La globalización minera según el gobierno canadiense

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De acuerdo con lo anunciado en septiembre último, el gobierno canadiense decididamente promueve la colaboración entre empresas mineras y organismos no gubernamentales de cooperación internacional. La contrapartida es la progresiva anulación de aquellas ONG que no colaboran con el plan. El impacto social y ambiental en los países donde operan las empresas no se considera. | ISABEL ORELLANA.*

 

Es así como se confirma un generoso financiamiento a proyectos que concretizan esta tendencia:
– Visión Mundial se asocia a Barrick Gold (financiamiento de $ 500.000,
– Plan Canada, a AMGOLD ($ 5.700.000),
– Entraide Universitaire ($ 500.000), a  Alcan Rio Tinto.
Las cantidades se expresan en dólares canadienses.

 

Las ONG pasan a ser subcontratantes que deberán asegurar el cumplimiento de las lógicas que impone la este viraje, asegurando rendimiento y resultados medibles, de preferencia a corto plazo.

 

La oficina canadiense de cooperación internacional (ACDI) anuncia una inversión de 31,2 millones de dólares canadienses para apoyar colaboraciones entre empresas mineras y ONG. Bev Oda, ministra de la cooperación internacional, anunció igualmente un fondo de 20 millones más para un nuevo programa, Iniciativa Andina, destinado a financiar comunidades locales que se asocian a mineras y ONG.

 

La Asociación minera de Canadá (AMC) celebra estas medidas, que consideran esenciales, puesto que apuntan al fortalecimiento de las capacidades y de la gobernanza de las colectividades —lo que constituye, según las mesas redondas sobre la responsabilidad social de las empresas del sector extractivo, una estrategia esencial para asegurar que obtener el máximo de efectos positivos de las actividades de extracción (AMC, 30 sept. 2011).

 

Estos financiamientos aparecen sin embargo, como tentativas de compra de voluntades, para el mejoramiento de la imagen de las empresas mineras, para encubrir los conflictos sociales críticos que generan los impactos de sus actividades y como forma de someter a las comunidades afectadas por los proyectos mineros.

 

Al mismo tiempo drásticos cortes presupuestarios gubernamentales condenan al cierre o a la restricción al mínimo de sus actividades a numerosos otros organismos de cooperación internacional de reconocida trayectoria de compromiso social. Es, por ejemplo, el caso del Consejo Canadiense por la Cooperación internacional (CCCI), una coalición que reagrupa numerosos organismos no gubernamentales que actúan en ese campo a través de todo Canadá. El financiamiento que la ACDI le otorgaba desde hace 40 años, fue completamente suspendido.

 

La reorientación total de la cooperación internacional al servicio de la lógica de mercado va acompañada de la eliminación de los que obstaculizan este proceso. Numerosas ONG canadienses de cooperación internacional ven su actuar cada vez más coartado y son progresivamente afixiadas.

 

Los efectos de esta marejada apenas empiezan a hacerse sentir. El dilema para muchas ONG se presenta en términos de vender el alma o sucumbir. La economía de mercado sigue cobrando víctimas

 

¿Perspectivas alternativas? El desafío de reinventarlas sigue pendiente.

 

Los países que viven el aceleramiento de la expansión minera canadiense, entre los que se encuentra Chile, no quedarán al margen de esta situación.
——

Profesora-Investigadora.
Grupo de investigación en educación y formación ambiental
Facultad de Ciencias de la Educación
Universidad de Québec, Montréal.

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