y el Reino Unido se fue de la Unión Europea

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Gran Bretaña votó en favor de salir de la Unión Europea (UE). La opción del Brexit consiguió 52 por ciento de votos, contra 48 por ciento de los partidarios por mantenerse en el bloque comunitario al que se integró en 1973, según resultados oficiales del histórico referendo celebrado ayer y divulgados este viernes, y que llevaron a una acelerada caída de la libra a niveles no vistos desde hace 31 años.

El referéndum significa un desenlace sin precedentes en el proyecto comunitario y abre un período de incertidumbre tanto para el nuevo encaje británico en el continente, como para la sostenibilidad de un bloque que ha perdido a uno de sus más influyentes miembros. Junto a los efectos sobre la volatilidad financiera, el statu quo británico se enfrenta a un terremoto político con epicentro en el Número 10 de Downing Street, puesto que el primer ministro, David Cameron, había apostado por una opción, la de la permanencia, ignorada por la mayoría de los ciudadanos. Otra de las incógnitas es el grado de preparación de Reino Unido para un proceso que podría llevar años

El resultado de este referendo –que tuvo una participación de 72 por ciento, incluidos 30 millones de jóvenes– tendrá consecuencias importantes; no se descarta la dimisión del primer ministro David Cameron, partidario de mantener al país en la UE, y quien convocó el referendo presionado por el ala antieuropea del Partido Conservador (en el cual milita) y del Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP), liderado por Nigel Farage, con la idea de poner fin a décadas de debate sobre la relación de Londres con Bruselas.

Cameron no había formulado declaración alguna luego del triunfo del Brexit. Tras emitir su voto el jueves, tuiteó: Hoy es el día en que se puede votar por un futuro más fuerte, con Reino Unido liderando, y no abandonando Europa.

La salida de Reino Unido de la UE, proceso que demorará dos años, es el mayor revés para el bloque de 28 naciones desde su fundación. El grupo perderá a su segunda mayor economía y a una de sus principales potencias militares, y de inmediato alentó pedidos de votaciones similares por parte de políticos antieuropeos en otros países.

El apoyo por permanecer dentro de la comunidad fue más fuerte en Londres y Escocia, pero con ciudades como Sheffield y Sunderland que se unieron con Canterbury, Torbay y Peterborough en favor del Brexit(juego de palabras entre Gran Bretaña y exit, que significa salir).

De esta manera, quedaron superadas las expectativas de las firmas encuestadoras que tras la consulta daban ventaja a la opción por la permanencia dentro de la UE. Incluso, uno de los líderes de la campaña para sacar al Reino Unido de la UE, Nigel Farage, dirigente del UKIP, había concedido una aparente derrota. Al parecer, el voto para quedarse ganará, declaró a la emisora Sky News.

Nigel Farage
Nigel Farage

Conforme se fueron dando los resultados del conteo de votos, Farage se declaró confiado en un triunfo de la opción de abandonar la UE. Ahora sí me atrevo a soñar con un Reino Unido independiente, escribió en su cuenta de Twitter. ¡Que el 23 de junio pase a la historia como nuestro nuevo día de independencia!, exclamó Farage.

Las fuerzas euroescépticas británicas se mostraban eufóricas, celebrando una victoria a la que calificaron como una protesta contra los líderes británicos, las grandes empresas y los políticos extranjeros –entre ellos el presidente de Estados Unidos, Barack Obama– que habían instado a la permanencia del Reino Unido en el bloque.

Unos 46.5 millones de electores fueron llamados a responder a la pregunta: ¿Debe el Reino Unido seguir siendo miembro de la Unión Europea o abandonar la Unión Europea?, y a pesar del mal tiempo, acudió a votar 72 por ciento de los electores británicos.

Aún no se declaraba la victoria oficial del Brexit cuando la jefa de gobierno escocesa, Nicola Sturgeon, dijo: a la espera del resultado final, la votación aquí (en Escocia) muestra claramente que los escoceses ven su futuro como parte de la UE.

Mientras el partido norirlandés republicano Sinn Fein pidió un referendo sobre la unión con Irlanda.

Este jueves, 84 diputados conservadores euroescépticos firmaron una carta en apoyo a Cameron, a quien pidieron que continúe en el cargo sea cual sea el resultado del referendo.

