Chile: candidatos a la presidencia rinden pleitesía a un golpista

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Manuel Cabieses Donoso*

Estupefacción es la primera palabra que describe el impacto experimentado mientras se avanza en la lectura de este artículo. Luego viene el pasmo. Y al terminar la sensación de asco es insoportable. Qué pensar de la candidez escandalizada por la descalificación de las mismas personas –gozosamente protagonistas del texto de Cabieses– hecha por Pamela Jiles, a la que calificaron de extemporánea, excesiva, malpensante… Lea usted.

Los candidatos presidenciales dieron examen ante el consejo consultivo de la Fundación Paz Ciudadana que preside Agustín Edwards Eastman. Nada les obligaba a entregar en ese lugar sus propuestas en materia de seguridad pública. Pero lo hicieron –y a juzgar por sus sonrisas– con muchísimo agrado. Tal como hacen los empleados de Edwards en los aniversarios de El Mercurio, a los que suele asistir el presidente de la República de turno y/o sus ministros.

Este 1º de julio, en el exquisito local de Casa Piedra, ante 200 invitados que degustaron croissants, frutas y café, un lamentable espectáculo tuvo protagonistas de alto calado político. Eran los candidatos presidenciales Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Adolfo Zaldívar, Jorge Arrate, Marco Enríquez-Ominami y Alejandro Navarro. Sebastián Piñera envió desde Europa sus proyectos, coincidentes –¡era que no!– con los de Paz Ciudadana. Todo fue manejado patriarcalmente por Agustín Edwards, gestor del golpe de Estado de 1973, y cuyos oscuros antecedentes en materia de ética, moralidad comercial y conocimientos sobre delincuencia, son vergonzantes.

Los candidatos se comportaron como dóciles carneros en el ara de sacrificios de El Mercurio. La mesa del rastrerismo político la presidía el orejero de Nixon y Kissinger, el malnacido que vendió a su patria en Wáshington, el progenitor del golpe militar de 1973, o sea Edwards, que se abanicó con unos candidatos presidenciales de pacotilla.

¿Por qué los candidatos acudieron sumisos al llamado de Edwards y su Fundación Paz Ciudadana? ¿Por qué ninguno de los candidatos de izquierda –Jorge Arrate y Alejandro Navarro– ni tampoco Marco Enríquez–Ominami, tan díscolo cuando no desafía al verdadero poder, se atrevieron a denunciar la farsa, ni pusieron en evidencia el papel que juega Paz Ciudadana en proporcionar fundamento ideológico a la derecha y los poderes fácticos en materia de seguridad y delincuencia?

Esta Fundación fue creada por Agustín Edwards en 1992, poco después del comienzo de la “transición a la democracia”. En Paz Ciudadana convergen malandrines de toda calaña, corsarios de los negocios, parlamentarios amamantados desde su más tierna infancia por millonarias cajas electorales, lobbystas sin fronteras, rábulas de las transnacionales, publicistas y magos del márketing, arrenquines prostibularios de los servicios de seguridad y otros especímenes parecidos.

En su directorio cohabitan Agustín Edwards con Sergio Bitar, ministro de Obras Públicas y alto dirigente –y mecenas– del PPD; Bernardo Matte, cabeza de uno de los grupos económicos más poderosos de Chile, con la senadora Soledad Alvear, ex presidenta de la DC, y cuyo marido –Gútenberg Martínez– se especializa en “vacunar” donantes para las campañas del PDC; Paola Luksic, del grupo económico que manejan Andrónico, Guillermo (miembro del consejo consultivo de Paz Ciudadana) y Jean Paul Luksic, padrinos de todos los partidos de la Concertación y de la Alianza, sostenedores de parlamentarios que reciben dádivas en efectivo y en maletines a prueba de investigaciones bancarias; el senador UDI, Jaime Orpis; Edmundo Pérez Yoma, empresario y ministro del Interior; Eugenio Tironi, lobbysta de las peores causas, hasta hace poco escudero de una de las cadenas de farmacias que se coludieron para apuñalar la salud de cientos de miles de chilenos.

En Paz Ciudadana se hermanan la ministra de Educación, Mónica Jiménez, consejera de confianza de  la Iglesia Católica, el ex pobretón Enrique Correa, hoy millonario lobbysta y remero de piraguas de derecha, centro e izquierda; y el no menos afortunado empresario Oscar Guillermo Garretón, socialista hoy, mapucista ayer, caradura siempre.

Paz Ciudadana es hoy otro negocio de Edwards, como los caballos, los botes a vela o la cadena de periódicos que le permiten modelar corrientes de opinión… y acumular influencia que abre las puertas a nuevos negocios. Su Fundación recibe financiamiento de Farmacias Ahumada, Enersis, Lan, de las principales cadenas de retail, D&S y Cencosud, etc.

Paz Ciudadana, desde sus comienzos, ha agitado la bandera del miedo, del temor a la delincuencia, de la inseguridad de las personas. Son fenómenos reales pero que amplifica y manipula. Convirtió la seguridad en un factor ligado a la mano dura, añoranza soterrada del pinochetismo. Y, luego, en una pesadilla que esconde los reales problemas que originan la delincuencia: la miseria, la explotación y la discriminación. Si el enemigo interno para la dictadura militar y El Mercurio eran el comunismo y la izquierda, desde hace diecisiete años es el muchacho(a) que no encuentra trabajo ni puede estudiar, el poblador, la gente pobre.

