Violencia contra los niños

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La protección de los niños contra toda forma de violencia es un privilegio fundamental garantizado por la Convención sobre los Derechos del Niño y otros tratados y normas internacionales de derechos humanos.

Sin embargo, e independientemente de las circunstancias económicas, sociales, culturales, religiosas o étnicas de los niños, la intimidación aún es un componente muy real en sus vidas en todo el mundo.
Con frecuencia el desarrollo de los pequeños que han sido objeto de abusos graves o de abandono es inadecuado, y tienen dificultades de aprendizaje y desempeño escolar También pueden tener bajos niveles de autoestima y sufrir depresión, lo que, en el peor de los casos, puede ser motivo de que adopten conducta de alto riesgo y comportamientos autodestructivos… Similares consecuencias pueden sufrir los chiquillos que presenciaron episodios violetos. Los que crecen en hogares o comunidades  impetuosas tienen a interiorizar esas conductas como manera de resolver disputas y repetir estas pautas de furia  y abuso contra sus conyugues e hijos. Aparte de sus consecuencias trágicas para los individuos y  familias, la brutalidad contra los niños  conlleva graves costos económicos  y sociales debidos tanto al desperdicio de potencial como a la reducción de la capacidad productiva.
Un nuevo informe de UNICEF presenta los datos estadísticos más recientes sobre la violencia contra los niños, basados en información correspondiente a 195 países
En la década pasada se ha registrado un constante aumento del grado de conciencia general sobre el carácter generalizado y los efectos nocivos del   atropello  contra los niños. A pesar de ello, se trata de un fenómeno sobre el que aún se carece de suficiente documentación y que no se denuncia en la medida en que se debería. Esto puede atribuirse a diversas razones, entre ellas, que en algunas sociedades algunas   son aceptadas o tácitamente toleradas, o no se las considera como abuso. Muchas de las víctimas son demasiado jóvenes o  vulnerables para denunciar los que les ha sucedido para protegerse. Y con dolorosa frecuencia cuando las victimas formulan las denuncias, los sistemas judiciales no responden de manera adecuada y los servicios de protección de los niños son insuficientes o inexistentes. El problema se suele complicar aún más  debido a la carencia de datos suficientes o adecuados, ya que esa ausencia refuerza el concepto erróneo de que esa brutalidad es un fenómeno marginal que solo afecta a categorías de niños o que solo es obra de individuos biológicamente predispuestos a los comportamientos violentos.
Pese a las numerosas lagunas, el análisis de UNICEF es prueba de los avances que se han logrado en los últimos años en materia de recopilación de datos. En el estudio se utilizan las indagaciones disponibles para describir lo que se conoce hasta ahora acerca de los patrones mundiales de violencia contra los niños, empleando para ello datos compilados de diversas fuentes seleccionadas. NINO VIOLENCIA2

Entre los tipos de violencia interpersonal figuran los que ejercen por lo  general las personas a cargo del cuidado del niño u otros integrantes de su familia, así como las figuras que simbolizan autoridad, los pares  y los extraños, tanto dentro como fuera del hogar.
Dada la falta generalizada de uniformidad en la manera en que se obtienen las informaciones se empleó principalmente encuestas lograda de fuentes internacionalmente comparables, como los estudios a base de indicadores múltiples de UNICEF, los informes demográficos y de salud de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, las pesquisas mundiales basadas en las escuelas sobre la salud de los estudiantes y el Estudio sobre el comportamiento en edad escolar. Estos programas internacionales de vigilancia se han implementado por lo general en paises de ingresos  bajos y medios.
Mediante el manejo de esas fuentes combinadas, el informe se basa en antecedente de 190 países que constituyen la mayor recopilación hasta la fecha de datos estadísticos sobre la violencia contra los niños.
En la investigación se suministran pruebas de que la violencia es una constante en la vida de los niños del mundo de los más diversos orígenes y las más variadas circunstancias, incluso en las naciones de altos ingresos.  Se manifiesta de diversas formas, física, sexual y emocional, que tiene lugar en los entornos más variados como el hogar, la escuela, la comunidad e internet. Proviene de una amplia gama de personas, entre ellas los integrantes de sus familias, parejas intimas, maestros y vecinos, así como extraños y otros niños. Esa violencia no solo les provoca a los chicos daño, dolor y humillación sino que puede causarles la muerte.

