Y sí… se sube a la cabeza
Científicos alemanes de la Universidad de Heidelberg afirman haber comprobado que sí, el alcohol se sube lieralmente a la cabeza. Tres vasos de cerveza o dos copas de vino –un porcentaje de alrededor de 0.5% en la sangre– tardan seis minutos en alterar el funcionamiento de las células cerebrales. La metodología utilizada fue espectroscopia por resonancia magnética.