Océana rechaza nuevo atentado ambiental en Chile

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

De acuerdo a lo expresado por Antonia Fortt, ingeniera ambiental de Oceana, entre los efectos que puede tener un ducto de una planta de celulosa al mar, no sólo se encuentra la contaminación de los recursos marinos, la mortandad de aves y algas marinas, sino que la salud de la población se verá seriamente expuesta. Agrega que basta con mirar un poco más al norte de Valdivia, específicamente en Constitución, donde hoy existe un ducto al mar, el que tiene los recursos marinos contaminados y a la población enferma.

Explica que esto se produce porque los residuos industriales líquidos (riles) que se descargan por los ductos, técnicamente llamados emisarios submarinos, contienen metales pesados (que en altas concentraciones y dependiendo del tipo de metal puede provocar desde síntomas como diarrea, hasta la muerte por cáncer), dioxinas y furanos (conocidos contaminantes generados por la celulosa y regulados hoy por el Convenio de Estocolmo) y materia orgánica (que provoca eutroficación en las aguas marinas, es decir grandes crecimientos algales que reducen el oxígeno disponible para la supervivencia de peces en el mar).

Tales características hicieron que la Dirección de Territorio Marítimo (DIRECTEMAR), entidad encargada en nuestro país de la protección del medioambiente acuático en zonas navegables, advirtiese que los emisarios no son aconsejables cuando se trata de contaminantes tóxicos altamente persistentes (en general no biodegradables), en que su dispersión en el medio acuático sólo provocará una daño mayor. Por ello la última propuesta .de Celco constituye una grave amenaza para la biodiversidad marítima de la Novena y Décima regiones, donde podría instalarse el ducto, según lo señaló Charles Kimber, gerente Comercial Corporativo de Celco al hacer su exposición en la sesión de la Corema esta semana. Esto, porque los efluentes del proceso de fabricación de celulosa, son considerados internacionalmente como residuos industriales con elevado potencial contaminante, tal como se señala en el Convenio de Estocolmo, al que Chile suscribe.

Para Oceana, esta actitud de los ejecutivos de la empresa confirma que entre los intereses de la empresa no está la protección ambiental, independientemente de si en vez de cisnes, sean esta vez los recursos marinos de los que viven pescadores artesanales de la X región y zonas aledañas los que mueran o migren. Finalmente, la organización pidió que se evalúe como opción la recirculación de los riles al sistema productivo, logrando que el agua que se recircula sea tan limpia como el agua que se tomó al río Cruces y que en las condiciones propuestas por Celco, se devolvería como una potente y dañina pluma de contaminación.

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* Periodista. Este artículo fue publicado por la organización Rebelión.
(www.rebelion.org/noticia.php?id=17886).

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