Arce derogó decretos para derribar el andamiaje neoliberal del gobierno de facto
A un mes de su asunción, el presidente boliviano Luis Arce ha logrado contener la caída económica con siete decretos que derogaron las medidas neoliberales y antipopulares del gobierno de facto y ha marcado la cancha al advertir que no habrá impunidad para los crímenes cometidos por la dictadura, entre ellos las masacres de Sacaba y Senkata
«Estamos desmontando el andamiaje del modelo neoliberal reiniciado en noviembre de 2019», dijo Arce en Twitter. Los siete decretos supremos que fueron derogados facilitaban las contrataciones a privados para mejorar el sistema sanitario, impulsaban el apoyo a grandes empresas para el cumplimiento de sus obligaciones sociales y establecían prórrogas y facilidades de pago de impuestos a las exportadoras.
Arce también aplaudió la aprobación de las leyes de devolución del IVA a los trabajadores de bajos ingresos, y el esperado impuesto a las grandes fortunas. El actual gobierno cree que la batería de resoluciones no iba dirigida a los sectores más desprotegidos del país: muy por el contrario, favoreció un aumento de la pobreza y el desempleo.
«Arce ha recibido un país quebrado. Bolivia era la economía que más había crecido en Suramérica según todos los indicadores internacionales, pero el gobierno de Jeanine Áñez la quebró. Esto genera cierta presión sobre el gobierno por las grandes expectativas que ha generado», señaló el Hugo Moldiz, exministro de Gobierno.
«En mayo pasado comenzó a cohesionarse nuevamente el movimiento social y a reconstituirse el campo popular», dijo el exfuncionario, que celebró que «Arce y David Choquehuanca hayan impulsado una renovación de figuras, con una gran presencia de jóvenes» en el gabinete.
Moldiz indicó que el expresidente Evo Morales «ocupa un lugar distinto que en el pasado», continúa siendo el líder político del MAS. «El proceso de cambio va más allá de que Evo esté en la presidencia. Eso está claro», aseguró. Sin embargo, subrayó que «se ha comenzado a estabilizar la economía y los riesgos de un proceso hiperinflacionario se han alejado, lo cual ha devuelto tranquilidad a los sectores productivos y empresariales, pequeños y grandes».
Con la mira puesta en ese objetivo de retomar el camino del desarrollo soberano, la Cámara de Diputados aprobó el impuesto a las grandes fortunas. En tanto, el gobierno empezó a pagar este mes el llamado «Bono Contra el Hambre», de unos 144 dólares, como mecanismo para reactivar la demanda interna.
El director del Centro de Estudios Geopolíticos de Bolivia, Gabriel Villalba, destacó que «Arce está cumpliendo muchas promesas electorales enfocadas al ámbito estructural: la crisis económica y el golpeado bolsillo del boliviano», señaló. «Vamos a reconstruir el modelo económico que es un modelo basado en la actividad productiva del país», expresó el ministro de Economía, Marcelo Montenegro. » Un andamiaje económico que se está intentando reconstruir nuevamente a partir del viraje neoliberal que se tuvo en Bolivia durante once meses», planteó Gabriel Villalba.
El cambio de gobierno destapó varias irregularidades de la justicia. Una avalancha de procesos judiciales iniciados por el gobierno de facto contra líderes del MAS ya fueron rechazados por fallas de procedimiento. En tanto, otras causas que permanecieron paralizadas durante once meses, como las que atañen a las masacres de Sacaba y Senkata, empiezan a reactivarse lentamente.
Con el objetivo de ir a fondo, el ministerio de Justicia, encabezado por Iván Lima, convocó a un grupo de expertos en distintas áreas del derecho para encarar una reforma judicial. Lima afirmó que el cambio en el sistema de justicia se realizará «contra viento y marea y contra quien se oponga», aunque «buscando la unidad».
«Por primera vez en la historia política de este país se dividen las funciones. Una cosa es la administración del poder político y otra es la administración de la organización política, es decir el MAS. En la primera función están Luis Arce y David Choquehuanca y en la segunda está Evo Morales», planteó el politólogo Marcelo Arequipa.
Villalba calificó al nuevo gabinete como uno de «emergencia», ya que «tiene el rol de allanar el camino para el próximo gabinete que va a asumir el 22 de enero». En esa fecha se celebra en Bolivia el Día del Estado Plurinacional, donde se nombra al gabinete que acompañará al presidente por el lapso de un año. «Quizás muchos de los actuales ministros sobrevivan y otros no, pero no será una crisis de gabinete sino una articulación histórica», agregó Villalba.
*Sociólogo y periodista bolivano, colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)