Venezuela, 10 de enero (I): bien parados, pero no exentos de peligro

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multituEl acto de juramentación popular y de apoyo irrestricto a Chávez, a la revolución y a la dirigencia revolucionaria que se realizó ayer en las calles de Caracas, ha sido una nueva demostración de fuerza, unidad y solidez del proceso revolucionario venezolano. Frente a esto, la derecha no está cruzada de brazos y comienza a lanzar señales de que tratará de profundizar el plan de desestabilización que acaricia. | NÉSTOR FRANCIA.*

 

Ya ayer comenzó la acción de la juventud fascista que anida sobre todo en algunas universidades, con la realización de manifestaciones y guarimbas, absolutamente minoritarias. La chispa la encendieron los estudiantes burgueses del núcleo de Guayana de la Universidad Católica Andrés Bello y fue replicada por otros grupúsculos alborotadores del núcleo Táchira de la Universidad de Los Andes.
Las protestas fascistas incluyeron interrupción del tránsito de vehículos, y quema de cauchos y otros materiales, y ameritaron la intervención de las fuerzas del orden público.

 

Una vez más esta juventud fascista ignorante y transida por el odio aparece como punta de lanza de la conspiración permanente. Ayer mismo se reunieron representantes de este sector contrarrevolucionario, emblemáticamente en la UCAB, para seguir armando la trama de nuevos intentos desestabilizadores y anunciaron protestas en todo el país, según declaró el presidente de la Federación de Centros Universitarios de la UCV, Juan Requesens.

 

Por su parte, voceros de la MUD convocaron a una marcha el 23 de enero. Esta espiral contrarrevolucionaria tiene todas las probabilidades de convertirse en un mensaje sin destino. No ha habido, para empezar, ninguna reacción espontánea, en ningún sentido, de la base social de la derecha, salvo aquellas que responden a sectores minoritarios organizados en torno a las herramientas de la juventud fascista y a bravuconadas de una derecha derrotada y desubicada.
Las protestas juveniles contrarrevolucionarias se detendrán temporalmente hoy, ya que el fin de semana es para la rumba y la playa.

 

El próximo lunes es 14 de enero y faltará menos de un mes para el hoyo del carnaval, lo cual interrumpiría de nuevo cualquier performance callejero de esos a los que nos ha acostumbrado el patético “liderazgo” de la derecha universitaria. Es la misma película que hemos visto tantas veces y cuyo final siempre es el desierto de la indiferencia popular.

 

En cuanto a la convocatoria a la marcha del 23 de enero, que igualmente es hecha por la derecha todos los años, con la puntualidad de las procesiones del culto mariano, nunca han estado en peores condiciones los convocantes. No solo arrastran la cruz de las grandes y recientes derrotas electorales, sino que han perdido mucho del músculo que tenían para esos montajes, como por ejemplo las gobernaciones de Zulia, Táchira, Carabobo y las otras que debieron ceder. Ya esos aparatos gubernamentales no existen, por lo cual habrá menos autobuses y funcionarios para movilizar.

 

La marcha del 23 de enero tendrá que ser alimentada casi exclusivamente con las huestes de la clase media caraqueña y con una “ayudaíta” de la gobernación de Miranda. De todas formas, será producido el set de Globovisión para dar apariencia de éxito a la convocatoria y la canalla mediática se encargará de llenar de virtualidad la marcha contrarrevolucionaria. Como hemos dicho, la misma película se repetirá una vez más.

 

Pero ojo, no hay ninguna duda de que estos aspavientos podrían ser utilizados por la derecha, y sobre todo por los sectores más radicales, para sus planes de desestabilización, inclusive aplicando distintas formas de terrorismo (incluido el mediático, por supuesto) para tratar de acudir al principio maoísta de que “una sola chispa puede incendiar la pradera”. Por eso no podemos dejar de lado la advertencia hecha por Nicolás Maduro en la concentración de ayer:
“Hay un plan de sectores de la derecha para buscar muertes y llenar de sangre las calles de Venezuela en manifestaciones que dicen que harán, como especie de guarimbas y sabotaje… Ellos están buscando manchar la vida política y la victoria que este pueblo está conquistando”.
Así que volvamos sobre la conocida y popular alerta de Chávez: “Ojo pelao”.

 

Ahora bien, la orfandad de condiciones que muestra la derecha para adelantar sus planes, que solo podrían concretarse parcialmente por medio del expediente del terrorismo en variadas formas, se extiende al plano internacional, donde es evidente que los factores políticos sí están interpretando correctamente, al contario de la desubicada oposición del patio, las señales enviadas por los resultados electorales indubitables del 7 de octubre y el 16 de diciembre.