Los abajo firmantes, partidarios de una salida y miembros del Partido Conservador, queremos darle las gracias por haberle dado al pueblo británico la oportunidad de elegir su destino, señalaron.

Estimamos que, sea cual sea la decisión del pueblo británico, tiene a la vez el mandato y el deber de continuar dirigiendo la nación, escribieron los autores de la carta. Boris Johnson, ex alcalde de Londres y líder de la opción por el Brexit en el seno del Partido Conservador, figura entre los firmantes.

Tras los primeros resultados que daban como vencedor al Brexit, la libra esterlina caía este viernes a sus niveles más bajos desde 1985, a 1.36 dólares por unidad, mientras los mercados financieros mundiales se desplomaban.

El euro caía cerca de 4 por ciento frente al dólar por las preocupaciones de que el resultado generaría un mayor daño económico y político al país frente a permanecer como parte del bloque. Los inversionistas corrieron en masa en busca de activos considerados de refugio, como el oro y el yen.

brexitEn el ámbito político, también se registraron ya algunas reacciones, cuando el líder de la ultraderecha holandesa, el diputado Geert Wilders, exigió este viernes un referendo en su país sobre la pertenencia a la UE, tras el triunfo anunciado del Brexit en Reino Unido.

Dejar la UE podría costarle a Reino Unido el acceso al sistema de mercado único sin barreras y significaría que debería buscar nuevos acuerdos comerciales en todo el mundo. El presidente Obama dijo recientemente que Gran Bretaña estaría al final de la fila para un pacto con su país, de triunfar el Brexit.

La UE, en tanto, quedará debilitada económica y políticamente, enfrentando la salida no sólo de uno de los miembros que ha defendido con más fuerza las políticas de libre mercado, sino también de un país con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y con un ejército poderoso. El bloque perderá de golpe cerca de un sexto de su producción económica total.

Se espera que Cameron informe formalmente el resultado a sus homólogos europeos dentro de pocos días y que prepare las negociaciones para la primera salida de un Estado miembro de la UE, algo que él ha dicho que sería irreversible.

Anexo

Great Britain quits… So what?

Luis Casado (Politika)| Durante mis estudios en Francia me repitieron una y otra vez Gérer c’est prévoir, hasta que el principio se quedó atornillado en alguna de mis sinapsis neuronales. La gestión consiste en prever lo que viene. De ese modo las lluvias, las inundaciones, los terremotos, las mareas rojas y hasta el fraude fiscal, disponen de una respuesta preparada, prevista, anticipada como dice Daniel.

Prever es antinómico a improvisar pijoteros ‘planes de contingencia’ después de la catástrofe.

David Cameron, con el sano propósito de ganar las elecciones del 2015, sugirió un referendo sobre la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea. Hasta ahora Gran Bretaña se ha mantenido al margen de buena parte de los Tratados y Acuerdos europeos, y uno se preguntaba cómo podían irse de donde nunca estuvieron. Thatcher redujo la contribución británica a los presupuestos europeos. Gran Bretaña no firmó el Tratado de Maastricht y por lo tanto dispone de moneda propia. Rechazó el Acuerdo de Schengen y mantuvo sus fronteras cerradas. Autoriza el trabajo infantil, le niega sus derechos sociales a los otros europeos y goza de excepciones en casi todas las políticas comunes.

Como quiera que sea, el que avisa no es traidor: cada cual pudo prepararse con antelación. Incluyendo desde luego los ‘mercados financieros’ que ven en cada crisis una oportunidad de negocios. En esto perderán los de siempre: los pringaos.

Lo curioso es que el resultado del referendo no cambia nada. Hoy por la mañana, y mañana por la tarde, Gran Bretaña seguirá estando en la Unión Europea. Como lo prevé el Art. 50 del Tratado de la Unión Europea, Gran Bretaña tiene dos años para negociar su separación, a menos que las partes decidan prolongar ese placer. Gran Bretaña quedará fuera de la UE una vez alcanzados los acuerdos necesarios.gb david_cameron

En el ámbito económico Gran Bretaña puede optar por el tipo de relaciones que la UE ya mantiene con otros Estados. Noruega e Islandia forman parte del Espacio Económico Europeo y logran así acceso al mercado común. Pero la contrapartida son las mismas obligaciones que el Brexit acaba de condenar. Queda la opción de los acuerdos bilaterales como los que firmó Suiza, o bien los TLC como los que suscribió Canadá, o aún una Unión Aduanera como hizo Turquía.

