Entre la desilusión y la rabia, los franceses se quedaron con Macron
Fue una victoria sin júbilo. Emmanuel Macron, infligió una segunda derrota a la ultraderechista Marine Le Pen, y salió victorioso de las urnas este domingo, con el 58,2% de los votos. Sin júbilo, porque los franceses fueron obligados a elegir entre la desilusión y la rabia y por ello los analistas vaticinan que se avecinan tiempos difíciles.
Después de haber sido, con 39 años, el más joven en entrar en el palacio del Elíseo, establece, cinco años más tarde, un nuevo récord: bajo la Quinta República, nunca un Presidente saliente había sido reelegido por sufragio universal fuera del periodo de cohabitación. En 2017, había sumado el 66,1% de los votos.
La líder de la ultraderecha francesa, Marine Le Pen, reconoció la victoria en las urnas de Emmanuel Macron. No obstante, la política euroescéptica lamentó que “el quinquenio que se abre no será diferente del anterior».
Para el resto del mundo, casi nada ha cambiado: Con más de 67 millones de habitantes, Francia es la séptima economía del mundo, el país más visitado, uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y potencia nuclear. Además, el país vecino es socio fundador de la Unión Europea. Con semejantes mimbres, cualquier viraje en sus políticas afectaría, y de qué manera, a nivel mundial.
Macron sabe que la invasión rusa a Ucrania y la recuperación económica tras el parate por la pandemia, exigen respuestas urgentes, las que no ha ofrecido hasta ahora. Pero hay otras cuestiones largamente postergadas, como la transición de Francia a las energías limpias, la sostenibilidad de su política corroe el país y se muestra en el abstencionismo electoral.
La ultraderecha puso en debate el fantasma de un Frexit (una hipotética retirada francesa de la Unión Europea) y en su programa se apuesta por una progresiva sustitución de la Unión Europea por una Alianza Europea de Naciones, un intento por hacer primar el derecho patrio por encima del derecho comunitario, obviamente incompatible con la pertenencia a la Unión Europea.
Pero tras las elecciones, el jefe de Estado puede respirar aliviado, pero no triunfante. Con un 28,2%, (un nivel no visto desde 1969) la tasa de abstención invita a la modestia y subraya hasta qué punto este resultado final, una repetición del duelo de 2017, ha disgustado y frustrado a los franceses.
Como ocurrió hace cinco años, los votantes se alejaron de las urnas más en la segunda vuelta que en la primera. Entre el 24 de abril y el 10 de abril, la participación cayó más de un punto. Hace cinco años, más de tres millones de votantes depositaron una papeleta en blanco, además de un millón de papeletas nulas. ¿Cuántos votantes decidieron este domingo marcar su negativa a elegir sin ninguna opción real de transformación?
Para algunos analistas, la gran novedad de estos comicios parece ser la “normalización” de Marine Le Pen, quien consiguió que su agenda xenófoba sea percibida con una seriedad que en 2002, cuando su padre llegó por primera vez a la segunda vuelta, hubiera sido impensable. Estamos ante “el fin del dique de contención republicano”, dice la especialista Nonna Mayer en AOC media.
En el futuro inmediato se abren dos interrogantes destacados, de cara las elecciones legislativas que tendrán lugar el 12 de junio próximo, es decir muy pronto. Por un lado se especula que buena parte de la derecha tradicional (como ya hizo el ex presidente Nicolas Sarkozy) se vuelque definitivamente a las huestes macronistas, mientras otro sector migrará hacia la flamante extrema derecha representada por el Agrupamiento Nacional de Le Pen, y por la Reconquista de Éric Zemmour.
Por otra parte aparece la pregunta por la posibilidad de un resurgir de la izquierda, en ruptura con el neoliberalismo progresista. No es una tarea fácil, como demuestra la seguidilla de apoyos recolectados por Macron entre los mandatarios de centro izquierda: al artículo aparecido el jueves en El País de España, firmado por los socialdemócratas presidentes de España Pedro Sánchez, Portugal António Costa, y Alemania Olaf Scholz.
A ellos se sumaron dos hilos de tuits, uno escrito por el expresidente brasileño Lula da Silva ese mismo día y el otro publicado por Alberto Fernández el día antes de las elecciones. La diferencia la hizo el mexicano Andrés Mabnuel López Obrador, quien el miércoles había escrito un tuit felicitando al candidato de la izquierda, aunque Jean Luc Mélenchon no pasó a la segunda vuelta.
El canciller de Alemania, Olaf Scholz, felicitó al presidente pro-Unión Europea, Emmanuel Macron, por su triunfo ante su rival de extrema derecha, Marine Le Pen, por un cómodo margen de sufragios a favor.»Sus electores también enviaron hoy un fuerte compromiso con Europa. ¡Me complace que continuemos con nuestra buena cooperación!», expresó Scholz a través de su cuenta de Twitter.
A esta posición se sumaron el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen. “Los ciudadanos han elegido una Francia comprometida con una UE libre, fuerte y justa. Gana la democracia. Gana Europa”, publicó Sánchez en sus redes sociales.
Melenchon
Precisamente Mélenchon reapareció durante la semana y llamó a la Unión Popular a prepararse para los comicios de junio, donde podrían conseguir bastante más legisladores que en 2017. afirmó que la campaña para las elecciones legislativas de junio comienza desde esta noche.
El líder político, que ya se ha referido a sí mismo como futuro primer ministro, ha pedido a los electores ayudarlo a ocupar esa posición desde la que asegura podrá oponerse a las políticas del Ejecutivo que sean impopulares para la izquierda. El político instó a los votantes descontentos con el sistema a no rendirse.
“Los votantes han hablado, Le Pen ha sido derrotada, Francia claramente se negó a confiarle su futuro. La elección de Macron es el peor resultado de la Quinta República. Él nada en un océano de abstenciones y papeletas nulas”, afirmó Mélenchon, en referencia a la alta abstención.
* Periodista chilena residenciada en Europa, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)