Formas sutiles de la guerra que padecemos

963

Todos los días pasan cosas que aparecen como incomprensibles. Delitos que se suceden, como si respondieran a campañas o consignas premeditadas, luego son amplificados y multiplicados hasta el infinito por el sistema medático.
¿Qué pasa? El miedo se expande y la sociedad parece presa de esta presión informativa. Pasa que nuestros pueblos siguen siendo víctimas de una guerra. En ésta, como decía El Principito “lo esencial es invisible a los ojos”. Ya no se trata de ataques con blindados o bombardeos de la aviación. Se habla de una “guerra sin fusiles”. Éstos, los blindados, los bombardeos, los fusiles, sirven para otra instancia y otro tipo de conflagración. En nuestro caso y en estos tiempos se trata de algo más sutil, se procura lograr el control social de los pueblos. Dicho control es básico para alcanzar otros objetivos e imponer sus intereses. Ahora el lugar de las unidades militares lo ocupan los sistemas mediáticos. Ellos nos han convencido que lo que no está en la tele no pasa en la realidad.
Pero la ficción siempre tiene alguna base de apoyatura en la realidad. Entonces hay que crear los hechos que sustenten el miedo imprescindible para dominar a la sociedad. .
En la periferia de las grandes ciudades hay centenares de miles (tal vez millones) de jóvenes que el sistema ha excluído. Muchos transcurren, presos de la droga, carentes de todo futuro. Allí está el medio ambiente que es utilizado para protagonizar esa “inseguridad” que el sistema necesita.
Es por eso que buena parte de los delitos que dan lugar a la denominada “inseguridad urbana” ejecutada por bandas, grupos o individuos de la llamada periferia social tiene por detrás un entramado donde se articulan partes del poder político, la administración de justicia y el sistema de seguridad. La propia Ministra de Seguridad –Nilda Garré- acaba de decir “El problema más serio y complejo que tenemos es la Policía Federal”. Es cierto y bueno es reconocerlo, pero ello es solo una parte de este fenómeno.
También es cierto todo estos sectores se benefician de esta actividad delincuencial pero por encima de ellos, a su vez, hay un hilo que vincula esos hechos para transformarlos en ese fenómeno colectivo que ya se señaló. El actual desarrollo tecnológico permite que el mensaje se generalice y llegue al conjunto de la sociedad, mezclando terror y propaganda, con un poder difícil de contrarrestar. 
Allí esta la clave de la guerra que sacude el alma de nuestra sociedad. Ella va más allá de un gobierno y se corresponde con la lógica de control mundial que persiguen los grupos más concentrados de poder económico mundial.

Juan Guahán

 

También podría gustarte

Los comentarios están cerrados.