Las vacunas son, posiblemente, el logro más importante de la ciencia para la salud de las personas y su desarrollo. Por lo tanto, son una herramienta fundamental para proteger la salud pública y prevenir enfermedades infecciosas, reduciendo a la vez los riesgos de mortalidad. Desde su invención en el siglo XVIII, las vacunas han salvado millones de vidas y han permitido a las sociedades avanzar en el desarrollo humano. Desde que Edward Jenner inventó la primera vacuna en 1796 para prevenir la viruela, las vacunas se han utilizado para prevenir enfermedades infecciosas como el sarampión, la poliomielitis, la varicela y la influenza.
La vacunación no sólo protege a la persona vacunada, sino que también sirve para preservar la salud de las personas que viven en su mismo entorno. Cuando una gran cantidad de personas en una misma comunidad están vacunadas, se crea una «inmunidad colectiva» que reduce la probabilidad de que esa enfermedad se propague.
No obstante, a pesar de los muchos avances en la medicina moderna, las enfermedades infecciosas siguen siendo una amenaza importante para la salud pública, especialmente en los países en desarrollo. En estos casos, la disponibilidad y la accesibilidad de las vacunas pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Reciente informe de la OMS y UNICEF
En 2024, el 89% de los lactantes de todo el mundo (unos 115 millones) recibieron al menos una dosis de la vacuna contra la difteria, el tétano y la tos ferina (DTP), y el 85% (unos 109 millones) completaron las tres dosis, según los nuevos datos de cobertura nacional de inmunización publicados hoy por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF.
En comparación con 2023, alrededor de 171.000 niños más recibieron al menos una vacuna, y un millón más completaron la serie completa de tres dosis de DTP. Si bien los avances son modestos, indican un progreso continuo por parte de los países que trabajan para proteger a los niños, incluso en medio de crecientes desafíos.
Aun así, casi 20 millones de bebés se saltaron al menos una dosis de la vacuna que contiene DTP el año pasado, incluidos 14,3 millones de niños con «cero dosis» que nunca recibieron una sola dosis de ninguna vacuna. Eso es 4 millones más que la meta de 2024 necesaria para mantenerse en el camino de los objetivos de la Agenda de Inmunización 2030, y 1,4 millones más que en 2019, el año de referencia para medir el progreso.
«Las vacunas salvan vidas y permiten que las personas, las familias, las comunidades, las economías y las naciones prosperen», dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. «Es alentador ver un aumento continuo en el número de niños vacunados, aunque todavía tenemos mucho trabajo por hacer. Los drásticos recortes en la ayuda, junto con la desinformación sobre la seguridad de las vacunas, amenazan con echar por tierra décadas de progreso. La OMS mantiene su compromiso de trabajar con sus asociados para ayudar a los países a desarrollar soluciones locales y aumentar la inversión nacional para llegar a todos los niños con el poder vital de las vacunas».
A menudo, los niños siguen sin vacunarse o no están vacunados de forma insuficiente debido a una combinación de factores, como el acceso limitado a los servicios de inmunización, la interrupción del suministro, el conflicto y la inestabilidad, o la información errónea sobre las vacunas.
El acceso a las vacunas sigue siendo profundamente desigual
Los datos de 195 países muestran que 131 países han alcanzado sistemáticamente al menos el 90% de los niños con la primera dosis de la vacuna DTP desde 2019, pero no ha habido ningún movimiento significativo en la expansión de este grupo. Entre los países que alcanzaron menos del 90% en 2019, solo 17 lograron aumentar sus tasas de cobertura en los últimos cinco años. Mientras tanto, en 47 países, el progreso se está estancando o empeorando. Esto incluye 22 países que alcanzaron y superaron el objetivo del 90% en 2019, pero que desde entonces han disminuido. Jamás deberíamos perder de vista que la inmunización es una historia de éxito sanitario mundial que salva millones de vidas cada año.
Sin embargo, los datos muestran que los conflictos y las crisis humanitarias pueden erosionar rápidamente el progreso de la vacunación. Una cuarta parte de los lactantes del mundo viven en solo 26 países afectados por la fragilidad, los conflictos o las crisis humanitarias, pero representan la mitad de todos los niños no vacunados del mundo. Es preocupante que, en la mitad de estos países, el número de niños no vacunados haya aumentado rápidamente de 3,6 millones en 2019 a 5,4 millones en 2024, lo que subraya la necesidad de que las respuestas humanitarias incluyan la inmunización.
La cobertura de inmunización en los 57 países de bajos ingresos apoyados por Gavi, la Alianza para las Vacunas ha mejorado en el último año, reduciendo el número de niños no vacunados o insuficientemente vacunados en aproximadamente 650.000. Al mismo tiempo, están surgiendo signos de deslizamiento en los países de ingresos medianos altos y altos que anteriormente habían mantenido una cobertura de al menos el 90%. Incluso pequeñas disminuciones en la cobertura de inmunización pueden aumentar drásticamente el riesgo de brotes de enfermedades y ejercer una presión adicional sobre los sistemas de salud, que ya están sobrecargados.
