El cóndor vuela

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… En la Patagonia; su vuelo es una de las maravillas del planeta. No todo es —como en los últimos días— enfrentamiento, brutalidad, golpe, incomprensión, autoridad mal ejercida y peor entendida en ese vasto territorio. Existen las nubes, el viento, la distancia. Y el cóndor. Adusto, solitario —casi anarquista se diría— tiene, sin embargo, la mayor de las dulzuras para educar a su prole.|LAGOS NILSSON

 

Es el ave más grande capaz de volar —disputa el cetro con el albatros viajero de los mares del Sur—, la que vive más años —70, quizá 80— y la más solitaria: vive en los riscos cordilleranos y en los cordones montañosos que se desprenden de Los Andes hacia los océanos de América del Sur. De plumas negras —color que a veces parece remedar la suerte de los habitantes humanos de la Patagonia—, mullido collar blanco, color que en cierta forma enjaeza el dorso de las alas, y cabeza roja; es un cazador, pero habitualmente su rol en la cadena de la vida es eliminar animales enfermos o dar cuenta de sus cadáveres.

 

Lo persigue con especial brutalidad (como al puma, mamífero que también prefiere la soledad) la ignorancia humana, lo matan a balazos y con veneno, acusado de saciarse con la cría de corderos. Empero, es el símbolo de cuatro países: Colombia, Ecuador, Bolivia y Chile; sus parientes más cercanos son el cóndor de California, en América del norte —México y Estados Unidos—, y su primo que vive en parajes selváticos.

 

Nada de lo señalado está presente en los dos minutos y treinta segundos del documental producido por la BBC en plena Patagonia. Se grabó antes de los incidentes en Magallanes y Aysén, Chile, y es también ajeno a las protestas de los habitantes de Santa Cruz y otras localidades patagónicas argentinas. Pese a la brevedad del material, sin embargo, éste bien constituye un mensaje —nada de subliminal— a la conciencia predadora humana que considera el ambiente natural como un recurso a explotar para la consolidación del ambiente humano —actividad que destruye al primero y, ahora lo vamos sabiendo, terminará por consolidar la imposibilidad del segundo.

 

El cóndor representa en la mitología y leyendas andinas la fuerza, la inteligencia, el tesón y la inmortalidad, es una suerte de fénix que renace para volver a ocupar su sitio en las más altas cumbres, que son frontera con el Cielo. Se dice que cuando sus alas no son ya poderosas busca el pico más alto, las pliega y se lanza para morir estrellado. Entonces vuelve a la vida, remozado y vigoroso, y busca otra vez su nido en las alturas. Para anidar prefieren cavernas o pliegues en las paredes verticales a las riegue la luz del primer sol de la mañana.

 

Es una especie monógama, el cortejo y primer apareamiento pueden extenderse por un período de hasta dos y tres años; la hembra —más pequeña que el macho— con su pareja incuban la descendencia, por lo general un polluelo que tardará no menos de seis meses en decidirse al primer vuelo y año y medio, o dos años, en unirse a los adultos.

 

Los cóndores pueden anidar en grupos de hasta varias decenas de parejas, pero no se mueven en bandadas. Prefieren los cielos fríos del sur a la geografía del norte —aunque en América del Sur todavía es posible verlos en Los Andes venezolanos—. Con las alas desplegadas —su envergadura supera los tres metros, y de cabeza a cola mide el macho más de un metro y medio— es fama que ascienden. merced a las corrientes de aire, hasta los seis y siete mil metros de altura, desde donde otean su alimento.

 

Contrariamente a lo que muchos creen, no es pariente de las águilas ni de los buitres, genéticamente sus antepasados son próximos a las garzas y cigüeñas. Íntimamente asociado con las culturas andinas es parte insoslayable del folclor indígena. kúntur lo llamaron los quechuas, kunturi los aymara, manque o alcaman los mapuches y oyikil los tehuelches.

 

Su efigie se reproduce en la alfarería, los tejidos, platería y otras artesanías de los diferentes pueblos originarios. En tiempos modernos se estructuró una logia masónica, la Gran Logia Cóndor-9 (en 1913); el perfil del ave es el escudo de la fuerza aérea militar chilena. Incidentalmente, la escritora Ximena Sepúlveda utiliza el simbolismo del cóndor en un poema de plenitud amorosa: «Con los poderes / de la sombra bella / por tu vuelo voraz / yo te bautizo Manke» (Para viola de amor de muchas cuerdas, Ediciones del Leopardo, Santiago de Chile, 2008)

 

El vídeo corresponde al cuarto episodio, Suramérica, Escuela de vuelo del cóndor, de la serie Earthflight, parte de una serie de «clips» sobre el vuelo de las aves, desde el mundo septentrional hasta el extremo sur. Está narrado en inglés por David Tennat, pero la fuerza de las imágenes que siguen la conducta del cóndor no precisa realmente, de que se traduzca el texto.

 

En estos días aciagos para la Patagonia es refrescante ver un atisbo de la potencia de la vida en este planeta —al que pertenecemos y no que nos pertenezca.

 

El vídeo se puede ver aquí.

 

En la misma localización en YouTube se encuentran disponibles otros episodios de Earthflight)

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