«Argentina, Mayo de 1969»: A 50 años de la película realizada en tiempos del Cordobazo
El Cordobazo fue un hecho clave en la lucha de las historias anti dictatoriales en el cual confluyeron luchas de estudiantes y obreros. La dictadura del general Onganía surgida del golpe de estado militar llevado a cabo en 1966 había comenzado con una violenta represión en el ámbito de la Universidad de Buenos Aires – La noche de los bastones largos – y la recurrente represión a las huelgas obreras. Desde ese mismo año la violencia estatal se había cobrado la vida de militantes. El primero de ellos, Santiago Pampillón, era obrero y estudiante y fue muerto en la ciudad de Córdoba, donde un año y medio después la rebelión popular alcanzaría uno de sus puntos más altos.
En el contexto de lo ocurrido el 29 de mayo de 1969, un grupo de cineastas se reunieron para producir películas urgentes que dieran cuenta del momento que vivía el país. El puntapié inicial lo dieron cineastas militantes, muchos de ellos parte del grupo Cine Liberación que el año anterior había presentado La hora de los hornos. A ellos se les sumaron realizadores de campos, estilos y pensamientos diversos, que finalmente dieron a luz una película episódica que se produjo con la urgencia que la situación reclamaba.
Durante muchos años se creyó que la película Argentina, Mayo de 1969: Los caminos de la liberación se había perdido definitivamente. Con el advenimiento de la democracia el único episodio de esa película que podía exhibirse era el dedicado al Ejército, que fue realizado por Nemesio Juárez y que él mismo había preservado durante los años de la dictadura.
Firmada bajo la autoría colectiva del Grupo Realizadores de Mayo, por aquellos años de finales de los ’60 y comienzos de los ’70, era así presentada de forma anónima para garantizar la seguridad de todos los participantes.
Como explicó el propio Juárez a Nodal Cultura, las proyecciones no necesariamente incluían la película completa como tal, sino que según la jornada, el lugar, los participantes, se presentaba alguno o varios de los cortos que la conforman. Se solía hacer en reuniones en casas particulares, sindicatos, unidades básicas e incluso parroquias, junto con otras películas que conformaban un programa completo de encuentro político, no de simple esparcimiento cinematográfico.
En su totalidad los cortos podían completar las 3 horas de proyección. Más allá de su circulación clandestina como parte de las proyecciones militantes que organizaban los grupos del cine político, Argentina, Mayo del 69 había ganado en la edición 21 del Festival de Cine de Berlín de 1971 el premio FIPRESCI, de la crítica internacional.
Nemesio Juárez del Grupo Realizadores de Mayo
“En conocimiento de estos hechos que conmocionaban al país y desafiaban a la dictadura de Onganía, un pequeño grupo de cineastas entendíamos que no podíamos estar ajenos a estos acontecimientos y que era nuestra responsabilidad el dar testimonios de ellos cuando aún se estaban desarrollando”, explicó a Nodal Cultura Nemesio Juárez. “ Es así que decidimos hacer una convocatoria lo más amplia posible a directores de cine y cineastas en general. Los primeros convocantes pertenecíamos al Grupo Cine de Liberación y al campo del cine social y político. Pero se incorporaron luego directores que provenían del cine de largometraje de ficción, del corto metraje y del documental tradicional, del cine publicitario, así como también del cine de animación. Todos coincidimos en la necesidad de dar testimonio y en la aceptación y el respeto a la diversidad política de los integrantes del grupo”.
Luego de esta convocatoria y de los encuentros quedó constituido un grupo de diez directores que realizarían un capítulo cada uno, a partir de un enfoque que se basara en la enorme dinámica que ofrecían los sucesos y sus posibles análisis. Cada realizador hacía su propuesta de trabajo y se la aprobaba por el conjunto. Ellos eran además responsables de llevar adelante la realización de cada uno de los capítulos o cortos que articularían Argentina, Mayo de 1969: Los caminos de la liberación.
