Un muerto que no es mapuche: «Me tocó estar en la comunidad Wente winkul mapu»

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Hoy [ayer lunes dos de abril de 2012] me tocó estar en la comunidad Wente Winkul Mapu, Chekenko, durante el allanamiento efectuado por carabineros. Pasé la noche ahí visitando a unos peñi [hermanos] que están en proceso de recuperación territorial de varios fundos: uno de Mininco, otro de Arauco, otro de Cautín y otro de un particular, todos en territorio ancestral mapuche. | LUIS GARCÍA-HUIDOBRO.*

 

Temprano en la mañana los peñi partieron para Collipulli. Cuando llegaron los carabineros en muchas de las casas había solamente mujeres y niños.

 

Hoy conté 10 vehículos, era una tanqueta, un zorrillo [vehículo lanza gases], un bus blindado varias camionetas. Eran unos 50 efectivos de fuerzas especiales. Debo decir que no me tocó ver ni escuchar disparos. Lo que yo vi fue en general tranquilo, pero me impresionó tanto contingente policial.

 

Hace poco rato supe que había un carabinero herido, debe haber sido algo muy circunstancial, porque no hubo un enfrentamiento grande. Sí se veían a lo lejos en el cerro dos encapuchados, no más. Carabineros los grababan. Era muy lejos, no sabría decir si tenían algún arma o no. Ojalá que no haya nada que lamentar. Uno piensa inmediatamente en su familia. No he sabido nada de que haya heridos en la comunidad. En la tarde voy a recorrer para tener más información.

 

Estuve en el momento en que se llevaron detenida a una de las mujeres. Ella tiene unos 40 o 50 años, le dijeron que en su casa habían encontrado un pasamontañas y un cartucho de escopeta, y que por eso se iba detenida. Ella y las otras mujeres de la familia (no había ningún hombre en la casa) se mostraban muy extrañadas, porque decían que ellas siempre hacían aseo y ordenaban todo en la casa y nunca habían encontrado nada raro.

 

Había muchos niños chicos mirando todo. La familia es evangélica. Cuando las fuerzas especiales se fueron de su casa, un grupo de unas cinco mujeres se arrodillaron a orar, me pidieron que las acompañara también. «Tú, Señor Dios, eres nuestro único juez y nuestro único abogado» oraban en voz alta al modo que lo hacen los mapuche evangélicos.

 

Se llevaron detenida a otra mujer más, con la acusación de que en su casa había un arma hechiza según dicen. No tuve la oportunidad de ver eso. Eran muchos vehículos de carabineros que recorrían toda la comunidad.

 

Cuando terminó todo, nos vinimos a Collipulli con unos peñi. Pero nos sorprendimos aquí de saber que habían detenido a otra persona más, un hombre joven que no estaba en la comunidad esta mañana. Es decir que el único hombre fue detenido en Collipulli.

 

Escuchamos por la radio que había un carabinero herido, incluso que tenía riesgo vital. Es algo lamentable. Ojalá se recupere y no haya nada que lamentar. A carabineros los tiran al choque, al igual que los mapuche, en un conflicto que es de los grandes empresarios dueños de las forestales, que tienen usurpado este territorio desde la dictadura y se enriquecen con la producción forestal que reduce a los mapuche.

 

Todos sabemos que éstas son sus tierras. Es mucha la gente que sufre en este conflicto, porque el gobierno de turno sólo defiende la producción forestal, cueste lo que cueste, el negocio de los ricos el Estado lo cuida.

 

La rabia es grande en las comunidades, ya son varios jóvenes mapuche muertos, y las historias anteriores de montajes de carabineros provocan más rabia, pero ahora uno igual piensa que el carabinero tiene familia, al igual que los jóvenes mapuche muertos, pues los muertos hasta ahora son todos mapuche.

 

Ojalá que en este nuevo hecho ocurrido en la comunidad Wente Wingkul Mapu, se pueda escuchar la versión de todos los involucrados, especialmente de todas las mujeres que estaban ahí protegiendo sus casas, y no sólo la versión oficial.  

 

En esta comunidad, como contaba más arriba, hay dos jóvenes presos hace cinco meses por el último allanamiento, a quienes pude visitar hace un par de días en la cárcel de Angol. Ese allanamiento en que se los llevaron fue en noviembre, y gracias a Dios había un periodista que grabó todo: cómo entraban carabineros disparando como si estuvieran en Afganistan, hiriendo a una mujer con un disparo en su seno.