NINO VIOLENCIA1Homicidio
Solamente en 2012, el número de niños y adolescentes menores de 20 años que fueron víctimas de homicidio llegó a 95.000 lo que convirtió a ese delito en la principal causa prevenible de lesiones, heridas y muerte de menores. En su inmensa mayoría, esas víctimas -85.000- vivían en países de ingresos bajos y medios. Un 85% de los fallecimientos de menores de hasta nueve años de edad, sin diferenciación sensible por sexo, es resultado de enfermedades contagiosas y no contagiosas. Sin embargo, cuando esos niños inician la segunda década de sus vidas, aumenta la  proporción de defunciones debido a heridas y lesiones intencionales, incluido el homicidio, especialmente en los varones.
A nivel mundial, la región  de América Latina y el Caribe tienen la proporción más alta de victimas de homicidio de menores de 25 años. (24.000)  En segundo lugar se encuentra África occidental y central (23.400), mientras que África oriental y meridional tiene la tercera mayor proporción de  asesinatos  de menores de 25 años (15.000). La tasa más baja de crímenes de personas le corresponde a Europa Central y Oriental y la Comunidad de Estados Independientes, seguida en orden ascendiente por Oriente Medio y África septentrional.
Los tres países con tasas más elevadas de homicidio de niños y adolescentes menores de 20 años son El Salvador, Guatemala y la Republica Bolivariana de Venezuela. En todos esos países el asesinato es la principal causa de muerte entre los varones adolescentes. El mayor número de víctimas jóvenes de homicidio se registra también en Nigeria, con casi 13.000 muertes en 2012, seguido por el Brasil con aproximadamente unas 11.000 muertes.

Disciplina violenta
NINO VIOLENCIA3Aunque resulten abrumadoras, estas estadísticas reflejan manifestaciones de violencia que son relativamente raras en la vida de los niños. Los datos indican que es mucho mayor el número de pequeños que sufren la pena en forma de disciplina por lo general en sus propios hogares y desde que son muy jóvenes. Como promedio, 6 de cada 10 niños del mundo (unos 1.000 millones) de 2 a 14 años de edad padecen de manera periódica castigos físicos –corporales- a manos de sus cuidadores. En la mayoría de los casos, son objeto de una combinación de tortura físicas y agresiones psicológicas. En general, las maneras más graves de castigo corporal, son  los golpes en la cabeza, las orejas y el rostro. Como promedio esas formas de tormento afectan al 17% de los niños en 58 paises. En otras 23 naciones, la aplicación de castigos físicos severos está generalizada, con más de uno de cada cinco niños afectados.
Castigo corporal
Solo 3 de cada 10 adultos del mundo creen que para criar o educar  a un niño de manera adecuada es necesario apelar al castigo físico. Con la excepción de Swazilandia, en todos los países del mundo el porcentaje de adultos encuestados  que creen que la sanción  es necesario es constantemente inferior al porcentaje de menores  de 2 a 14 años que son sometidos a formas violentas de disciplina. En la mayoría de las naciones, los adultos que han recibido poca o ninguna instrucción tienden a creer en la necesidad del castigo  en mayor medida que los que cuentan con una formación escolar. En el Yemen, por ejemplo, el 51% de las madres o principales cuidadoras de niños que no han recibido ningún tipo de formación, sostuvieron que para formar a un pequeño es necesario emplear el castigo, una creencia que solo comparte el 21% de las personas a cargo de  menores que tienen cultura  secundaria o superior. Otra conclusión es que en tres de cuatro países sobre los que se dispone de datos, los adultos de bajo nivel económico tienden a apoyar el castigo corporal en mayor medida que en las naciones de altos ingresos

Bibliografía consultada: UNICEF: Un análisis estadístico de la violencia contra los niños.

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