Chile, disminución del desempleo: lo que no dice el gobierno

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El gobierno no debe olvidar que cerca de 700 mil empleos son precarios, sostiene un comunicado de Fundación Sol del 1º de este mes de febrero respecto de los datos entregados por el Instituto nacional de Estadísticas sobre el aumento de fuentes de trabajo, cuyo autor, Gonzalo Durán, define como meras «cuentas alegres» que engañan sobre la realidad del trabajo precario.

 

Las recientes cifras entregadas por el INE, en las cuales el desempleo del trimestre móvil octubre-diciembre habría alcanzado un 6,6%, sólo estarían mostrando un aumento en la cantidad, pero no en la calidad de los puestos de trabajo. Según el economista Gonzalo Durán, un análisis centrado sólo en cuentas alegres amenaza con dejar fuera de las políticas públicas de empleabilidad a los trabajadores con fuentes laborales precarias.

 

Para el economista de la Fundación SOL, Gonzalo Durán, “las cifras de empleo se mueven en dos direcciones al mismo tiempo. Por una parte continúa la creación de trabajo y la disminución en el desempleo, pero por otra, persiste e inclusive aumenta la incidencia del trabajo de tiempo parcial “involuntario”.

 

De acuerdo a las últimas cifras, un 8,7%% de los ocupados trabajan menos de 30 horas en la semana en circunstancias que quieren y están disponibles para trabajar más. Este porcentaje equivale al más elevado del grupo de 34 países de la OECD”.

 

El aumento del subempleo o de los trabajos precarios no son variables que actualmente estén bajo la mirada del Gobierno, quien se enfoca sólo en la disminución del desempleo, alegrándose por estos índices, sin reparar en la calidad de los mismos.
“Es muy importante no descuidar la situación de estas personas, que en 2011 promediaron 690.559, superando incluso al total nacional de personas desempleadas. El trabajo a tiempo parcial involuntario de unas cuantas horas a la semana, invisibiliza un problema de desempleo real que dichas personas deben lidiar”, sostiene Durán.

 

El hecho que el análisis de las cifras sirva sólo para decir que en Chile el desempleo está llegando a sus niveles más bajos en un distractor en lo que se refiere a las políticas públicas. Tal como explica Gonzalo Durán: “En ese sentido, y pensando en la fase recesiva del ciclo económico, los subempleados son invisibles a los planes de empleo y a la Ley de Responsabilidad Fiscal No. 20.128 que activa los programas de empleo y planes de contingencia sólo cuando el desempleo supera el 10% ya que no contempla situaciones de subempleo”.
——
* Economista de la Fundación Sol.
En www.fundacionsol.cl

 

Addenda
Cifras reales, conceptos equívocos

 

Los economistas Gonzalo Durán y Marco Kremerman, de Fundación Sol, se habían referido al informe sobre empleo publicado por la Universidad de Chile, señalando que resulta coherente con lo que mes a mes ha venido publicando el Instituto Nacional de Estadísticas —en la encuesta oficial de carácter nacional— que muestra una baja en los niveles de desempleo y un aumento en las tasas de ocupación.

 

El punto es —se preguntan los autores— ¿qué pasa cuando se analizan los nuevos empleos?

 

Para esto se utiliza un tipo de análisis que, gracias a la Nueva Encuesta de Empleo del INE (instrumento renovado en el proceso de ingreso a la OECD), mide la calidad de los empleos y no la simple variación de ocupados, aspecto que extrañamente no ha visto la luz pública.

 

Un dato clave para analizar la calidad del empleo es la distribución de los 580.000 mil nuevos trabajos creados en los últimos 21 meses, de los cuales, la mitad corresponde a trabajos por “cuenta propia”, “personal de servicio doméstico”, “familiar no remunerado”, o empleadores de microempresas de menos de cinco personas.

 

Es decir, trabajos que no están vinculados a políticas de empleo de Gobierno y por tanto no están cubiertos por los sistemas de protección clásicos del trabajo.

 

A la hora de analizar el trabajo asalariado, los datos dan cuenta que este aumenta en 289.000 personas entre enero-marzo 2010 y septiembre-noviembre 2011. La cara oculta de este dato surge al constatar que, el 100% de la variación del empleo asalariado en el período de referencia, corresponde al aumento de empleo bajo las modalidades de externalización, donde la más conocida es la subcontratación.

 

La tendencia en materia de trabajo, entonces, muestra un deterioro en las condiciones laborales, con un alto índice de personas subempleadas –—es decir que trabajan menos tiempo del que disponen y desearían— y de un aumento en los empleos de cristal, caracterizados por su inestabilidad, más aún en tiempos de crisis.

 

(El artículo completo se encuentra en el portal de la fundación, aquí.)

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