El color del dinero: la ofensiva imperial en la región se evidencia en dólares

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Eva Golinger*

No existe duda ninguna sobre la escalada de agresión imperial en América Latina durante los últimos años. Desde el golpe de Estado contra Venezuela en 2002, el secuestro del presidente Aristide de Haití en 2004, las intervenciones en los distintos procesos electorales en la región, la reactivación de la cuarta flota de la armada estadounidense en 2008, los intentos de generar un conflicto regional entre Colombia, Venezuela y Ecuador, el separatismo en Bolivia, y hasta el golpe de Estado contra Honduras en 2009 y el alarmante aumento en presencia militar de Estados Unidos en la región – todo evidencia que el imperio está a la ofensiva de nuevo en América Latina.

 Pero más allá de la manifestación visible de esta agresión, que busca neutralizar los procesos de cambio revolucionario en la región, existen pruebas contundentes -innegables- de que hoy en día, Washington está apuntando hacia el Sur con su gran poder militar, diplomático, económico y comunicacional.

 


 

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 *Abogada, investigadora , periodista y escritora estadounidense-venezolana

 

 

 

 

 

 

 

 

Sigue el dinero y encontrarás la verdad

La evidencia sobre el aumento en financiamiento durante los últimos años de las agencias de Washington a los sectores de la oposición en Venezuela, Bolivia, Ecuador y otros países que están construyendo modelos alternativos al capitalismo estadounidense, se han presentado, se han denunciado y no se ha desmentido. Que existe una tendencia de financiar y apoyar a la desestabilizació n regional por parte del imperio, desde la llegada de la Revolución Bolivariana hace diez años, es un hecho. Pero no tenemos que examinar la evidencia desde los diez años hasta hoy, podemos simplemente mirar de hoy al futuro para comprobar que Washington financia no solamente a la desestabilizació n regional, sino que también está aumentando esa financiación e intensificando sus planes militares para los próximos meses.

La USAID, Agencia de Desestabilización 
Y adicional a estas cifras multimillonarias están los más de 550 millones de dólares destinados anualmente para el Plan Colombia. Casi la mitad de esos millones llegan a manos de contratistas privados que operan como mercenarios de un ejército privado dentro del país suramericano. Algunos datos de un documento desclasificado del Departamento de Estado del año 2007, revelan las operaciones, nombres y cantidades otorgadas a 31 contratistas estadounidenses trabajando en Colombia. La información evidencia que la Policía Nacional de Colombia, las fuerzas armadas colombianas y hasta los cuerpos de inteligencia son manejados por contratistas privadas de Estados Unidos, que son pagadas por el Departamento de Estado y el Pentágono.

Aquí hay algunos de ellos:

– 52.868.553 dólares para Lockheed Martin, gran empresa del complejo militar industrial, encargada de suministrar apoyo logístico y recursos humanos para ayudar a la Policía Nacional de Colombia.
– 164.260.877 dólares para DynCorp International, para la provisión de pilotos, técnicos y apoyo logístico para el Ejército colombiano y el programa de erradicación aérea de la Policía Nacional de Colombia.
– 7.875.000 dólares para ARINC, Inc., para el apoyo logístico, ingenieros, mantenimiento de sensores y formación a la Policía Nacional de Colombia en el uso de aviones C-26 equipados con equipos de monitoreo, espionaje y colección de señales.
– 20.953.000 dólares para ARINC, Inc., para formar personal y suministrar apoyo logístico para los aviones que utilizarán en el Programa Colombiano de Puentes Aéreos y la supervisión aérea de las fuerzas estadounidenses.
– 5.000.000 dólares para Oakley Networks para suministrar un software de monitoreo de Internet y para ayudar los programas conducidos por la Policía Nacional de Colombia de monitoreo en Internet.
– 6.533.502 dólares para ITT para operar y mantener un Sistema de Radares Hemisféricos en Colombia. También suministrar los recursos humanos para operar cinco radares en Colombia y un nodo de comunicación satelital en Bogotá.
– 2.345.442 dólares para Lockheed Martin para operar un sistema de inteligencia y espionaje aérea, que incluye a la conducción de misiones de inteligencia comunicacional y la colección de sensores e imágenes.
– 3.394.768 dólares para el Grupo Rendon (a través de Lockheed Martin) para dar talleres de formación sobre operaciones psicológicas en apoyo al Plan Colombia. Esto incluye al uso de una plataforma del programa Echelon de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos, que es el programa de espionaje y comunicaciones más grande del mundo.

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