Cuba: “Pajarito que nunca cayó del nido, nunca aprendió a volar”

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“El ritmo y la velocidad de los cambios son factores del mismo (proceso político … que viene desarrollándose), más no limitan la hondura que puede vislumbrarse”. Así escribí, (para agrado de unos y molestia de otros, ambas actitudes lógicas y que respeto) en un borrador anterior, titulado Respuestas a Aruca (06/02/2012). Los signos de esta opinión me los regala la más elemental aritmética.| MANUEL ALBERTO RAMY.*

 

Según datos oficiales, actualmente operan en Cuba 362.000 trabajadores privados o “cuentapropistas”. Si estimo que la familia promedio cubana consta de cuatro personas, la inobjetable aritmética me indica que 1.452.000 ciudadanos estarían viviendo, unos directamente y otros de manera indirecta, del esfuerzo personal, privado. Guardemos la cifra.

 

La Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), sector agropecuario totalmente privado, cuenta con unos 331.874 miembros, según datos de la propia organización. Si los multiplico por la misma cifra, el resultado es de 1.327.496 cubanos cuya economía familiar depende de manera directa de trabajar en el surco y/o en la cría de animales. Lo agrego a la sumita anterior y resulta una cifra de 2.779.496 compatriotas.

 

Mis números totales indican que el 24, 8% de la población actual de la isla, que es de 11.252 000, ya está viviendo en buena medida de las modestas aperturas existentes hasta el momento y de otras anteriores (fundación de las primeras cooperativas).

 

¿Estamos ante la misma sociedad o ante el embrión de otra? Si en política los hechos y datos son importantes, las tendencias aportan mayor valor, trazan posibles curvas en el desarrollo de los acontecimientos marcando posibles perspectivas y rumbos no exentos de altibajos.

 

Si tal y como se aspira para el año 2015, el 40% del producto interno bruto (PIB) —meta que depende de diferentes factores, que podrían favorecer o no el cumplimiento—  provendrá del sector no estatal, autónomo o privado (como ustedes prefieran llamarle) en sus diferentes modalidades, tanto de propiedad como de gestión empresarial, ese porcentaje señala que las aperturas serán ampliadas y, por lo tanto, la cifra de ciudadanos comprometidos directa e indirectamente aumentará de manera llamativa.

 

Un gobierno que va actualizando o reformando su modelo y práctica económica en tal dirección y con peso en su PIB ya mencionado como aspiración, está aceptando de inicio la realidad de una nueva dinámica de intereses con la cual deberá ir bregando, máxime si él mismo las patrocina.

 

No es peregrino, por tanto, elucubrar que irán surgiendo nuevas formas de relación con los sectores emergentes, así como con el conjunto de la sociedad y de sus legítimos intereses actuantes.

 

A nuevas formas de relaciones económicas deberán ir apareciendo (no aritméticamente, aclaro) sus correspondientes en el campo de las relaciones entre gobernantes y gobernados. ¿Cuáles? Me anoto a la creación de una nueva utopía en la que el ciudadano, como productor y consumidor, vaya ejerciendo su poder mediante nuevos mecanismos de participación real, supervisión y control en un ámbito de pluralidad de opiniones.

 

¿Qué se corre el riesgo de fallar nuevamente en la creación de otra utopía? Pienso, como el laureado poeta cubano Omar Pérez, que “pajarito que nunca salió del nido, nuca aprendió a volar”. Si no desplegamos las alas, y no solo en mi patria sino a escala planetaria, nos quedaremos sin el nido y sin las alas.
——
* Periodista.
En  Borrador del corresponsal, revista Progreso Semanal/ Weekly (http://progreso-semanal.com).

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1 comentario
  1. Antonio Casalduero Recuero dice

    Viajé a Cuba el año 2000, iba con todo un mundo de expectativas a cuestas, con todo lo que había leído sobre la Isla del Che, pero cuando llegué a los pocos días de arribado comencé a palpar la realidad. Para muestra para ratificarlo, he aquí una escena. En Santa Clara hay un impresionante monumento al Che Guevara. Ahí una de las guardianas me advirtió que adentro no se podía hablar, cuando pregunté por qué, me respondió porque descansaban los resto del Comandante Ernesto Guevara. ¿Eso no será una especie de sacralización, al igual que lo hace el Vaticano? No es todo. A escasos cien metros del monumento, yacía desatada una pobreza extrema, vi casas con pisos de tierra, cerdos comiendo despojos casi en el interior de la casa, policías multando a unos ciclistas trabajadores, etc. En el Parque Central de La Habana, frente al capitolio, había una fuerte discusión entre varias personas; me acerqué creyendo que era un tema político, cuán no sería mi decepción al constatar que discutían sobre béisbol o futbol americano, en ese mismo sector otro policía exigía identificaciones a unas personas que descansaban tranquilamente en unos escaños cerca del césped. Pero lo peor fue que había dos tipos de moneda para los negocios: uno para turistas, ahí había de todo pero se vendía únicamente en dólares, y otro local visiblemente muy pobre, donde no había casi nada, y se vendía sólo en pesos cubanos. Yo me pregunto, ¿será culpa del bloqueo? ¿mala gestión económica? ¿segregación social interna? ¿tal vez discriminación? ¿ausencia de libertades básicas, sin descuidar el socialismo? ¿extrema radicalización del sistema político?

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