–Siempre fui un gran lector de Goethe. Debería ser lectura obligatoria para los jóvenes. No se trata sólo de la reducción habitual que aparece en la frase “vender el alma al diablo”. No. El Fausto de Goethe sintetiza mucho el ser humano con sus debilidades, sus miserias y también sus grandezas. Es un homenaje al amor. Lo estoy releyendo ahora. Y también las Cartas Persas, de Montesquieu. Quedan pocos en las librerías de Buenos Aires. Acabo de comprarle uno a Chávez. No me olvido de Sófocles y como le dije releo siempre El Capital.
–¿Es verdad que el Gobierno regaló una edición popular de Los Miserables de Víctor Hugo?
–Sí, es cierto. Describe maravillosamente el poder del ser humano. Y también organizamos jornadas de lectura de Don Quijote en las plazas de toda Venezuela. Así acompañamos los cambios en América latina. Los cambios, como usted sabe, producen una floración intelectual y creativa.
*Periodista de Página/12, Argentina
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