«La buena noticia es que hemos logrado llegar a más niños con vacunas que salvan vidas. Sin embargo, millones de niños siguen sin protección contra enfermedades prevenibles, y eso debería preocuparnos a todos», dijo la Directora Ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell. «Debemos actuar ahora con determinación para superar obstáculos como la reducción de los presupuestos de salud, la fragilidad de los sistemas de salud, junto con la desinformación y las limitaciones de acceso debido a los conflictos. Ningún niño debería morir de una enfermedad que sabemos cómo prevenir».
Ampliar la protección contra las enfermedades prevenibles mediante vacunación
A pesar de estos desafíos, los países, especialmente los que reciben apoyo de Gavi, continúan introduciendo y ampliando las vacunas, incluidas las vacunas contra el virus del papiloma humano (VPH), la meningitis, la enfermedad neumocócica, la poliomielitis y el rotavirus.
Por ejemplo, el gran aumento de la vacuna contra el VPH y los esfuerzos de revitalización en los países que ya han introducido la vacuna han aumentado la cobertura mundial en un 4% en el último año. En 2024, el 31% de las adolescentes elegibles en todo el mundo recibieron al menos 1 dosis de la vacuna contra el VPH: la mayoría de las dosis se administraron en países con un esquema de dosis única. Si bien está lejos del objetivo de cobertura del 90% para 2030, representa un aumento sustancial con respecto a la cobertura del 17% en 2019.
«En 2024, los países de ingresos más bajos protegieron a más niños que nunca, y las tasas de cobertura aumentaron en todas las vacunas respaldadas por Gavi», dijo la Dra. Sania Nishtar, directora ejecutiva de Gavi, la Alianza para las Vacunas. «Sin embargo, el crecimiento demográfico, la fragilidad y los conflictos presentan grandes obstáculos para lograr la equidad, lo que pone en riesgo a los niños y las comunidades más vulnerables. El compromiso continuo de los gobiernos y los socios será fundamental para salvar vidas y proteger al mundo de las amenazas de las enfermedades infecciosas».
La cobertura contra el sarampión también mejoró, con un 84% de niños que recibieron la primera dosis y un 76% que recibieron la segunda dosis, lo que muestra un ligero aumento con respecto al año anterior. Se estima que en 2024 se llegó a 2 millones de niños más, pero la tasa de cobertura general está muy por debajo del 95% necesario en cada comunidad para prevenir brotes.
Esto da como resultado que más de 30 millones de niños permanezcan desprotegidos contra el sarampión, lo que provoca brotes más grandes o perturbadores. En 2024, el número de países que experimentaron brotes de sarampión grandes o perturbadores aumentó drásticamente a 60, casi el doble que los 33 de 2022.
La promesa de proteger a todos los niños está en peligro… Palestina ya lo padece
Aunque la demanda comunitaria de vacunación infantil sigue siendo alta y la protección contra más enfermedades está aumentando, las últimas estimaciones ponen de relieve una trayectoria preocupante. Los déficits de financiación nacional y mundial, la creciente inestabilidad en todo el mundo y el aumento de la desinformación sobre las vacunas, -con sus teorías del complot- amenazan con estancar aún más o incluso revertir el progreso, lo que supondría un aumento de las enfermedades graves y las muertes por enfermedades prevenibles mediante vacunación.
La pandemia de Covid-19 puso a prueba los sistemas de salud, lo que provocó dramáticos reveses. Los datos más recientes sobre la cobertura de inmunización contra la difteria, la tosferina y el tétano (DTP) subrayan la necesidad de actualización, recuperación y fortalecimiento de los sistemas.
La inmunización es clave para la atención primaria de salud, un derecho humano indiscutible y una de las mejores inversiones en salud que el dinero puede comprar. Las vacunas también son fundamentales para la prevención y el control de los brotes de enfermedades infecciosas. Son la base de la seguridad sanitaria mundial y una herramienta vital en la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos.
Mientras tanto sugerimos a modo de reflexión a las autoridades de la OMS /UNICEF que no se olviden que, en la Banda de Gaza, hay niños palestinos víctimas de un genocidio atroz sin ninguna vacunación que los proteja y que la única dosis sistemática que reciben son bombardeos y hambre. ¿En qué vana estadística de la moral occidental estarán? ¿Qué organismo del humanismo se ocupará de esta ignominia?
* Periodista uruguayo residente en Ginebra, exmiembro de la Asociación de Corresponsales de Prensa de Naciones Unidas (ACANU) en Ginebra. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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