Venezuela, del desarrollismo a la política económica del decrecimiento

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Mientras tanto, China que es vista como el soporte y jalonador actual de la economía mundial, comienza a recibir alertas sobre su sistema financiero y futuro crecimiento económico, a la par que ya está en una posición de riesgo gigantesco al ser el principal tenedor de bonos estadounidenses. La vulnerabilidad y riesgo en que está entrando la economía China, es de consecuencias fatales especialmente para los países latinoamericanos cuyo crecimiento viene liderado por Asìa, no por Europa ni Estados Unidos.

El horizonte para Venezuela es el mismo, o peor que el vivido con la contracción económica mundial del 2008, momentos de picada en el ingreso petrolero que vienen a mostrar el límite financiero de nuestras políticas sociales garantistas.

Como protegernos?, como mantener nuestra ruta ascendente en superar la pobreza y elevar la calidad de vida de nuestra gente?, estamos seguros que la respuesta no es la clásica fórmula neoliberal de reducir el gasto público y descargar sobre los hombros del pueblo la crisis creada por los capitalistas.

Nuestra alternativa está en configurar de cara al próximo plan nacional de desarrollo 2012-2021 un nuevo enfoque centrado no en el crecimiento, sino en el decrecimiento. El decrecimiento hace referencia a una perspectiva económica y ambiental que estima que la crisis climática y la crisis estructural del capitalismo sólo podrá ser superados desde la izquierda si se abandona el modelo de desarrollo productivista, su culto al crecimiento por el crecimiento sin valorar los límites, así como la sobrevaloración del patrón energético y técnico-científico actual.

Que significa esto para Venezuela?, significa comprender que nos aproximamos a un límite del tiempo histórico donde los elementos fundamentales para nuestra superviviencia y la reproducción como sociedad, son la energía, el alimento y el agua, y no las clásicas metas financieras e industriales. En consecuencia, significa profundizar la construcción y materialización de un nuevo patrón energético sostenible, superar el petróleo para la generación eléctrica, superar el petróleo para la dinamización de nuestra industria, superar el petróleo como ícono de civilización.

El decrecimiento para Venezuela también significa centrarse en el alimento como alternativa a la crisis, producir nuestro propio alimento desde patrones tecnológicos propios, pues poco haremos si activamos un modelo agroproductivo dependiente de divisas para la importación de tecnologías, insumos y semillas. Se podría argumentar que ya lo estamos haciendo; pero es imperioso reconocer lo limitado del esfuerzo, es urgente entender que nos deslizamos hacia una situación global que traerá dimensiones de crisis jamás conocidas por nosotros.

El decrecimiento también significa reconstruir un nuevo sentido de industrializar, en el pasado el fracaso del modelo sustitutivo estuvo dado por una ausencia de conciencia sobre las fuerzas y valores propios, se mantuvo la preeminencia de patrones culturales y de consumo foraneos a la par que se despreciaron las capacidades nacionales propias. Debemos reconstruir tejidos industriales mucho más integrados a los territorios, mucho más sinérgicos con las potencialidades y necesidades locales.

No estamos hablando de apocalipsis, hablamos de la construcción de una política responsable y capaz de conjurar, desde la izquierda, la creciente crisis del capitalismo global que en la década en curso estremecerá a todo el planeta.

La construcción de una ruta de desarrollo endogeno, articulada con latinoamerica y respetuosa del ambiente será nuestro antidoto, ante el inminente colapso del modelo financiero capitalista globalizado.

*Ex ministro venezolano, dirige la consultora Gis XXI

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