China-Latinoamérica: la joya de la cooperación tecnológica entre Brasil y China

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Las relaciones económicas entre Brasil y China crecieron notablemente en la última década, hasta el punto que el país asiático pasó a ser el primer socio comercial de la nación suramericana, superando a Estados Unidos. China es el país que más colabora en el desarrollo de la tecnología del espacio para usos pacíficos. ! PAU RAMÍREZ.*

 

Además del terreno económico, las relaciones chino-brasileñas también crecieron en ámbitos como la protección ambiental, la educación y la investigación espacial, este último uno de los más importantes actualmente en las relaciones bilaterales.

 

En los últimos 20 años, China ha sido el país que más ha colaborado con Brasil en el tema espacial, con el lanzamiento hasta la fecha de tres satélites de órbita polar, conocidos como Satélites Chino-Brasileños de Recursos Terrestres (CBERS), desarrollados de forma conjunta por ambos países como parte del proyecto de cooperación espacial más exitoso realizado hasta la fecha por dos países emergentes.

 

El proyecto CBERS nació en julio de 1988, cuando los gobiernos de Brasil y China sellaron un acuerdo entre el INPE (Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales de Brasil) y el CAST (Academia China de Tecnología Espacial) para desarrollar un programa de construcción de dos satélites avanzados.

 

Con la unión de recursos financieros y tecnológicos entre ambos países —en un proyecto de más de 300 millones de dólares— se creó un sistema de responsabilidades divididas, en el que la parte suramericana aportaba el 30 por ciento y la asiática el 70 por ciento de los gastos, para implantar un sistema completo de control y monitoreo remotos que permite captar imágenes de la superficie de la tierra.

 

Dichas imágenes pueden utilizarse en ámbitos como la desforestación y quema de pastizales naturales, recursos hídricos y oceánicos, áreas agrícolas, crecimiento urbano y la ocupación del suelo, entre otros.

 

El acuerdo fue un esfuerzo para superar las barreras impuestas por los países desarrollados, que impiden el desarrollo y transferencia de tecnologías sensibles, y acabar con las restricciones de los acuerdos internacionales sobre la transferencia de tecnología y el intercambio entre investigadores de distintas nacionalidades.

 

Para el proyecto, el INPE contrató seis empresas y una institución de investigación para fabricar los componentes del satélite, mientras que otras 19 empresas se involucraron en el proyecto a través de subcontrataciones.
«En aquella época, China tenía un nivel tecnológico parecido al de Brasil, lo que motivó el acuerdo del INPE. Además, ellos tenían una plataforma industrial y de recursos humanos que complementaba nuestras necesidades», comentó Petronio Noronha da Souza, jefe de Laboratorio de Integración y Pruebas (LIT) del INPE.

 

El primer satélite, el CBERS-1, fue lanzado en 1999 desde el Centro de Lanzamiento de Taiyuan, en China. Cuatro años más tarde viajó al espacio el CBERS-2, tras concluir la vida útil del primer satélite.

 

A la vez, el éxito del primer artefacto hizo que en 2000, los dos países sellasen un nuevo acuerdo para el desarrollo de una segunda generación de satélites, aumentando además la participación brasileña al 50 por ciento. Se perfeccionaron también las cámaras del satélite, introduciendo equipamientos con desempeños geométricos y radiométricos más avanzados.
En las próximas semanas, debe lanzarse el CBERS-3, primer satélite de segunda generación, mientras que el CBERS-4, debe estar listo para el año próximo.

 

«Creemos que si existe una planificación estable para el programa espacial, o sea una planificación que tenga continuidad a largo plazo, sin alteraciones de rumbo destacadas a corto y mediano plazos, podremos lograr resultados de gran envergadura para el país, y la industria espacial podrá repetir el éxito de la industria aeronáutica en Brasil», aseguró el director del INPE, Leonardo Perondi.

 

Perondi resaltó que el programa CBERS posibilitó más de una decena de contrataciones industriales, mediante licitaciones de precio y técnica, que representaron inversiones por unos 130 millones de dólares. El director del INPE elogió que el proyecto ha supuesto la creación de empleos altamente calificados, un sector fundamental para el crecimiento de Brasil, y ha servido para que la industria nacional brasileña valorice más los productos fabricados en el país.

 

Avances científicos y resultados prácticos
Lo cierto es que los CBERS han supuesto notables avances científicos para Brasil, como pueden confirmar los más de 70.000 usuarios de más de 3.000 instituciones registradas como usuarias activas del programa, que ya ha distribuido más de 800.000 imágenes hasta el momento.
Todas las instituciones brasileñas vinculadas al medio ambiente y los recursos naturales son usuarias de imágenes del CBERS.

 

Las imágenes del satélite son utilizadas en importantes programas, entre los que destacan el Canasat, para mapear las plantaciones de la caña de azúcar, los sistemas Deter (Detección de Desmantelamiento en Tiempo Real), Prodes (Supervisión de la Foresta Amazónica Brasileña vía Satélite), el Degrad (Mapeo de la Degradación Forestal de la Amazonía Brasileña), para la supervisión de la desforestación en la Amazonía Legal y el Programa Zoneamiento Ecológico-Económico, destinado a aportar informaciones para la Ordenación Territorial de Brasil.

 

Los países sudamericanos localizados en el radio de acción de las antenas del INPE, ubicadas en Cuiabá (capital regional de Mato Grosso, centro del país), también pueden utilizar las imágenes, mientras que varios acuerdos de cooperación han posibilitado la instalación de antenas en países africanos, a través del programa CBERS for Africa, que les permite tener acceso a las imágenes de su territorio obtenidas por el satélite.

 

La cooperación espacial sino-brasileña posibilitó que Brasil ingresara en el selecto grupo de países que tienen satélites propios para supervisar el territorio, y que tanto Brasil como China gocen de los beneficios que supone contar con satélites en el espacio, además de proporcionar una economía de recursos a su desarrollo.

 

Tras el éxito que está suponiendo el programa CBERS, un nuevo proyecto tecnológico nació entre Brasil y China: el acuerdo entre la china Huawei —entre las primeras empresas del mundo en aportar soluciones en tecnología de la información y comunicaciones— y el brasileño Instituto Nacional de Telecomunicaciones (Inatel) para la certificación profesional.

 

La asociación prevé la instalación de modernos laboratorios para realizar cursos de instrucción y uso de equipamientos Huawei, mediante un simulador de tecnologías desarrolladas por la empresa y que suponen que Inatel forme y capacite profesionales brasileños.
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* Periodista.
En www.argenpress.info —que cita como fuente a Xinhua, agencia de noticias de la RPCh.

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