11 grandes cuentos de Julio Cortázar (para leer en línea)

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Autómatas del Cosmoabecedario

La A, de Abuela: … la abuela sacaba el mantel blanco y tendía la mesa bajo el emparrado, cerca de los jazmines, y alguien encendía la lámpara y era un rumor de cubiertos y de platos en bandejas, un charlar en la cocina, la tía que iba hasta el callejón de la puerta blanca para llamar a los chicos que jugaban con los amigos en el jardín de adelante o en la vereda, y hacía el calor de las noches de enero.

La abuela había regado el jardín y el huerto antes de que oscureciera y se sentía el olor de la tierra mojada, de los ligustros ávidos, de la madreselva llena de translúcidas gotas que multiplicaban la lámpara para algún chico con ojos nacidos para ver esas cosas. (De Libro de Manuel.)

B, de Buenos Aires: Traveler le había criticado su manía de encontrarlo todo mal en Buenos Aires, de tratar a la ciudad de puta encorsetada, pero Oliveira le explicó a él y a Talita que en esas críticas había una cantidad tal de amor que solamente dos tarados como ellos podían malentender sus denuestos…. (De Rayuela.)

F de Flanelle: Carol y yo nos alegramos mucho de que les hayan gustado nuestros regalitos, y especialmente ella, pues fue quien los eligió junto conmigo. Por cierto que el otro personaje que aparece en nuestros retratos es Flanelle, nuestra gatita, que como verás es muy fotogénica. Nos divertimos mucho con ella, pues es juguetona y completamente loca.

Z de Zzz: “Ahora que ya jugaste bastante, vení a sacar el ropero de arriba de la cama –dijo Gekrepten.

–¿Te das cuenta? –dijo Oliveira.

–Eh, sí –dijo Traveler, convencido.

–Quod erat demostrandum, pibe.

–Quod erat –dijo Traveler.

Y lo peor es que en realidad ni siquiera habíamos empezado”. (De Rayuela, cap. 41.)

Casa Tomada

Publicado originalmente en 1947 en Los Anales de Buenos Aires -revista dirigida por Jorge Luis Borges-, el relato abre el primer libro de cuentos de Cortázar, Bestiario (1951). Es un texto que introduce el estilo del autor, en que a partir de un sustento realista se van introduciendo poco a poco elementos fantásticos. La historia gira en torno a dos hermanos que cuidan una vieja casona, la que deben abandonar una vez que es tomada por extraños, de los cuales no se sabe mucho. Ante todo es una narración con mucha presencia de los espacios. En YouTube se puede oír a Cortázar -con acento francés- leyendo el texto.

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La señorita Cora

Una operación de apendicitis a un joven de quince años y el vínculo que genera con la enfermera que lo cuida, es el hilo conductor para uno de los cuentos más célebres del escritor argentino, publicado en el libro Todos los fuegos el fuego (1966). Con una exquisita habilidad consigue relatar la historia, a veces incluso la misma situación, desde el punto de vista de varios narradores. Ello exige un lector atento, inmerso, activo. El juego de voces que cambia de forma inesperada, a veces dentro de la misma línea, es uno de los sellos del autor que posteriormente será replicado por varios otros.

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Final del juego

Tres hermanas con sus tramas internas, un tren y un fulgurante amor adolescente, definen el relato que da título al segundo libro de cuentos del argentino, publicado en 1956. Inspirado en sus vivencias de infancia en Banfield, el relato destaca por su trama envolvente, sus giros sorpresivos y la manera en que el autor describe lugares y gestos de los personajes, con su particular voz narrativa.

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Julio Cortázar 33

La continuidad de los parques

Uno de los cuentos más clásicos de Cortázar, que a menudo se presenta como una muestra de su habilidad para cruzar historias en un mismo relato. Destaca por su prosa, en que se evidencia su fino trabajo de selección de las palabras y el manejo del ritmo casi rayando en la poesía en la hilación de las palabras. “Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo”. Este cuento abre el libro Final del juego. y también se puede escuchar narrado por el autor en YouTube.

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El perseguidor

 

Otro relato considerado un clásico de Cortázar. La historia del músico de jazz Johnny Carter (inspirado en Charlie Parker) está incluido en Las armas secretas (1959). Se trata de una narración contada desde el punto de vista de un periodista que entrevista al artista quien pasa por una etapa decadente, viviendo en una habitación de hotel, sin saxofón. Cortázar, un melómano que disfrutaba del jazz, juega con el ritmo, las repeticiones y las palabras al modo de un solo que despliega con todo su virtuosismo literario. «Pasado mañana es después de mañana, y mañana es mucho después de hoy. Y hoy mismo es bastante después de ahora, en que estamos charlando con el compañero Bruno y yo me sentiría mucho mejor si me pudiera olvidar del tiempo y beber alguna cosa caliente».

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La isla a mediodía

Un hombre que trabaja como tripulante en un avión fantasea con conocer una isla con forma de tortuga que ve desde el aire. Se imagina recorriéndola, conversando con sus habitantes, bañándose en sus cálidas aguas. Porque un rasgo de la literatura cortaziana es el misterio. El deambular entre el sueño, el deseo y la realidad. Pero el final oculta una tragedia, porque claro, Cortázar nunca da lo que quiere el lector. Siempre hay una tangente. El “otro lado de las cosas”, como él mismo decía.

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La noche boca arriba

El relato cruzado por excelencia. La pieza canónica del texto desestructurado. El tiempo, al igual que en la música, una vez más como factor: sin pausas se pasa de un joven que yace en una camilla tras un feroz accidente, a uno que es capturado por los mexicas en las guerras floridas y es conducido al inevitable tránsito del sacrificio a los dioses en lo alto de una pirámide. Publicado en 1956 como parte de Final del juego, todavía hoy es un referente en los cambios de planos, el manejo de la temporalidad y la habilidad para sorprender al lector.

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Bestiario

 

En los primeros relatos de Cortázar hay un interés por las historias puertas adentro; las relaciones familiares descompuestas, los secretos, el incesto. El cuento que le da nombre al primer libro del argentino, es un ejemplo de esa clase de texto. Una muchacha pasa el verano en la casa de unos parientes, en cuyos alrededores merodea un tigre. La presencia del felino condiciona la vida de un grupo familiar en que campea el desencuentro entre hermanos y los secretos que no se pueden revelar. Será el ataque del tigre el que, finalmente, rompa con la maldición de un espacio que nunca resultó seguro.

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La autopista del sur

Si algo caracteriza la literatura de Cortázar es su capacidad para reflexionar sobre el comportamiento humano ante situaciones límites. De alguna forma, el autor presentaba pequeños experimentos sociales en los que desataba toda su fértil imaginación y sus obsesiones del momento, para invocar a lo absurdo. En La autopista del sur (incluido en Todos los fuegos el fuego), será un embotellamiento el que da paso a una situación, en que la gente primero se auxilia, luego reacciona con impotencia, para finalmente ignorarse una vez que todo se soluciona. Pura condición humana.

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Instrucciones para John Howell

Situaciones imposibles se desarrollan en este cuento ambientado en el mundo del teatro. De alguna manera, Cortázar juega con los límites entre la realidad, la ficción, las obsesiones y lo inexplicable. Una función de la que los actores huyen y un asesinato, introducen al lector en un texto que transmite el vértigo de lo incierto. Una línea lo resume: «Un teatro no es más que un pacto con el absurdo, su ejercicio eficaz y lujuso».

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