50 años de bloqueo: Hostilidad de EEUU a Cuba, una historia de fracasos

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Gerardo Arreola*
"Cincuenta años de fracaso". Así resumió esta semana su visión sobre el bloqueo estadounidense contra Cuba el comentarista John Stossel, uno de los de mayor audiencia en la conservadora cadena televisiva Fox.La hostilidad de Washington hacia la isla se ampara en una norma tan lejana como la Ley de Comercio con el Enemigo, de 1917, que fue parte del arsenal estadunidense en la Primera Guerra Mundial; se desarrolló como uno de los focos de tensión de la guerra fría y tiene nuevas expresiones en el mandato de Barack Obama, el undécimo presidente que prolonga la coerción contra la isla.

Stossel fue uno de los comentaristas que citaron el pasado 19 de octubre como el día en que se cumplieron 50 años del bloqueo. En realidad, en esa fecha de 1960 el presidente Dwight Eisenhower prohibió a los barcos de Estados Unidos efectuar exportaciones a Cuba.

El 3 de febrero de 1962, John F. Kennedy firmó la orden ejecutiva presidencial 3447, amparada en la Ley de Asistencia Extranjera del 4 de septiembre de 1961, estableciendo como política gubernamental el bloqueo económico, comercial y financiero de la isla.

"El comunismo colapsó en países con los que tuvimos relaciones comerciales porque el comunismo no funciona", señaló Stossel en su blog. "Sería mejor para los cubanos y el mundo ver el desenvolvimiento del comunismo cubano sin la intervención de Estados Unidos".

A estas alturas, un amplio sector de los medios informativos en Estados Unidos cree, por las más diversas causas, que su gobierno debe levantar las represalias contra La Habana. Hace más de dos décadas se rompió el consenso bipartidista que apoyaba el bloqueo y es creciente la oposición a esa medida en ambas cámaras del Congreso.

Aunque son un fósil de los conflictos estratégicos del siglo pasado, las sanciones contra Cuba están vigentes. Con algunas excepciones, impiden a la isla exportar e importar libremente productos y servicios hacia Estados Unidos, su mercado natural; emplear el dólar estadunidense en operaciones internacionales o tener acceso a créditos de bancos de ese país, de sus filiales y de organismos como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional o el Banco Interamericano de Desarrollo.

1960 fue un año de ascenso en la espiral del conflicto. Las petroleras estadunidenses se negaron a refinar crudo soviético y La Habana las intervino. Eisenhower suspendió la cuota azucarera para la zafra en curso. La isla nacionalizó la banca extranjera y 382 empresas privadas. Washington reaccionó con las prohibiciones a los barcos.

La contienda transcurrió entre sabotajes a objetivos económicos, de los que Cuba responsabilizó al gobierno de Estados Unidos y a los exiliados. Todavía en 1960, Washington aprobó un plan de presiones contra la isla y recomendó a sus ciudadanos abstenerse de viajar al país vecino, salvo casos de emergencia.

Con Kennedy, embargo total

John F. Kennedy avivó la hoguera. En 1961 suspendió por completo la cuota azucarera cubana y el Congreso lo autorizó a establecer un embargo total sobre el comercio con la isla. Tras el fracaso de la invasión a Playa Girón, en abril de ese año, el jefe de la Casa Blanca autorizó el Proyecto Cuba (u Operación Mangosta), un plan de ataques que incluyó sabotajes contra ese país.

El Proyecto Cuba se desarrolló durante 1962, año en que se declaró formalmente el bloqueo. Las represalias se endurecieron en 1963, cuando el Departamento del Tesoro invocó la Ley de Comercio con el Enemigo para establecer unas Regulaciones de Control de Activos Cubanos, que detallaron cómo sería el cerco.

Durante las décadas siguientes, la coerción arreció; se fueron precisando hasta los detalles y sólo en algunas épocas llegó a tener alivios parciales. En 1988, con el gobierno de Ronald Reagan, se penalizaron las violaciones al bloqueo y para ello aumentó la actividad de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro.

George W.H. Bush refrendó en 1992 la Ley para la Democracia en Cuba (o ley Torricelli), que prohíbe el comercio de las subsidiarias estadunidenses con la isla; prohíbe a los barcos que toquen puertos cubanos con fines comerciales, atracar en puertos estadunidenses en los siguientes 180 días y establece el "Carril II" o incremento de información e intercambio entre habitantes de ambos países.

Bill Clinton firmó en 1996 la Ley para la Libertad y la Solidaridad Democrática Cubanas (Helms-Burton), que consolida toda la política de hostilidad económica contra Cuba. Desde entonces, las opciones para eliminar el bloqueo contra la isla son una decisión del Congreso, que derogue esa norma, o acciones ejecutivas presidenciales, que dispongan y acumulen excepciones.

*Corresponsal del Periódico La Jornada en Cuba

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