El remedio es el mismo: la represión, nuevas cárceles concesionadas, la seguridad privada (que mueve cientos de millones de dólares), el aumento interminable de las dotaciones policiales, en fin, todo aquello que contribuye a fortalecer la plataforma instrumental del fascismo. Los gobiernos de la Concertación no se han atrevido –quizás ni siquiera lo han pensado– a quitarle legitimidad a Paz Ciudadana, porque esa fundación es El Mercurio y sus 24 periódicos. El temor reverencial que inspira ha hecho de Edwards un monstruo de la impunidad. En esto le ha sido útil Paz Ciudadana, que ampara con su silencio los delitos de cuello y corbata, las estafas bursátiles por miles de millones de pesos, las maniobras empresariales que destruyen el medioambiente o que causan la muerte al modificar las fórmulas de medicamentos para rebajar costos, y otros delitos millonarios que son el pan de cada día de los muchísimos Edwards que ha prohijado el neoliberalismo en nuestro país.

Nada de esto era novedad para los candidatos presidenciales de izquierda, Jorge Arrate y Alejandro Navarro, cuando aceptaron manosearse con Edwards, el asesino intelectual de Allende y de miles de chilenos. Prefirieron callar para ganar indulgencias con El Mercurio.

Con mayor razón procedió así Enríquez-Ominami, que encuentra amplia y cotidiana cobertura en la cadena mercurial. No obstante que él se declara transversal y pragmático, no tiene impedimentos ideológicos ni políticos para compartir desayuno y sobajeos con Edwards, el golpista.

Los otros candidatos –Frei, Zaldívar y Piñera– siempre han seguido las aguas de Paz Ciudadana y pertenecen a la tropilla corralera de El Mercurio en la política nacional. Arrate y Navarro, en cambio, pudieron negarse a asistir a Casa Piedra. O mejor, pudieron desenmascarar allí la turbia naturaleza de Paz Ciudadana y la catadura de Agustín Edwards. Sin embargo, aceptaron el besamanos… a cambio de una pizca de publicidad mercurial. En este caso, el oportunismo indigna.

La sumisión es cobardía; el acomodo es una vergüenza. Y hay que decirlo.
 
(Foto de apertura, de izquierda a derecha: Marco Enríquez–Ominami (ex PS), Jorge Arrate (ex PS), senador Alejandro Navarro (ex PS), Agustín Edwards Eastman (dueño de El Mercurio), senador Adolfo Zaldívar (ex DC) y senador Eduardo Frei Ruiz Tagle (DC, candidato oficial de la Concertación)

* Periodista.
Editorial de ”Punto Final”, edición Nº 689, 10 de julio, 2009.
Reproducido por www.argenpress.info y otros medios periodísticos, "blogs" y páginas-web.

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2 Comentarios
  1. José Antonio Szabó dice

    Se agradece poder leer un comentario sincero , bien escrito y sin pelos en la lengua de la vomitiva calaña que se disputa la predsidencia de nuestro tristemente aturdido Chile.

  2. JOSELOF dice

    Chile esta en una decadencia moral y cultural, que no tiene nombre.
    No me puedo explicar que le pasa al pueblo chileno,hablo del trabajador,del obrero explotado en las minas, el campo, de los estudiantes en general,de los artistas,de la clase media.
    ¿Dònde quedò la Dignidad de los chilenos?
    Despues de la reuniòn que han tenido los candidatos, rindiendole pleitesìa al traidor y verdugo mas grande de Chile,AGUSTIN EDWARDS EASTMAN (asì con mayùscula)todavìa los chilenos esten pensando en elegir un presidente,entre estos
    candidatos, que estoy seguro que ninguno de ellos debe olvidar lo que el gobierno norteamericano en sus informes desclasificados, en que denunciaban còmo
    Eduardo Frei Montalva y Agustin Edwards,se
    fueron hablar con Richard Nixon y Henrry Kissinger, para conseguir que les dieran dinero y la luz verde, para asesinar al Presidente de Chile Elegido Constitucionalmente en elecciones libres y democraticas., Dr.Salvador Allende Gossen.
    Y ver ahora, a un Arrate,un Frei,Navarro, Zaldivar y Ominame,acudiendo a una cita con el dueño del Mercurio y presidente de
    Fundaciòn Paz Ciudadana, para hablar de que,para ser oidos por Agustin y despues reirse de cada uno de estos ingenuos candidatos, que creen que Agustin les puede dar una ayudita.
    Ante tan descabellada actitud de estos fogueados politicos (excepto uno) candidatos a la presidencia de Chile, permitanme decirle, que a llegado el momento de votar nulo para demostrar nuestro total repudio a la corrupciòn que esta viviendo el paìs.
    Chilenos, no nos olvidemos que tenemos el poder en nuestras manos, votando nulo, es la unica arma que tenemos para poder ser escuchados, para hacer realidad una Asamblea Constituyente y poder cambiar la Constituciòn vigente. Haciendo una nueva en la que todos los chilenos tengamos derecho a elegir y ser elegidos, con la participacion de todo el pueblo de Chile.
    Los unicos que podemos cambiarle la cara a Chile, somos nosotros mismos, que tenemos el poder del voto en nuestras manos.
    ¡Vota nulo chileno! Y no te arrepentiràs.

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