 

A la ecléctica posición anunciada por el Departamento de Estado, se suman otras. Y también el decidido apoyo de la mayoría de los países de la región a las autoridades venezolanas. Cancilleres y representantes de 22 países americanos reunidos en Caracas firmaron ayer una declaración en la que se comprometieron a cerrar filas en los escenarios internacionales en apoyo a Venezuela y a sus instituciones.
declarLos 18 países asociados en Petrocaribe y la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), más autoridades de El Salvador, Honduras, Uruguay y Argentina, firmaron la “Declaración de Caracas”, en la cual se subraya que colaborarán “en los espacios internacionales” para evitar que las decisiones constitucionales del Estado venezolano sirvan de “pretexto para atentar contra las instituciones democráticas”.

 

Esa colaboración regional buscará, destaca el texto, impedir que se concreten intentos por “desestabilizar y fomentar el intervencionismo en asuntos sobre los cuales el pueblo venezolano ha expresado claramente su voluntad”.

 

La declaración insta especialmente a la comunidad internacional a respetar la decisión adoptada por el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela en el sentido de permitir el aplazamiento del la juramentación presidencial de Chávez para cuando el presidente esté recuperado. El texto añade:
“Manifestamos nuestra confianza absoluta en el Gobierno y en las instituciones de Venezuela y acompañamos plenamente las disposiciones adoptadas para que la voluntad democrática del pueblo venezolano sea celosamente respetada”.
Quien tenga oídos que oiga.

 

Ante esta realidad, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, se ha dejado de vainas y ha dicho que el organismo hemisférico “respeta cabalmente, como no podía ser de otra forma, la decisión tomada por los poderes constitucionales de Venezuela con respecto a la toma de posesión del Presidente de ese país… El tema ha sido ya resuelto por los tres poderes del Estado de Venezuela: lo planteó el Ejecutivo, lo consideró el Legislativo, y lo resolvió el Judicial. Las instancias están agotadas y por lo tanto el proceso que se llevará a cabo en ese país es el que han decidido los tres poderes”.

 

Por su parte, el gobierno español ha adosado la opinión “modosita” del Departamento de Estado estadounidense y se ha pronunciado por voz del secretario de Estado español para Iberoamérica, Jesús Gracia, quien expresó hoy su confianza en que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, pueda recuperarse para asumir sus funciones y abogó por afrontar la situación que atraviesa el país desde la “serenidad” y la “concordia”:
“Primero está la salud del presidente reelecto, el presidente Chávez, que es un elemento determinante, y deseamos que salga lo mejor posible para que pueda asumir las funciones para las que ha sido elegido democráticamente”.

 

Al señalar que a su juicio, este “momento de dificultad” tiene que ser resuelto dentro del orden constitucional venezolano y “de acuerdo con todos los venezolanos”, abogó por “un momento de serenidad, de tranquilidad y de concordia, porque es un momento difícil para el futuro de Venezuela si no se hace así”.
¡Cómo ha cambiado este cuento con relación a aquellos tiempos furibundos del gobierno de Aznar!

 

Otro importante gobierno, el de Rusia, fue más tajante, a través de un comunicado de su ministerio de Exteriores:
“Ahora es extremadamente importante no permitir la desestabilización de la situación en Venezuela. A esto deben dirigirse los esfuerzos de todas las fuerzas políticas tanto dentro como fuera del país. Las instamos a tomar una postura responsable y serena”.

 

Muy importante: el comunicado agrega que todos los actores que siguen la evolución de los acontecimientos deben respetar el principio de no injerencia en los asuntos internos de Venezuela y destaca la decisión del Tribunal Supremo de Venezuela “sobre la legalidad del aplazamiento indefinido del juramento de Hugo Chávez” y adelanta que Rusia rechazará cualquier intento de “corregir” esta resolución o influir sobre la situación desde el exterior.

 

En fin, las posiciones oficiales en el exterior se mueven entre el apoyo abierto y la “prudencia” condescendiente, pero nadie anda en la onda de desconocer las decisiones del Estado venezolano. El universo de la oposición, al menos por ahora, se limita a los escuetos reductos de la derecha derrotada y al terreno, para nada despreciable, de la canalla mediática nacional e internacional. Estamos bien parados, pero no por ello exentos de peligros.
——
* Periodista.

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