Según explicó Juárez la filmación y la post-producción de cada corto se hicieron bajo las medidas más estrictas de compartimentación entre cada uno de los grupos. Si bien hubo colaboración entre las distintas producciones, el pedido de las necesidades, como su resolución, debían ser resueltas en el seno de las reuniones de los diez directores-productores. “Yo hice cámara y fotografía en los dos episodios que realizó Getino”, agregó Juárez, “y los materiales filmados para televisión que nosotros obteníamos gracias al aporte de noteros y laboratoristas, que arriesgaban sus trabajos por esta participación, eran distribuidos dando prioridad a las diversas temáticas decididas. Y, en muchos casos, nos revelaban en los canales mismos y en cuestión de minutos los materiales que acabábamos de filmar”.
Armando el rompecabezas
A pesar de la impronta que había dejado la película, hasta los primeros años de este siglo solo se tenía noticias de la existencia del cortometraje dedicado a analizar la ideología y la práctica del ejército argentino, que había realizado y conservaba el propio Juárez.
Por aquellos años aparece un nuevo cortometraje de una forma absolutamente casual. Carla Stella, cineasta también, pero no de aquella generación, es casi de casualidad, central en ese hallazgo. Así relató ella aquel encuentro a Nodal Cultura: “Hace varios años mi abuela estaba acomodando cosas en su casa y encontró un bolso lleno de latas de película de 16 mm. Empezamos a ver algunos fotogramas y pudimos identificar algunas películas y otras no. Hablé con mi papá, que militaba en algún sector del peronismo, por el origen de ese bolso. La leyenda cuenta que el día del golpe militar estaba en la librería Licurgo en San Telmo, donde también había gente del Grupo Cine Liberación. En el medio caos empezaron a quemar libros y a repartir cosas. Así fue como estas latas se escondieron durante años y años en la casa de mi abuela y nadie se acordaba que estaban ahí”.
El hallazgo, pudo saber después, incluía un acto de La hora de los hornos, una copia completa de Actualización política y doctrinaria para la toma del poder y un corto de los de Argentina, Mayo de 1969. “Me contacté con Octavio Fabiano y Fernando Martín Peña que estaban al frente de la Filmoteca Buenos Aires y les llevé el material para ver que había y si se podía conservar”, explicó Stella. “Lo más valioso que había era un episodio de esta película que estaba perdida. Era el corto Olla populares. Obviamente como coleccionistas y conservacionistas del archivo fílmico, estaban muy emocionados. Casualmente o causalmente, no lo sé, ese mismo año a través del investigador alemán Peter Schumann aparecen otros episodios y se puede completar la película. Así que al poco tiempo hubo una proyección con los directores que aún estaban vivos, y fui con mis padres y con mucha emoción pudimos ver la película completa. Desde entonces está en guarda en el MALBA y se usó en los momentos en que se necesitó”
Para Carla Stella este no fue solo un encuentro con la película, sino también con la historia de un cine que era parte de su formación y con la historia personal. ““Para mí haber encontrado eso fue espectacular. Yo había estudiado cine y eso fue también una manera de acercamiento al cine militante y al fílmico, a algo que tenía una poética interesante. También hubo también un acercamiento a la militancia de mi papá, ¿dónde estaban? ¿por qué estaban ahí? ¿Estaba Pino Solanas? ¿Se veían habitualmente? Fue un acercamiento muy intenso desde lo histórico, lo político, lo emocional. De hecho mi padrino, que se conoció con mi papá el día de la vuelta de Perón a la Argentina en 1972, y estaba también en la librería el día del golpe, se acordaba más y me contó cómo fue que repartieron las películas. Algunos ni sabían ni que eran esas latas, ni cómo era una lata de película. El hallazgo fue muy lindo para todos, también en lo personal”
La película
Argentina, Mayo del 69: los caminos de la liberación es más de la película que hemos visto y que se puede ver online. Si como explicó Nemesio Juárez la duración del conjunto de los cortos es de 3 horas, la versión disponible es apenas una tercera parte de la misma. Por otra parte las proyecciones no se realizaban en salas, sino en los que llamaban Exhibición-Acto [i] y se presentaban algunos de los cortos, incluso en función con otras películas del cine militante. Esto explica que nuestra percepción actual debe ser pensada con esta perspectiva.
