Kintto Lucas: Mujeres del siglo XX

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MUJERES DEL SIGLO XX

Kintto Lucas

INDICE

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PRÓLOGO

Un libro de imágenes y testimonios

Diego Araujo Sánchez*

No hace falta reiterar un contexto bastante conocido, ni tampoco sus previsibles consecuencias: la economía global no necesita personas ni comunidades; el mercado exige consumidores; la producción a gran escala, individuos con gustos y valores homogeneizados. El orden perverso, que se ha impuesto en América Latina, acentúa la crisis de todos los paradigmas.

Pero sí conviene repetir que, precisamente por todo ello, nuestra América tiene que volver los ojos hacia personalidades ejemplares con quienes las comunidades puedan descubrirse y los individuos se reconozcan en su diversidad.

Kintto Lucas acierta al elegir 42 mujeres de este siglo para su libro; por supuesto, se cura en salud al confesar que no es un homenaje a la mujer, sino «un reconocimiento a muchas que supieron romper la realidad y quebrar los preconceptos en mil pedazos para construir otro mundo dentro de ellas y buscar otro mundo más allá de ellas».

La función de re-conocimiento supone volver sobre aquello que nos identifica, un retorno hacia los pasos perdidos. Pero el creador no propone, con la función reflexiva, el regreso de Narciso. En este caso, la luz especular permite ir más allá de la superficie convencional, aprehender inadvertidas realidades presentes, sobrepasar la contemplación ensimismada y pasiva del pasado y mirar nuevos rostros hacia el futuro.

Kintto Lucas compone cada uno de los 42 cuadros de su libro con una idéntica estrategia: la doble textura del discurso. Al pie de la página se halla un discurso más denotativo, con la información del cronista que recoge los datos biográficos esenciales acerca de la mujer del cuadro. Es la imagen «objetiva» del personaje. El otro discurso tiene una textura más bien connotativa. La voz del poeta traza los perfiles de cada una de las 41 mujeres. Es el reflejo subjetivo del personaje. Esa estrategia no constituye una forma de composición reiterativa; tampoco, una manera elemental de explicar un discurso con otro. Más bien funciona como un hábil procedimiento que determina la composición del discurso y, en cada una de las 41 imágenes, permite apreciar la figura objetiva y su reflejo en la luna del espejo. El autor, al mismo tiempo, cumple su doble vocación, la de cronista y creador, periodista y poeta.

Kintto Lucas dispone los 42 cuadros por orden cronológica. Sin embargo, el lector tiene la libertad de subvertir ese orden; con todo, no dejará de recorrer página alguna del libro, entre otras razones, por la acertada selección de las mujeres allí retratadas.

El poeta trabaja con imágenes, se emociona y conmueve. Utiliza muchas veces la tercera persona; otras, una segunda que parece enmascarar la voz de la mujer retratada en el cuadro y, otras más, prefiere ocultarse y dejar hablar a sus personajes. En ese discurso, sobresalen dos formas para conseguir intensidad expresiva: la primera, el uso del diminutivo y, la segunda, la acumulación de palabras separadas por guiones. Por la primera, la voz poética tiende puentes con la tradición oral popular. De Alicia Alonso, por ejemplo, dice que «es como una almita en movimiento». Cuando describe el éxodo de Carmen Miranda al Brasil, leemos: «Vino de Portugal, pero sus movimientos son de esta tierra, su picardía es una partecita de estos lugares, su guiñada un rinconcito del paisaje de por aquí…».

Lo popular se manifiesta, además, en el reiterativo uso del «dicen que», desde el cual la voz poética recoge intuiciones, reelaboraciones del imaginario colectivo, datos esenciales para el retrato del personaje. La intensidad se busca también por la yuxtaposición de voces separadas con guiones. El lector encontrará ejemplos como estos: «Ella (María Isabel), que sigue odiando los tilos porque todavía están en su olfato-mirada-piel…». «La autoridad-autora-autoritaria (Tránsito)». «… con guitarras-palomas que volaban (Violeta)». «…gentes-vidas-mundos (Luz Elena)».

Pero la intensidad del discurso poético de Kintto Lucas deriva, en primer lugar, de la visión del mundo que ilumina sus retratos. El mundo que hacen y padecen estas mujeres se halla inmerso en la historia: ellas enfrentan las circunstancias más adversas, tienen la capacidad para modificar la realidad, crear y defender la vida, ser solidarias, luchar contra la injusticia, la violencia y la barbarie…

La imaginación, el arte, la belleza son valores sustanciales en ese mundo. Pero lo son, sobre todo, la solidaridad, la defensa de los derechos humanos, el amor a la libertad, la lucha por la justicia. La voz poética sugiere, selecciona, metaforiza, pero traza un texto especular también por la multiplicidad del sentido.

La otra voz, la del cronista, resume información, revela las fuentes, remite a fechas y datos, comunica un significado unívoco. Una y otra tienen en común la misma y amplia preocupación por lo americano, idéntico mirar y admirar de la vida y pasión de 41 mujeres que jamás perdieron la imaginación y la capacidad de soñar, una visión abierta de la existencia, cuya clave es el conservar siempre una puerta abierta a la esperanza.

En una muy intensa y bella página, el cuadro dedicado a la cineasta María Luisa Bemberg, la voz poética asegura que «las imágenes son como fantasmas que surgen de la pared. Son testigos-testimonios de las luces y la noche. Las imágenes pueden volar y hacernos volar. Pueden tener rostro y alma de mujer. Porque al fin de cuentas, qué son las imágenes si no mujeres en los ojos. Los ojos son, antes y después del horizonte, una partecita de la imaginación-imaginería-imagen, son magia en el amanecer del alma».

En estas palabras encuentro yo una explicación de lo mejor del libro de Kintto Lucas: el entregar imágenes-testimonio de una América que tiene ojos de mujer.

* Periodista, profesor universitario y crítico literario. Junio de 1997.

Índice

1. Prólogo
2. Delmira
3. Violeta
4. Isadora
5. Teresa
6. María Cano
7. María Bonita
8. Tina
9. Olga
10. Alfosina
11. Nela
12. Gabriela
13. Carmen
14. Frida
15. Celia.
16. Adelita.
17. Domitila
18. Elena
19. Juana.
20. Evita.
21. Chabuca
22. Alicia.
23. Clarice
24. Elis
25. Marianela
26. Hebe
27. Cora Coralina.
28. Tota
29. María Isabel
30. Rigoberta .
31. Silvia
32. Elsie
33. Toni
34. Alicia.
35. Ramona
36. María Luisa
37. Tránsito
38. Claribel
39. Luz Helena
40. Idea
41. Nélida
42. Débora
43. Dolores
44. Fuentes Consultadas

LIBRO Mujeres del Siglo XX (Kintto Lucas)

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