Comercio de armas: – HOMICIDIOS, VIOLACIONES Y TORTURAS
El informe muestra cómo –por medio de operaciones cada vez más sofisticadas y complejas de corretaje y transporte– circulan centenares de miles de toneladas de armas en el mundo, y que un porcentaje creciente de las cuales van a parar a países en desarrollo, donde suceden algunos de los conflictos más brutales que existen.
Además el informe de AI y TransArms pone de manifiesto las actividades de intermediarios y transportistas de armas de los Balcanes, China, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, Israel, Italia, Países Bajos, Reino Unido, Suiza y Ucrania, evidenciando que a los grandes proveedores de armas les resulta fácil llegar a los países en desarrollo –que adquieren más de dos tercios del material bélico disponible en el mundo– en circunstancias que en la década de 1991/2000 la proporción era de algo más de la mitad de este comercio.
«Los intermediarios y transportistas de armas han ayudado a enviar muchas de las armas utilizadas en los homicidios, violaciones y desplazamientos de civiles que se cometen actualmente en Sudán y la República Democrática del Congo –dijo Brian Wood, director de investigación sobre el comercio de armas y material de seguridad de Amnistía Internacional–.
«Los controles aduaneros suelen ser poco estrictos: sólo alrededor de 35 Estados se han molestado en promulgar leyes sobre el corretaje de armas, por lo que es casi inevitable que se produzcan nuevas catástrofes de derechos humanos».
El informe de AI prueba que muchas operaciones de corretaje y transporte de armas son una actividad no regulada, de carácter reservado y de la que no se rinden cuentas, y para ilustrarlo expone una serie de casos, entre ellos los siguientes:
– Centenares de miles de armas y millones de piezas de munición –de los arsenales de la guerra de Bosnia y Herzegovina– se exportaron clandestinamente con el benepçácito del Departamento de Defensa de Estados Unidos. Los envíos, dirigidos entonces supuestamente a Iraq, utilizaron una red de intermediarios y contratistas de transporte privados, incluida una empresa de aviones de carga que violó un embargo de armas de la ONU a Liberia.
– Las autoridades sudafricanas confiscaron un gran cargamento de munición y explosivos de fabricación brasileña, enviado por una empresa británica a Arabia Saudita y Mauricio, por carecer de permiso de transbordo; Brasil autorizó la exportación de las armas a pesar de la constante de violaciones graves de derechos humanos existente en Arabia.
– Un intermediario neerlandés envió por mar grandes cantidades de armas a Liberia desde China, contraviniendo un embargo de armas de la ONU a aquél país y a pesar de los indicios de homicidios y violaciones generalizados y de desplazamiento de millares de civiles.
En el informe se destacan diversos casos en los que se contrataron los servicios de contratistas privados implicados en envíos ilegales de armas para apoyar misiones de mantenimiento de la paz de la ONU y envíos de ayuda humanitaria a costa de los contribuyentes.
«Es evidente que el mosaico de regulaciones existente no puede en absoluto seguir el ritmo de crecimiento en cantidad y alcance de los intermediarios, empresas logísticas y transportistas internacionales. Esta red puede garantizar que los envíos de armas de una parte a otra del mundo lleguen puntualmente, pero con demasiada frecuencia sirve para facilitar el homicidio, violación, tortura y desplazamiento de centenares de miles de personas», señaló Sergio Finardi, de TransArms.
En su informe, AI formula una serie de recomendaciones en favor de medidas enérgicas y aplicadas estrictamente para el control de las armas, basadas en leyes internacionales coherentes, entre ellas:
– Establecer de inmediato leyes, regulaciones y procedimientos administrativos nacionales para impedir que las actividades de los intermediarios, empresas logísticas y transportistas de armas faciliten la comisión de violaciones graves de derechos humanos.
– Elaborar un protocolo internacional para regular las actividades de los intermediarios y transportistas de armas de acuerdo con un conjunto común de normas éticas expuestas en una tratado internacional sobre el comercio de armas.
– Tipificar las violaciones de los embargos de armas de la ONU como delito en todos los Estados y, en el caso de las violaciones graves, como delito de jurisdicción universal.
– Aumentar la ayuda de los donantes internacionales para mejorar el control aduanero y de otros organismos encargados de hacer cumplir la ley de los movimientos de cargamentos.
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* Agencia cristiana de información latinoamericana con sede en Brasil. Este artículo se redactó en base al Informe de Amnistía Internacional y TransArms sobre comercio de armas.
Amnistía Internacional coordina, junto con Oxfam International y la Red Internacional de Acción sobre Armas Pequeñas (IANSA), la campaña Armas bajo control, emprendida con objeto de reducir la proliferación de las armas y su uso indebido en más de un centenar de países.
(Véase http://www.controlarms.org/es/index.htm).
TransArms es un pequeño grupo independiente de investigación, centrado en la logística del comercio internacional de armas.
Un resumen del informe está disponible en:
http://web.amnesty.org/library/index/eslact300072006
El texto completo en: