Chile: – LA MUERTE SE VA POR UN TUBO

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Esos hombres no decidieron arriesgar sus vidas por una salida de rutina, sino que respondían a un compromiso mucho más importante: proteger su fuente de trabajo, las riquezas marinas, de una amenaza que avanza inexorablemente sobre ellos, y que se vislumbra como un largo inverno mucho peor que el que los golpeó esa madrugada.

Esta amenaza tiene forma de ducto, de un largo y gigantesco ducto que viene directamente de la planta de Celulosa Arauco, en San José de la Mariquina, provincia de Valdivia. Se trata de la misma industria que ha sido fuertemente cuestionada por su responsabilidad en la muerte y destrucción del santuario del Río Cruces, donde miles de cisnes y otros animales desaparecieron producto de la contaminación de ese curso de agua. Y aunque la empresa ha insistido en su inocencia, diversos estudios científicos la señalan como responsable de esa catástrofe, la misma que ahora pretenden trasladar del río al mar, con la venia de las autoridades regionales y la ayuda de la Armada y Carabineros.

Esa madrugada, la del 25 de julio, un misterioso apagón cubrió Mehuín, tal como ocurrió ocho años atrás, cuando este mismo ducto estaba contemplado en el proyecto original de la planta. Esta vez 80 efectivos policiales arribaron a la pequeña comuna, mientras en alta mar, un remolque contratado por la empresa intentaba iniciar los estudios que requiere la instalación del ducto, bajo la custodia de embarcaciones de la Armada de Chile, que con su presencia respaldaban esta acción, incluso cuando el barco contratado por Celco embistió contra los hombres de Mehuín.

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La de los pescadores fue entonces una acción desesperada, propia de quienes se ven acorralados y no tienen dónde más recurrir. Por eso decidieron subir a sus botes y enfrentar la mar embravecida, a una empresa irresponsable y una autoridad indulgente. Por la tarde, los hombres de mar volvieron victoriosos, pero preocupados, pues saben que si no hay un cambio pronto, si al resto del país no empieza a importarle lo que ocurra con Mehuín, Celco terminará instalando su ducto de desechos industriales en el mismo lugar donde ellos se ganan la vida pescando, y su suerte estará echada.

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* Ingeniera ambiental de Océana.
Este artículo se difundió en varios medios chilenos, entre ellos Crónica Digital (www.cronicadigital.cl). Se publica aquí por gentileza de Océana (www.oceana.org), Oficina para América del Sur y Antártica.

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