Octavio Getino reafirmó esa la lógica de presentación de la película e incluso aseguró que la misma estaba abierta a nuevos capítulos: “El camino de la liberación argentina no es un film cerrado sino que además de estar concebido para su complementación con la participación y el diálogo de un público problematizado o combatiente, se abre asimismo a nuevos capítulos ya sea de temas tratados, como de cuestiones no abordadas, sin ningún tipo de cierre. Los tres primeros capítulos de El camino… están dedicados a un mismo tema: Argentina, Mayo de 1969, incompleto y a completarse. Los capítulos han sido concebidos también como unidades modulares que pueden proyectarse en conjunto o por separado y aun alterando su orden, si ello resultase necesario a algún tipo de proyección en particular. Incluso las secuencias que los componen poseen unidad y por lo tanto pueden verse aisladamente ya que abordan problemas esenciales del tema tratado”[ii]
Aún con estas prevenciones, la película funciona vista en el presente no solo tiene valor como documento histórico, tanto como relato sobre los hechos de 1969 como sobre la práctica estético-política de los cineastas militantes, sino también como obra en sí misma. El prólogo en tono irónico realizado por Rodolfo Kuhn propone una línea de lectura para la totalidad en clave de una relación trilateral entre ejército, factores económicos locales y orden imperialista impuesto por EU.
Desde allí las relaciones de poder y resistencia, las prácticas ante la represión brutal, la unidad obrero-estudiantil y los hechos concretos que antecedieron al Cordobazo van tejiendo una trama en la que dialogan relatos y estilos diversos para construir una totalidad. La película, tal y como queda estructurada tiene también una lógica rítmica y un humor notable. Esto se hace evidente en el capítulo que con el titulo Didáctico sobre las armas del pueblo, como si fuera una receta de cocina Eliseo Subiela explica el modo en el cual se hace y se utiliza una bomba molotov.
Argentina, Mayo de 2019
“Hoy hay herederos de estas búsquedas, hay todo un movimiento documentalista que planta sus cámaras frente al país real y como nosotros en aquella época, cuando la vida cotidiana de nuestro pueblo está proscripta, ausente, o está mentida a través de los medios oficiales y las grandes cadenas, ellos mantienen la intención de mostrar y rescatar el país real”, sostiene Nemesio Juárez. “Eso fue aquello de lo que nosotros estuvimos conscientes y hoy día también lo tiene presente todo el grupo de cine documental, que son fundamentalmente quienes están defendiendo al Instituto de Cine en estos momentos muy difíciles”
“50 años después de su creación me parece importantísimo volver a hablar y proyectar esta película”, reflexiona Carla Stella. “En especial en este momento problemático del país, es valioso retomar la idea de la creación colectiva. El Grupo Cine Liberación, Los realizadores de Mayo y todos los grupos de trabajo que militaban a través de cine representan actividades e improntas que sería muy valioso recuperar en el presente”.
Aunque tal vez haya algunas divergencias entre participantes e historiadores sobre quienes filmaron cada uno de los cortos que forman parte de la obra, el propio Juárez aporta una detallada información sobre quienes fueron los cineastas y sus antecedentes.
Mauricio Berú (Bs. As. 1927): Realizador de cortos de inspiración ciudadana y tanguera como “Café y bar” (1964), “Filiberto” (1965) y “Fuelle querido” (1967).
En este largometraje colectivo realiza Sistema y Rebelión confrontando al régimen militar con las luchas en las calles de Córdoba.
