Venezuela: el diálogo imposible

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Néstor Francia.*

Los revolucionarios enarbolan dos banderas principales: la memoria y la ideología, la contrarrevolución igualmente dos: el olvido y el pragmatismo. Frente a semejante disyuntiva toda intención de diálogo  se viene al piso, tal como era de suponer. Lo cierto es que la última palabra no está dicha y nadie conoce el futuro.

En la sesión de la AN de ayer se repitieron las estrategias que se hicieron presentes en la segunda sesión (la primera después de aquella donde se eligió la directiva), y las cuales definimos entonces así: “Los revolucionarios enarbolan dos banderas principales: la memoria y la ideología, la contrarrevolución igualmente dos: el olvido y el pragmatismo. Es decir, la derecha plantea no hablar del pasado y concentrar la acción parlamentaria en lo que ellos llaman ‘los problemas de los ciudadanos’”.

Pero esta vez la discusión fue más agria y hubo el primer incidente de sabotaje e intento de imposición, cuando Julio Borges trató de obligar al presidente Soto Rojas a darle un derecho a réplica sin esperar a que este se lo concediera sin violentar el orden de solicitud de palabra ya establecido. Toda intención de diálogo  se viene al piso, tal como era de suponer. Lo dijimos e igualmente lo repetiremos:

“Con la oligarquía no puede haber diálogo, sino debate, debate radical, porque no queremos los mismos resultados ni tenemos los mismos sueños. Los oligarcas son nuestros enemigos históricos”.

A esto se refirió Chávez en su cadena de ayer jueves, cuando afirmó que “La oposición ha dado una demostración de soberbia e inhumanidad. Muchos me critican porque quiero recortar la Habilitante, pero entonces vienen estos y ponen la torta, pues les repito: vayan a lavarse ese paltó, porque yo no voy a devolver la Ley Habilitante, porque la necesito, porque el pueblo la necesita”.

El presidente los manda al diablo porque los opositores demuestran una vez que todas sus palabras sobre diálogo y tolerancia están impregnadas de hipocresía, cada cosa que hacen tiene el único objetivo de acabar con la Revolución y les importan un bledo los problemas del pueblo, solo los utilizan en un ejercicio de demagogia y manipulación.

Ahora bien ¿cuál será el resultado final del enfrentamiento entre estas dos estrategias? Los opositores hablan con el mismo lenguaje y los mismos argumentos mil veces repetidos y que su público de galería quiere oír. Sus muy duros votantes seguirán pensando, en su mayoría, que estos tipos son unos bates quebrados, pero que son lo único que tienen para ir contra Chávez, y es lo más seguro que llegarán a diciembre de 2012 con un solo candidato y que la votación escuálida se mantendrá básicamente, poco más, poco menos.

En cuanto al pueblo revolucionario, se verá profundamente reforzado con la muy acertada estrategia de nuestra bancada. La negativa de los parlamentarios escuálidos de mirar hacia atrás los desnuda como dolientes de ese pasado. La escuela ideológica en que se ha convertido la AN de cara al pueblo tiene una importancia invalorable. De seguir así las cosas, ese millón de votos chavistas que se abstuvo el 26-S volverá a las urnas a refrendar a su presidente, ahora con la conciencia acerada por las virtudes del debate.

Creemos que los votantes escuálidos seguirán básicamente en lo mismo (tal vez convenzamos a unos pocos, ojalá), pero tanto las obras como las palabras e ideas de la Revolución recompondrán el cuadro político y social de los primeros años de este experimento, cuando la proporción en las urnas era aproximadamente 60-40 (técnicamente el 26-S fue 50-50, es decir retrocedimos). Claro, la última palabra no está dicha y nadie conoce a ciencia cierta el futuro.

Solo hacemos proyecciones tratando de echar anclas en la realidad. Pero aun faltan casi dos años y mucha agua correrá todavía bajo los puentes. Eso puede jugar a favor o en contra de nosotros, según actuemos (y según lo hagan ellos). Si el escenario se mantiene en líneas generales como hoy, saldremos airosos. Aunque puede mejorar o empeorar, como hemos dicho.

Ahora bien, en cuanto al asunto de los “problemas de los ciudadanos” que blande a cada rato la bancada de la derecha, también en ese terreno la respuesta de los revolucionarios está siendo muy buena. Nuestros diputados apelan a cifras específicas, hacen seguimiento histórico a esos problemas, comparan el antes y el después, descalifican con sólidos argumentos los alegatos de los contrarrevolucionarios.

Para la galería de los escuálidos estamos mintiendo y manipulando cifras, porque esa es la matriz que les ha sido sembrada por Globovisión y compañía. Pero para nuestro pueblo esa información es lomito puro concentrado, y en esa vía también saldremos gananciosos si las cosas siguen como van. A pesar de las tormentas, navegamos con viento a favor.

Que Chávez siga firme en el timón y la tripulación brinde su mejor esfuerzo, así superaremos el ataque pirata y llegaremos a buen puerto.

* Analista de asuntos políticos.

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