Lo cierto es que Marco Polo practicó alegremente el comercio con Asia Central y China en los siglos XIII y XIV, y jamás perdió tiempo negociando pinches TLC. Antes de la Unión Europea hubo comercio internacional: la virguería de la mundialización es vieja como el mundo. En mis años mozos tenías que conocer las disposiciones del GATT (general agreement on tariffs and trade) y mamarte los Incoterms. Para saquear las riquezas del continente americano ningún rey español perdió tiempo reuniendo a los ‘expertos’. La trata de negros no exigió ni siquiera certificados de origen. La civilización maya dispuso de bancos que emitían pagos documentarios. Los incas comerciaban en todo los territorios cubiertos por el imperio y llevaban una cuidadosa contabilidad.

De modo que Gran Bretaña podría no hacer nada, y mantener con la UE el mismo tipo de relaciones económicas que sostienen países como EEUU y China. En ese tipo de intercambios aplican las reglas de la OMC (organisation mondiale du commerce) que dominan las multinacionales. ¿De qué se quejan?

El tema que casi nadie tocó durante la campaña del referendo es lo que la UE prometió y no cumplió. La lista es larga: la garantía del empleo es ridiculizada por unos 30 millones de parados, la paz por las guerras en Irak, Afganistán, los Balcanes, Kosovo, Ucrania, Libia, Siria, Georgia, Malí y África Central, para no hablar de la amenaza del Estado Islámico. La UE prometía estabilidad económica y salimos de una crisis para entrar en otra. Un mejor nivel de vida, pero la pobreza y la miseria se acrecientan. Apertura al mundo entero, pero sólo para los capitales: los millones de migrantes generados en buena parte por las guerras impulsadas por occidente y la UE deben quedarse fuera. La deuda pública crece mientras las infraestructuras se degradan. La UE debía ser el hogar del saber, pero los recortes presupuestarios impuestos por la troika comienzan por la investigación científica. La UE debía ser un espacio de certidumbre para hogares que hoy se preguntan cada día si mañana podrán acceder a servicios públicos básicos como la educación, la salud, la previsión, los transportes o la vivienda. La UE debía ser el crisol de la democracia pero las decisiones las toma un puñado de burócratas designados a dedo.

Si le das la posibilidad a los pueblos de decidir de su propio destino, votan contra esos mismos burócratas, como hicieron ahora los británicos. Franceses y holandeses ya lo habían hecho en el 2005, para ver su propia decisión traicionada por políticos de derecha e ‘izquierda’ asociados en la defensa del modelo neoliberal.

El verdadero riesgo para la Europa del gran capital y el neoliberalismo es que el ejemplo británico inspire a otras naciones.

Hay políticos que le piden a la UE ser dura con Gran Bretaña, para disuadir eventuales candidatos a la secesión. Magnífico ejemplo de unión libremente consentida, que usa la amenaza para coartar la libertad.

Esto prueba una vez más que no es posible confiarle la soberanía popular a nadie. No son los ‘representantes’ del pueblo quienes deben decidir del avenir de 500 millones de europeos, sino los europeos mismos. Los británicos aprendieron la lección de Grecia: si bajas la cabeza, te dan un mazazo definitivo. El pueblo es peligroso. Por eso le niegan el derecho a decidir de su propio destino.

Quienes sembraron el terror cosechan los resultados: bajan las Bolsas, se debilita la libra esterlina y el euro. El precio lo pagan, una vez más, los pueblos. Los mercados financieros habían ‘anticipado’ y no me extrañaría que ya hubiesen vendido miles de millones de euros en CDO (collateralised debt obligations) y otros productos financieros truchos en previsión de lo que venía.

Los burócratas saben eso de Gérer c’est prévoir. “Para limitar el daño en los días que vienen, el ministerio de Finanzas británico, el Banco de Inglaterra y el Banco Central Europeo podrían intervenir para estabilizar los mercados. ‘Ya habíamos hecho toda la preparación necesaria’ aseguró el martes Mario Draghi, presidente del BCE”.

Sólo queda esperar que –este domingo– el triunfo de IU-Podemos en España le de un segundo golpe a la Europa del gran capital. Para abrirle grandes las puertas a la construcción de la Europa de los pueblos.

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