Angustia

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La angustia, es una situación por la que casi todos los seres humanos atravesamos a lo largo de nuestras vidas: es la congoja o aflicción. Es un sentimiento de amenaza, cuya causa es desconocida, pero que  aparece en el momento en que menos lo esperamos, que experimentamos cuando sin motivo alguno,  nos preocupamos en exceso por  la posibilidad, de que en el futuro nos ocurra algo temido sobre lo que no tenemos control, y que, en caso de que sucediera, supondríamos “espeluznante”.

La angustia está  asociada a la incertidumbre o riesgo, no obstante la angustia nos pone en alerta y nos  permite responder mejor a las exigencias del mundo externo e interno. Es un síntoma de la época actual, caracterizada por la incertidumbre y la inestabilidad en los diferentes planos de la naturaleza humana.

La palabra angustia etimológicamente, nos remite al vocablo latino “angustus”, que significa estrecho o angosto, referido por ejemplo a un abismo, que se debía saltar. Refiriendo ese significado a lo psicológico, en la actualidad, es un vacío interior, que se debe saltar, pero no se sabe cómo, pues en realidad el abismo no es concreto, sino una sensación de que algo sucederá.

El filósofo danés, Soren Kierkegaard,  -1813-1855- en su libro  “El concepto de la angustia,”  la relaciona con el pecado y con la libertad. Engendrada por la nada, alimentada por la impaciencia. La angustia es “el vértigo de la libertad” y al mismo tiempo un medio de salvación que conduce a la fe.

Por otro lado,  Martín Heidegger, – 1889.1976- filósofo alemán del siglo XX, ha tratado la angustia como lo que experimenta el hombre ante la finitud de su existencia, donde éste intenta escapar refugiándose en valores ficticios y no auténticos, y por lo contrario, lo autentico estará en que el hombre acepte que es un ser  destinado a morir.  Señala: “La angustia es la disposición fundamental que nos coloca ante la nada”,

Sobre la angustia, destacadas personalidades se han referido a ello.

Fiódor Dostoyevki -1821-1881- escritor ruso, ha señalado: “con un dolor de corazón  es que se mezcla la angustia y la dulzura”.

Por su parte, Thomas Paine -1737-1809 politico estadounidense, afirmó: “El verdadero hombre sonríe ante los problemas, recoge la fuerza de la angustia y crece con la reflexión”.

Máximo Gorki, -l868-1936, escritor y político ruso: “En la lucha, las horas de hastío y de angustia pasan rápido, inadvertidas”.

Vivimos en un mundo que cambia en forma vertiginosa y  donde  nada o muy pocas cosas resultan estables. Es común escuchar que muchas personas se quejan de estar angustiadas. Algunas de ellas, lejos de superar esta situación, se dejan hundir en la angustia misma sin poder lograr afrontarla de una manera auténtica,  como una oportunidad de progreso, cambio, crecimiento y mejora. Es angustioso sentir la nada, sentirse nadie o sentirse alguien y volverse nadie.

Hay varios tipos de angustia. Existe  la angustia existencial, la de la muerte,  la de no poder llegar a tiempo, la angustia tributaria, la inflacionaria;  la de perder el tiempo; la de quienes hacen cola en los supermercados para comprar los productos básicos; la de perder el empleo, la angustia de no tener justicia. La angustia de no creer, y la de  seguir creyendo; la de cómo nos creen y la de cuánto nos creen;  la de buscar en qué y en quién creer, la de no saber hasta cuándo se es pobre, la de la austeridad en la escasez, la de cómo se va a manejar nuestra escasez,   y que no alcance el sueldo,

Provoca angustia, la falta de comida, de medicinas, la violación, el asalto, el secuestro, la  inseguridad pública, las situaciones que ponen en riesgo la seguridad física

Produce angustia: ser cuestionado, no ser tomado en cuenta,  ser ignorado, no ser invitado o serlo y no saber si aceptar,  no ser convidado a participar.

Son motivos de angustia: leer el periódico, escuchar los noticieros, esperar un decreto,  despedir a un empleado ineficiente, los correos electrónicos;  las informaciones de “buena fuente” de los amigos; las bolas y las que resultan ser verdad, llegar tarde al trabajo, poner fin a una relación,  problemas con la pareja, presentarse a un público desconocido.

angustia1Existen angustias tradicionales como las de hablar o callar, opinar o silenciar, la de tener que guardar un secreto. La angustia a la angustia. Realizar encuestas y análisis confidenciales revela angustia y produce angustias. Y aquella de verse obligado a oír al que tiene poder……La mayor de las angustias es la de quienes  ignoran o subestimen cuántos angustiados hay.

Por los años de 1950, tuvo un éxito extraordinario el bolero “Angustia” popularizado  por el cantante  Bienvenido Granda, y la Sonora Matancera. Decía así:

“Angustia de no tenerte a ti.

Tormento de no tener tú amor.

Angustia de no besarte más.

Nostalgia de no escuchar tú voz

Nunca podré olvidar, nuestras noches junto al mar.

Contigo se fue toda ilusión.

La angustia lleno mi corazón.”

No existe época en la historia de la humanidad, más proclive a la angustia como la actual. Hoy por hoy en todos los países se viven situaciones conflictivas que generan angustia.

Los dirigentes y  líderes políticos, religiosos y sociales deberían catalizar esos problemas para contribuir en la sociedad, se atenúe o se evite la angustia definitivamente.

Y, en lo personal   e inmediato, cómo terminar este artículo. ¡Qué angustia!

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