Choque de paradigmas

2.211

paradig1La reunión «cumbre» entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y de la Unión Europea (UE) abrió la esperanza de unos días de euforia egótica. Casi como cuando la «Roja de todos» —o la Rojita— gana un partido importante. Ver los brazos breves de nuestro presidente aupando a dignatarios de sesenta países, debió ser un bálsamo para la chauvinista alma chilena. | WILSON TAPIA VILLALOBOS.*

 

Que los resultados no hayan sido espectaculares, poco importaba. Lo destacable es que se trató de la reunión más masiva que se ha realizado en América Latina, en cuanto a asistencia de representante de países. Y si Bolivia quiso echarle pelos a la leche, allá Evo. El acusador dedo presidencial apuntó hacia los tratados vigentes, y punto.

 

En resumen, se esperaban días de jolgorio. Con la posibilidad de que se extendieran más allá de la «cumbre» misma. Pero siempre hay imponderables.

 

Justo en el momento descollante reventó un escándalo. Julio Pereira, director de Impuestos Internos, recibe mensualmente $22 millones de Horst Paulmann, por el arriendo de un terreno de su familia. Fue precisamente Pereira quien permitió que Paulmann, a través de Cencosud, adquiriera la multitienda Johnsons.
Para ello, el Servicio de Impuestos Internos condonó una deuda de US$ 120 millones que Johnsons mantenía con el fisco chileno.

 

Luego del perdonazo, se cerró la operación de compra. Hoy Pereira se encuentra en medio del huracán político desatado por el evidente conflicto de intereses. paradig2La comisión investigadora que creó la Cámara de Diputados para el caso Johnsons exige que el Consejo de Defensa del Estado tome cartas en el asunto. Y, obviamente, que la administración Piñera expulse de sus filas a Pereira.

 

Como si eso fuera poco, la ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, tuvo un nuevo día de furia. Esta vez arremetió contra la diputada independiente (ex UDI) Marta Isasi. La acusó de decir “huevadas”. A lo que ésta le respondió que era “una rota de mierda”, para luego agregar: “No seai tan picante, Evelyn”.

 

El altercado tuvo lugar en Iquique, región que representa Isasi en la Cámara. Allí se abordaba el tema de la Universidad del Mar y la situación que aqueja a sus trabajadores. Lo que molestó a la ministra fue que Isasi le recordara que la Alianza, agrupación oficialista, había votado en el Parlamento a favor del lucro en la educación superior. La disputa debió ser frenada por otros asistentes a la reunión.

 

Pese a los esfuerzos del ministro del Interior, Andrés Chadwick, por dejar en claro que estos desencuentros se deben a la fortaleza de carácter de ambas damas, el incidente igualmente opacó el ambiente oficial de celebraciones.

 

Y aún faltaba el nuevo colapso de Aguas Andinas en Puente Alto. El segundo en diez días. Otra vez miles de personas quedaron sin este elemento esencial. Ahora no había ninguna justificación de aluviones en la cordillera de Los Andes.

 

La investigación en curso tendrá que determinar las responsabilidades de la sanitaria en la emergencia. Pero parece evidente que no se han hecho las inversiones indispensables para dar a los usuarios un servicio acorde a lo que se les cobra. Una situación que debiera haber sido prevista cuando el Estado chileno resolvió que el agua de todos podía transformarse en un negocio de privados.

 

Una decisión que, evidentemente, ejemplifica el paradigma en que vivimos. En que el éxito reemplaza a la felicidad y aquel sólo mide en metálico y en el poder que entrega.

 

En un discurso reciente, el presidente del Uruguay, José Mujica, se refirió a la felicidad humana. Y se preguntaba: ¿Cómo podemos hablar de solidaridad si nos domina el mercado, y el mercado se basa en la competencia? Más adelante sostenía que la crisis actual no es ecológica, es política. Porque el hombre no gobierna las fuerzas que ha desencadenado.

 

Son esas fuerzas las que nos gobiernan. Hemos olvidado —agregaba Mujica— que los seres humanos hemos venido al mundo a ser felices. Y en esta sociedad de consumo, en que el despilfarro asegura la marcha de la economía, no es posible ser feliz. paradig3El esfuerzo por pagar las cuentas hace que los trabajadores comprendan muy tarde que han envejecido y el disfrute ha quedado en el olvido.

 

Mujica hablaba de los desafíos de este momento. De las crisis que se desatan por doquier. De la necesidad de unirse para enfrentar el futuro. Pero también se refería a lo que viene. Al cambio de paradigma que ya se dibuja en el horizonte.

 

En días pasados, otro uruguayo, el periodista y escritor Eduardo Galeano, habló del mundo utópico al que aspira. En él, afirmaba, libertad y justicia volverán a juntarse. La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla. Comunicación y comida serán derechos humanos. Y un nuevo mandamiento, que Dios olvidó, sostendrá: “Amarás a la naturaleza de la que formas parte”.

 

Mujica y Galeano dibujaban parte del nuevo paradigma que acompañará a las generaciones futuras. Su rescate de viejos valores y la creación de otros nuevos, forman una estructura novedosa. Lo único conservador de sus mensajes es la esperanza.
——
* Periodista, escritor.

También podría gustarte
Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.