Cesaria Evora: requiescat in pace

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70 años no son muchos (o son demasiados); fueron los que vivió Cesaria Evora, la de Cabo Verde, la que cantaba con los pies desnudos y bebió siempre más de la cuenta: no es fácil sintonizar con los espíritus de la altura cuando se nace en el borde del abismo y a ese borde lo llamamos patria. Cxecxi (o Cise) nació en Cabo Verde, en Mindelo, en 1941; y de allí partió en 2011.

Se llevó con ella los años amargos y dejó a cambio lo que llaman el blues de Cabo Verde. Nunca cantó blues, dejaba el alma en lo suyo: la . Todo lo demás es accidente privilegiado que derramó aquí y allá por el mundo. Comenzó a los 15 en bares y tabernas, a los 47 —tras su propio viaje a los infiernos, que duró más de una década— el mundo pretendió descubrirla.

Lo aceptó, el mundo tiene todavía por descubrir la Tierra de la que ella vino: un planeta son lugar, modeladao por la explotación, la esclavitud, la sonrisa esquiva de la libertad.

He aquí un testimonio ajeno al periodismo corriente*, exacto en el afecto y el dolor. Veamos:

Viví en Mindelo cuatro años y llegué a tener amistad con Cesaria, que allá llamábamos Cxecxi. Les quiero contar dos anécdotas personales con ella, que sirven un poco para que conozcan qué puntos calzaba.

Un día me llegaron a visitar a la redacción del diario que dirigía, un grupo de la TV portuguesa. Me dijeron que sabían que yo era amigo de Cesárea y que querían pedirme un favor: si yo podía intervenir para que les diera una entrevista, porque la demoraba y la demoraba y ellos estaban pagando hotel, equipos, etc y no sabían qué hacer. Les dije que le iba a preguntar.

Por la tarde pasé frente a su casa y le grité: «¡Cxecxi, vamos a tomarnos un
whisky!». Salió al balcón y me dijo: «Ya bajo, chiliano» [chileno].

El que llamaba primero, pagaba el whisky. Cabo Verde fue colonizado por la variante británica de la Shell más que por los portugueses y desde ese tiempo se importa muy buen whisky escocés.

Después de unos sorbos y conversa cotidiana, le planteé el asunto. Cesárea se puso seria, llamó al mozo y le dijo : «Dos whiskys más, esta vez a mi cuenta». Luego, me miró y me dijo: «Nunca me invites para pedirme algo. Esos filhos da puta nos hicieron esperar 500 años; que esperen un poquito ahora. Por tí los voy a recibir, pero en dos o tres días más».

El día 5 de octubre de 1988, me quedé escuchando Radio España Internacional, para conocer los resultados del plesbicito del Sí o el No en Chile. A las 4 de la madrugada del 6, supe que había ganado el No. Estaba en mi casa, solo, sin saber qué hacer, con quién celebrar.

Salí de casa y me encaminé al bar donde cantaba Cesárea, rogando que no se hubiera ido. Quedaba en un barrio marginal del norte de Mindelo, muy pobre. No todos lo blancos tenían pasaporte para moverse por ahí, pero yo sí porque dirigía el primer diario que tuviera
Mindelo.

Cuando llegué, Cesárea estaba con Cavaquinho, su músico principal, guardando los instrumentos y cerrando el negocio. Le dije: «Cxecxi , en Chile ganó
el No y Pinochet fue derrotado y no tengo con quién celebrar».

Cesárea tenía un rostro grave, con una mirada algo triste y no era de muchas palabras. Dió orden de desenfundar los instrumentos, continuar cantando y que sirvieran trago gratis al chileno, a los músicos y a los sirvientes. «Vamos a celebrar con el chileno la caída del filho da puta…».

Celebramos hasta las 10,30, hora en que volví al diario, borracho y recibiendo las felcitaciones de los transeúntes que me deseaban felicidad. A los dos día compré un pasaje de vuelta, porque había terminado mi contrato. Nunca más la vi.

Aprendió a cantar en el coro de unas monjas que la acogieron cuando pequeña, no recuerdo si por miseria u orfandad. Cantaba como las diosas. Escucharla era un arrullo , frecuentemente triste.

La siento mucho y quería contarles algo sobre esta mujer extraordinaria , muy representativa de la cultura caboverdiana. No me habría extrañado que cualquiera de ellos me hubiera retado de igual manera por plantearle lo de los portugueses.
Hernán C.

Addenda
En la red se encuentra mucho sobre Cesarea y sus canciones. Este enlace es solo uno entre decenas.

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