Televisión comunitaria: un medio —y un bien— en el aire o en bolsillos ajenos

1.843

tv-1«El proyecto de Ley de Televisión Digital Terrestre (TDT) lleva discutiéndose casi cuatro años y se encuentra en el segundo trámite constitucional en suma urgencia. A pesar de lo prolongado del proceso de digitalización en Chile, éste no está dejando a nadie conforme.
«Se repite el proceso como con la leyes radiodifusión comunitaria, en que medios locales, educativos y culturales quedan alienados de la injerencia de la discusión, y peor aún, aislados de toda práctica comunicacional en el mundo digital.» | RIVERA WESTERBERG.

 

El texto que antecede es parte de un articulo publicado en octubre de 2012 en El Ciudadano,[1] y lo que queda claro del análisis del problema que se plantea es que no se trata de una discusión —y una decisión— técnica; se trata de un asunto político —es decir público— del más alto nivel que en rigor no queda referido únicamente a la televisión.

 

La necesidad general de informarse, conocer, aprender e intercambiar ideas y experiencias es de suyo el meollo de la comunicación social, tv-2y ésta abarca por su propia naturaleza un espectro mucho mayor que la norma bajo la cual se emitirán o recibirán los mensajes que cruzan la sociedad y que esos medios —los medios comunitarios— acogerán y difundirán.

 

Naturalmente para el común de los políticos profesionales la mera sospecha de actividades comunitarias, la mera existencia de comunidades libres (y sobre todo del la vida que en ella bulle) produce urticaria. No se sabe si por temor a perder pitanzas graciosas brindadas por las actividades lucrativas, por un prurito ideológico (se sabe: la ideología es una falsa conciencia) o por simple e inconmovible ignorancia.

 

La cierta o fingida estulticia de los poderes que legislan, y que no legislan, como en el caso que nos ocupa, tal vez porque las instrucciones recibidas de sus amos, o señores, o verdaderos mandantes, o amigos, no son del todo claras conforman no solo un atraso en el orden de normas orientadoras y reguladoras de la comunicación comunitaria —que incluye tanto al periodismo como a la entretención—; ello permite una actividad que se desarrolla casi en el vacío jurídico —y permite también la persecución de los medios comunitarios —como lo relata la experiencia de algunas radioemisoras.

 

Sobre el intrilinguis presente en las televisoras comunitarias, puede verse en el artículo citado, un reportaje en profundidad sobre la problemática que nos ocupa aquí; mientras, un dato: el número de aparatos receptores de TV en los hogares chilenos es, tv-3estadísticamente, de 2.7 por casa; se dedican no menos de tres horas diarias a comer la basura que emiten los canales de aire, incluyendo gozosamente los «reality shows» religiosamente pautados y, lo que es preocupante, alrededor del 90% de las personas se informan por los contenidos de la caja de los idiotas o cajón con monos (y monas).
[Conste que no afirmamos nada sobre el negocio del cable y satelital].

 

Amarc Chile, que agrupa a medios comunitarios señaló:

 

«Tal como se expresa, en el Informe de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión 2009, recordamos al Estado que ‘debe promover, en condiciones de igualdad y no discriminación, el acceso de distintos grupos a las frecuencias y licencias de radio y televisión, cualquiera sea su modalidad tecnológica’.
«El sector comunitario o social no sólo tiene derecho a fundar sus propios medios de comunicación sino también a gozar de condiciones favorables para su ejecución, reconociendo a la sociedad civil como un actor relevante del proceso democrático, tanto en tiempos normales como de excepción.
«Así ha quedado reflejado después del terremoto y maremoto del 27 de febrero de 2010 cuando, ante el silencio o impedimento tecnológico de varios medios, la radio comunitaria ha cumplido una labor central en la entrega de información y ayuda, canalizando la participación ciudadana desde las comunidades afectadas.[2]

 

tv-5Conviene además leer la declaración suscrita por las televisoras comunitarias, ¡en 2008!, que se encuentra el el portal de FUCATEL.

 

Finalmente, un reportaje de CNN al canal comunitario de La Victoria: aquí, de tres minutos.
___
1] Periódico digital. El artículo pertenece a Rodrigo Dresdner D. y se puede leer aquí.
2] El texto completo de la declaración puede leerse aquí.

También podría gustarte
Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.