 

A los dos jóvenes que quedaron presos en esa oportunidad, los llevaron al juzgado poco después todo moretoneados, con la cara hinchada y toda la espalda y las piernas moradas. Decían que el general Bezmalinovic los había pateado.

 

Los acusaron de intento de homicidio al general Bezmalinovic, que había bajado desde un helicópotero. Gracias a Dios el no recibió ningún daño. Lo que dice carabineros es que los mapuche trataron de disparar una pistola pero que se trancó y por eso no se disparó. Ojalá se haga una investigación objetiva porque es algo muy raro. 

 

El juez se sorprendió de que el informe médico dijera «lesiones leves» de los jóvenes, porque estaban visiblemente moreteados. Los jóvenes todavía están en prisión preventiva. Ya son cinco meses. Uno de ellos es hijo de una madre viuda que no tiene a nadie más.

 

Son casi unos niñitos esos dos. Ya sería bueno que los juzgaran a ellos. Ojalá no los tengan 3 años esperando juicios como a otros mapuche, porque son el sustento para sus familias.

 

Ojalá no sea malinterpretado este relato. No quiero decir que carabineros son culpables, aunque uno se pregunta para qué llegan así tan masivamente. Uno entiende que son condiciones de tensión en las que ellos trabajan, y sería terrible esto de que haya un carabinero herido.

 

Los carabineros que yo vi eran más de 50, en 10 vehículos. Un operativo totalmente inútil en que quedaron detenidas 2 mujeres, además del peñi que detuvieron en Collipulli, es decir que él no tiene nada que ver con el allanamiento o enfrentamiento. No debieran mandar carabineros sino mandar a alguien del gobierno para abrir una mesa de diálogo y devolver esas tierras para que haya paz.

 

Es muy difícil que en estas cosas se pueda saber la verdad de todo. Los mapuche quedan rápidamente detenidos, pero las acusaciones que los mapuche hacen a carabineros quedan en la justicia militar, como los golpes que recibieron los chiquillos en noviembre, o como los asesinatos de otros jóvenes mapuche durante los gobiernos de Bachelet y Lagos. Es de sentido común que ese tribunal no es objetivo y hay que cambiar esa ley.

 

Ya son muchas las irregularidades de carabineros en esta zona, las denuncias e investigaciones no llegan a puerto a través de la justicia militar. Pero quiero recalcar que no creo que la culpa sea de carabineros. Es verdad que hay abusos de ellos, mucho más grandes que los que se vieron en Aysén o en el movimiento estudiantil, pero este es un conflicto con las grandes forestales y el Estado.

 

En total en la provincia del Malleco son 12.000 hectáreas las usurpadas, y este conflicto va a continuar año tras año. Ningún gobierno ha querido solucionarlo verdaderamente, quizá porque es mucho dinero el que involucra a las forestales Mininco y Arauco.
Ojalá mañana esté todo tranquilo por estos lados, que carabineros y los mapuche puedan descansar tranquilos.

 

Mañana empieza preparación de juicio oral por ley antiterrorista a mapuche de las comunidades vecinas. En vez de solucionar un problema tan grande, se tira a carabineros, se criminaliza, se judicializa, y se tira la pelota para después.

 

Los niños que hoy ven todo esto van a seguir peleando por sus tierras. Esto no es terrorismo. Es un conflicto histórico que el Estado debe abordar con más seriedad. Esto es de nunca acabar y seguirá creciendo hasta que haya un gobierno verdaderamente honesto y valiente para reconocer que las forestales deben salir de estas tierras que son de los mapuche. Eso es fácil de entender, pero difícil de hacer por la cantidad de dinero involucrada para las forestales Mininco y Arauco.
——
* Sacerdote jesuita.

 

Addenda
Al escribir su texto, el sacerdote no sabía de la muerte —lamentable— de un policía en ese «operativo» de Carabineros; es la primera muerte de un no mapuche en estos años de conflicto desatado por las políticas estatales. Las comunidades, sin duda, se preparan para represión consiguiente que, como es cotumbre en la zona, no respetará niños, ancianos, mujeres embarazadas, enfermos ni trabajadores.
Muere un policía y autoridades, medios periodísticos y buenas conciencias se desgañitan clamando el duelo; cuando son por fuerzas del Estado apresados, golpeados, torturados y desaparecidos niños, mujeres, varones mapuche, a esos actos responde el silencio de aquellos: autoridades, medios periodísticos, buenas conciencias.
Acaso el país timorato será testigo de una escalada en esta verdadera guerra de «baja intensidad» que, con aspecto de genocidio, se trama —o ejecuta— contra los pobladores originarios del territorio.

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