Octavio Getino (León, España 1935 – Bs. As. 2012): Escritor y cineasta. Realizó el cortometraje documental “Trasmallos” en 1964, sobre los pescadores del Río de la Plata. Co-realizador, con Fernando “Pino” Solanas del film documental de largometraje “La Hora de los Hornos”. En el film del Grupo Realizadores de Mayo, Getino realiza dos cortometrajes: Crónica de junio y Reportaje sobre la unidad obrero-estudiantil
Nemesio Juárez (Bs. As. 1941): En 1964 realizó el documental “Los que trabajan” que oponía al quehacer cotidiano, constante y creador de los trabajadores, las interrupciones debidas a los enfrentamientos sectarios entre distintos sectores de las fuerzas armadas. En 1969 junto con Octavio Getino y Gerardo Vallejo produjo Cineinforme de la C.G.T. de los argentinos. Para el largometraje colectivo realizó El ejército.
Rodolfo Kuhn (Bs.As. 1934 – México 1987): Integró lo que se denominó el “nuevo cine argentino” de la década del `60. El suyo fué un cine innovador en lo formal y en su narrativa, con influencias visibles de la “nouvelle vague” francesa. Los jóvenes viejos y Los inconstantes fueron sus dos primeros largometrajes. De sus otros films se destaca Pajarito Gomez. Kuhn es el responsable de la introducción del largometraje.
Jorge Martin “Catú” (Bs. As. 1933): “Catú” surgé en 1958, como uno de los más originales dibujantes humorísticos de la nueva generación. Sus dos films de cortometraje con técnicas de animación previos a su participación en el Grupo Realizadores de Mayo fueron “La pared” y “Compacto cupé” que lo revelaron como un autor de animación de vanguardia. Policía, se titula la participación de Jorge Martin en la película colectiva. El corto narra la transformación de un obrero desocupado en un integrante de la fuerza policial.
Humberto Ríos (La Paz, Bolivia 1929 – Bs.As. 2014): Previa a su participación en el film sobre el Cordobazo, dirigió el cortometraje “Faena” en 1960, “Juego cruzado” (1961), “Pequeña ilusión” (1962) y el largometraje “Eloy” (1969), sobre un bandido rural chileno. Su corto en el film colectivo es Dos semanas de mayo.
Rubén Salguero: Eficaz director de cine publicitario, participó en las primeras reuniones constitutivas del “Grupo…” decidió registrar en un documental que tituló La Actitud la marcha que, a partir del velatorio en la sede de la “C.G.T. de los Argentinos” acompañó los restos de Emilio Jáuregui, que fue asesinado en las calles de Buenos Aires el 27 de junio de 1969, como parte de la represión desatada después del Cordobazo.
Eliseo Subiela (Bs. As. 1944 – 2016): Previamente a incorporarse al Grupo Realizadores de Mayo, Subiela había transitado por el cortometraje documental con: Un largo silencio, sobre el Hospital Borda y Sobre todas estas estrellas sobre el mundo de las modelos.
Pablo Szir (Bs. As. 1936 – Secuestrado y desaparecido el 29/10/76): Había realizado dos cortometrajes sobre experiencias de expresión plástica en aulas y con niños de escuelas primarias: “El bombero está triste y llora”, 1965 y “Es un árbol y una nube” de 1968. En la película colectiva su corto, Testimonio de un protagonista, es el único fragmento con el tratamiento de un film de ficción. Tenía 40 años cuando lo secuestraron el 29 de octubre de 1976. Estuvo detenido en el centro clandestino de detención denominado “Sheraton” ubicado en el Partido de La Matanza.
Notas
[i] Lo que más importaba no era la película, sino los participantes y el trabajo político que podía realizarse con ellos. La película operaba como pretexto para la convocatoria. “En consecuencia, el tiempo de la duración de la proyección no debe ser tan largo que impida un trabajo político personal a partir de la proyección con los participantes. Hora y media de proyección es una duración inclusive excesiva para poder abrir con tranquilidad un debate”. Díaz, Jorge, “La exhibición-acto de cine militante” en “Cine y liberación”, revista libro publicada por el Grupo Cine Liberación, Septiembre de 1972
[ii] Getino, Octavio, “Argentina 1969: Tres experiencias de cine militante” en Revista Cine del Tercer Mundo N°2, Cinemateca del Tercer Mundo, Montevideo, 1970